¡Aviso a navegantes! Esta review la va a hacer un enamorado del hard rock/glam/hair metal que creció con power y heavy clásico. Tuve mis pinitos con sonidos más duros, concretamente con los cuatro primeros trabajos de Children of Bodom, algo de In Flames y alguna cosilla más, eso es todo. Megadeth o Slayer ya son demasiado fuertes para mi gusto. Pero tras ver el video de «The World is Yours», pedí hacer esta crítica. Tanto si eres fan del estilo/grupo como si no, tómate esto como la opinión de un neófito de Arch Enemy, en ningún caso como la opinión de un experto.
No, nunca había escuchado a los que ahora me corresponde valorar. Obviamente conocía el nombre y su curiosidad: que en el momento en que empezaron a ganar fama, tenían una mujer como cantante. El hecho destacable es que esa mujer, Angela Gossow, cantaba de forma gutural, y al menos para mí eso era algo extraño y fascinante, como cuando vas a un país extranjero y descubres con sorpresa los rincones escondidos que millones de personas antes que tú han visto. Así que cuando leí, hace unos años, que dejaba el grupo, supuse (¡error eso de suponer!) que lo que les hacía especial moría, pues aparte de los catalanes Desafiant y Kabal y su cantante Judit, no conocía ninguna otra chica que usara ese tipo de voz al cantar. Suerte que decidí darle al play en youtube para sacarme de mi error.
Antes de empezar con mi opinión sobre los temas, decir que me he dedicado a leer otras reviews para ponerme en contexto y puedo dar un par de datos interesantes: por una parte, es el primer larga duración con Jeff Loomis (ex Nevermore) a la guitarra, y según varias personas, a la que le dejen componer el grupo ganará mucho enteros; por la otra, en general (y siempre según esas reviews), el grupo ha aumentado la melodía en contra de la caña más bruta. O te gusta o no.
Vamos con mi opinión. ¡Discazo! ¡Grupazo! ¡Cantante de quilates, la señorita White-Gluz! No puedo decir si es mejor o peor que otros, pues aparte de los videos musicales del grupo con la actual cantante, no he escuchado nada más, pero la mezcla de sonido rabioso y potente con las melodías que Amott sabe sacar me parece absolutamente destacable. 12 temas (13 si tienes la versión con el 3:154:48) «City Baby Attacked by Rats») que muestran un abanico amplio de variedades y registros. Por ejemplo, «The Race» y «Reason to Believe» poco tienen que ver (teniendo en cuenta que siempre hablamos de melodic death metal). La primera, llena de furia y rabia, y la segunda, rozando la balada (vale, exagero un poco) y con Alissa cantando “limpio” en ciertos pasajes como muestra de lo que nos encontramos en este Will to Power.
Tras la intro «Set Flame to the Night», viene la ya mencionada y ultra acelerada «The Race», en la que Alissa demuestra un acople perfecto a la banda que ya no soltará en todo el álbum. «Blood in the Water» puede bajar la velocidad, pero en absoluto la intensidad. Un medio tiempo que en directo sonará tremendo. «The World is Yours» llega en cuarto lugar y demuestra por qué es el primer single: caña, velocidad, melodía y une letra enorme (si eres de los que se fija en estas cosas). Quizá mi tema preferido del disco.
Seguimos con el segundo single, «The Eagle Flies Alone», y se vuelve a demostrar porque lo han escogido como tema para hacer videoclip. Carece de la velocidad de su antecesora, pero tiene un no-sé-qué que me hace querer plantarle cara al mundo sean cuales sean las circunstancias. Temazo como la copa de un pino con, quizá, el mejor estribillo de Will to Power. El sexto tema es el mencionado «Reason to Believe», sin duda el tema más sorpresivo del disco.
A partir de aquí, y para mi gusto, el disco baja un poco el nivel. Sigue habiendo temazos, pero no me han impactado de la misma forma. «Murder Scene» trae de vuelta la velocidad y la mala leche, siempre acompañadas de increíbles guitarras que sirven como puentes. Con «First Day in Hell» vuelve ese ritmo machacón que lo petará on stage, aunque luego se va inyectando algo de velocidad. «Saturnine» sirve de intro instrumental a «Dreams of Retribution», que también comienza de una forma que no esperaba. Demasiado limpia, casi orquestal. Eso sí, a los 40 segundos ya tenemos la caña aquí. Para mi gusto es el tema más flojo del disco.
Con «My Shadow and I» volveremos a alzar el puño, aunque no tanto como en anteriores temas. Es una buena canción, no cabe duda, pero mientras que puedo imaginar otras canciones perdurando en un setlist giras y giras, esta no me ha transmitido eso. «A Fight I Must Win» cierra una de las ediciones del disco, y lo hace de forma melódica, con un inicio casi rainbowiano que da paso a un medio tiempo a doble bombo, aunque suene extraño. Las melodías del estribillo son destacables. La otra edición cierra con el cover «City Baby Ettacked by Rats», de Charged GBH, y su ritmo punkarra.
En conclusión, este Will to Power me ha parecido un grandísimo trabajo que ofrece lo que, se supone, debe ofrecer tanto el estilo como Arch Enemy: caña, rapidez, rabia y melodías. Los duetos de guitarra son tremendos, y me da que la dupla Ammot/Loomis dará mucho que hablar. Daniel Erlandsson está impecable a la batería, al igual que Sharlee D’Angelo al bajo. De Alissa White-Gluz creo que sólo me falta decir que estoy por proponerle matrimonio.
Quizá si eres de los que te gusta un estilo menos melódico, con más rabia y mala leche, el disco no te haga todo el tilín que debería, pero sin duda no escuchar este Will to Power se puede considerar un error.
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.