Crónica y fotos del concierto de 36 Crazyfists + All Hail The Yeti + '68 - Sala Razzmatazz 3 (Barcelona), 31 de enero de 2018

36 Crazyfists y la, en ocasiones, fría nostalgia

Datos del Concierto

Bandas:
36 Crazyfists + All Hail The Yeti + '68
 
Fecha: 31 de enero de 2018
Lugar: Sala Razzmatazz 3 (Barcelona)
Promotora: Route Resurrection
Asistencia aproximada: 90 personas

Fotos

Fotos por Rubén de Haro

Nuestra Previa

36 Crazyfists – Lanterns

Existe un debate en ciertas páginas web sobre cuáles son las bandas de rock–metal más infravaloradas de todos los tiempos y, según mi entender, y el de otros tantos, hay dos que se llevan la palma: Ugly Kid Joe, en

Barcelona no es Alaska y, aunque hace rasquilla, la gentil brisa mediterránea atenúa el mercurio a base de bien. Aún así, los cielos grises cubrían el horizonte de la Ciudad Condal, que gozaba de unos agradecidos 15ºC… lejos de los -7ºC que marcaban los termómetro en Anchorage ese mismo día. Una de las primeras giras en llegar en lo que va de año: 36 Crazyfists están en la ciudad, y estoy seguro de que estos buenos mozos agradecen la ausencia de ráfagas de nieve y el calorcito del, a veces, frío público catalán

La primera de tres noches de su gira por nuestra geografía les lleva a visitar la sala más pequeña del complejo Razz, que presentaba una más que discreta entrada. Eso si: un público dispuesto a celebrar el retorno de una banda que parece estar viviendo una segunda juventud tras veinticuatro años de dura carrera (de fondo).

’68

Los primeros en tomar el escenario son ’68, un conjunto de dos piezas del que quizá no hayas oído hablar antes. Ejecutan a la perfección lo que podría describirse como la cacofonía sonora más salvaje que jamás haya escuchado, hasta el punto de dejarme con la boca abierta. Media hora intensa donde el enérgico dúo compuesto por una batería (Nikko Yamada) y una guitarra solista/vocalista (Josh Scogin, de la sublime banda mathcore/metalcore The Chariot) destruyeron la sala gracias a su demoledor directo. Si no les habéis escuchado todavía, haceos con su Two Parts Viper (2017). Su directo es algo así como un combate de boxeo en el que se trata de ver quién los tiene más gordos. Una conversación, a base de riffs y mil y un redobles, que no dejó a nadie indiferente, aderazados por los contoneos cuasi circenses de su espectacular y carísmático líder. Una actuación psicótica sobre el escenario, repleta de energía no adulterada y angustia en la que, para mí, fue la mejor banda de la velada. No tengo ni puta idea de qué canciones tocaron, y setlist.fm no me ayuda demasiado, pero, básicamente, tocaron lo que les salió de la polla, pues (aparentemente) no tenían setlist alguno. La única que acerté a diferenciar, gracias al uso que Josh hace del pedal multi-efectos, fue “Whether Terrified Or Unafraid”.

Spoiler alert! Scogin nos aseguró que The Chariot están, de nuevo, al caer…

All Hail the Yeti

Con la multitud literalmente impresionada y volada por ’68, All Hail the Yeti salieron con la difícil misión de mantener el caliu. En escena tienen un aire/estética motera que tira pa’trás, muy de la vieja escuela… pero no del palo Zakk Wylde, pues estamos ante unos tipos que son vecinos de Los Angeles, California. Enmascarados en atuendo 100% metalcore a base de riffs gruesos y coros grandilocuentes, su propuesta musical complementa perfectamente a la de los cabezas de cartel de la noche y, para ser honesto, estuvieron a punto de eclipsarles. Su presencia en el escenario y el vozarrón de su “desubicado” (pues no acertó a saber en qué día vivía) frontman Connor Garrity son el antídoto perfecto para una noche repleta de hombres y mujeres sudorosos que se retorcían y confundían entre la audiencia. Un corto pero muy compacto set de poco menos de cuarenta y cinco minutos del que destacó la pegadiza “Witch Is Dead”, incluida en su más reciente Screams From a Black Wildernerss (2016).

36 Crazyfists

El evento principal de la noche elevó la velada a otro nivel. Los chicos duros de Alaska, con casi un cuarto de siglo de carrera a sus espaldas, se han opuesto (de nuevo) el listón muy alto con su más reciente obra, Lanterns (2017). Se notan los nervios en el ambiente, entre los asistentes, lo que solo puede significar una cosa: ¡la noche promete! Aún así, recordemos que el bolo estaba inicialmente programado para la sala 2…

Abriéndose paso con “Death Eater”, el que para mí es el mejor tema de su último álbum de estudio, tienen como objetivo dejarnos meridianamente claro que su vibración hardcore original no se ha desvanecido con el paso de los años, a base de furiosos riffs y de extremidades que se agitan mientras la multitud lo celebra con pasión. Un buen puñado de las canciones incluidas en el setlist son material nuevo, lo que demuestra la confianza que tiene la banda en su progresión y su “nueva” identidad.

Pero no todo es nuevo, pues el set está plagado de clásicos, como “At The End of August”, “We Gave It Hell”, “Bloodwork” o la final “Time and Trauma”. Todo ello aderezado y cocinado para darle a su actuación un aroma, una esencia old school, con riffs cargados de groove un metal, voces que cabalgan entre screamo y guturales y unas líneas de bajo vibrantes. En definitiva: lo que uno podría esperar de la banda hace veinte años… y lo que uno puede, a día de hoy, todavía esperar de estos muchachotes. Una más que interesante interpretación del clásico de Alice In Chains, “We Die Young”, que se supone que tenía que ser el primero de los dos encores de la noche, finalmente se cayó del repertorio. Eso sí, para finalizar, sí que sonó su clásico entre los clásicos, el tema que les puso sobre el mapa hace dieciséis años, “Slit Wrist Theory”. Nota mental: comprobar si, efectivamente, estamos en el 2018…

Tras unos setenta minutos de espectáculo, su vocalista, el simpático y carismático Brock Lindow, nos invitó a todos los presentes a tornarnos un trago, tras sentenciar algo que quizá los allí presentes ya sabíamos: “The older we get, the more introspective. Thanks for the journey”. ¡Gracias a vosotros, joder! Una gran manera de comenzar un año que va a estar repleto de muy buena música y de melodías para (casi) todos los gustos. triste hasta ahora.

Setlist 36 Crazyfists:

Death Eater
At the End of August
Wars to Walk Away From
I’ll Go Until My Heart Stops
The Heart and the Shape
We Gave It Hell
Old Gold
Sorrow Sings
Bloodwork
Also Am I
Better to Burn
Below the Graves
Time and Trauma
—–
We Die Young (Alice in Chains cover)???
Slit Wrist Theory

Rubén de Haro
Sobre Rubén de Haro 620 Artículos
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.