Season Of Mist se está convirtiendo en uno de los sellos más importantes dentro del panorama del metal extremo ya que su rooster no para de crecer aunando a un sinfín de grupos de muchos países y apostando por viejos conocidos y sobre todo por grupos innovadores y transgresores. Cannabis Corpse ya editaron su anterior trabajo From Wisdom to Baked (2014) con el sello y el resultado fue un disco compacto y diferente a lo que venían haciendo anteriormente más que nada por la pérdida de su cantante de toda la vida. Me costó un poco adaptarme a la voz de Landphil (Municipal Waste, Iron Reagan), por la costumbre más que nada a los growls de Weedgrinder (Battlemaster) pero que con las escuchas oportunas se convirtió en un gran trabajo con una clara evolución. Tres años después vuelven con Left Hand Pass que hará las delicias de los amantes del death metal.
Aunque parezca un grupo parodia, nada más lejos de la realidad. Su música es muy seria, técnica, llena de influencias de aquí y de allí pero aportando originalidad con estructuras que se alejan de los típicos tópicos del género. La parodia si está en sus letras, en los títulos con referencias a los grandes del metal extremo que van desde el thrash, el death pasando por el black y el brutal death sin hacer ascos a nada. Sus letras están basadas en la marihuana como hilo conductor y es lo que les inspira a la hora de hacer música, vídeos y todo lo se les ponga por delante. El título del disco nos evoca directamente al primero de Entombed con un ligero cambio y en el resto de canciones grupos tales como Nile, Immortal, Suffocation y un largo etcétera. Son unos cachondos de aúpa. Un dato curioso es que en cada disco el guitarrista ha sido diferente pero han sabido mantener su sonido y con cada uno de ellos sacar su mejor versión. En esta ocasión han contado para la grabación con Ray Suhy (Six Feet Under) que ha realizado un excelente trabajo y en sus filas también cuentan con Brandon Ellis (Arsis, The Black Dahlia Murder) para los directos.
“The 420th Crusade” es la encargada de abrir el disco. Empieza con unas guitarras que te recordarán al momento a Pantera para después pasar a un death metal a medio tiempo y muy potente marca de la casa con un riff muy original. La voz de Landphil ha mejorado mucho y es más cavernosa y profunda pero también apuesta por otros registros más black/thrash. Las guitarras y bajo atesoran una técnica brutal y alternan los diferentes pasajes de una forma muy natural. Son un grupo divertido de escuchar con infinidad de cambios y detalles que te hacen estar atento a su música. Los solos durante todo el disco están muy elaborados con un regusto muy de la vieja escuela y un sonido característico.
“In Dank Purity” es 100% Cannabis Corpse sin aditivos de ningún tipo. Van directos al grano con su estilo particular y eficaz ya que no les hace falta mucho más para hacer buenas canciones. Lo mismo pasa con “Final Exhalation” donde los ritmos machacones y bailables dan rienda suelta a una orgía de casquería y diversión.
En “Chronic Breed” apuestan por un death metal con reminiscencias a Six Feet Under (el guitarrista tendrá algo que ver). Riffs escupidos con rabia y ritmos que se alternan entre medios tiempos y otros más acelerados.
“In Battle Theres No Pot” te hará mover la cabeza con cara de malas pulgas. El juego de voces le da un punto de originalidad y cuando parece que se van a acelerar se frenan un poco para luego darte en toda la cara con unas voces oscuras y demoníacas. Esos ritmos tan Cannibal Corpse (normal) te harán mover el cráneo sin parar. Encuentro que en muchas canciones han adquirido un sonido muy Napalm Death, es sólo en algunos pasajes ya que no hacen grindcore en ningún momento pero si que puede llegar a recordar a ellos.
“Grass Obliteration” es una canción rápida con abuso del blast beat y los cambios a los que nos tienen acostumbrados. El principio es una buena mezcla de thrash con death metal primitivo. La alternancia en las voces vuelve a destacar.
“Left Hand Pass” que debería sonar a Entombed es la que más me recuerda a Napalm Death con esos riffs típicos del Diatribes (1996) o Greed Killing (1995). Estos ecos se difuminan en el resto de la canción sonando a ellos mismos pero tanto esos ritmos de batería como esas paradas no pueden evitar que pienses en los de Birmingham, y oye, yo encantado.
“Effigy Of The Forgetful” puede sonar un poco a Suffocation por esos ritmos rápidos y los riffs enrevesados y técnicos pero es puro death metal con algún trozo más thrash. Una canción que desatará la locura en sus directos (por cierto, a ver si se dignan a venir por aquí para poder disfrutar de sus música que tras once años de carrera no tengo noticias de que hayan visitado ni tan siquiera Europa).
En “Papyrus Containing The Spell To Protects Its Possessor Against From He Who Is In The Bong Water” vemos claramente que han querido “homenajear” a Nile con esos títulos más largos que un día sin pan. Arranca con una intro típica de ellos y te atacan de golpe con un riff muy corrosivo para luego desatar la locura tras unas insanas voces. Los juegos de guitarra destacan particularmente en esta canción y los cambios no paran de sucederse con ritmos a medio tiempo, otros más rápidos y otros de pura contundencia.
Cierran el disco con “The Fiends That Come To Steal The Weed Of The Deceased”. Riffs enrevesados y barrocos en un festival de putrefacción. Tiene ese halo de thrash metal que tienen casi todas las canciones pero de pronto te pegan el cambio a un death metal de toda la vida aunque contemporáneo por momentos y en otros mucho más old school. Buena canción para terminar este entretenido trabajo.
No es su mejor disco, ya que personalmente me quedo con el que sacaron en 2011, pero tiene calidad y la justa duración. La producción gustará a los fans del grupo y del death metal en general ya que no se basan en hacer la misma formula o imitar a otros grupos. Puedes tener la sensación que las canciones se parecen un poco entre sí pero no desluce para nada el resultado obtenido.