El concierto de Foscor y Dejadeath este último sábado de noviembre en Barcelona fué la demostración definitiva de que aún queda esperanza para la escena metalera extrema local. De hecho, a juzgar por el éxito incontestable de público y ambiente, queda mucha esperanza. Es cierto que no se trataba de un concierto cualquiera, sino que tanto en la previa como en al ambiente de la misma noche se respiraba la sensación de que estábamos ante un evento especial de verdad al que, si te sentías parte de esta escena de una forma u otra, había que asistir sí o sí. Y así lo entendió la gente, llenando prácticamente el aforo de una sorprendente y semidesconocida Sala La Nau que pasó el examen con nota tanto en sonido como en ambientación, pudiendo ver entre el público multitud de caras familiares de bandas y medios de Barcelona en un ambiente festivo y lleno de camaradería, amistad y respeto. Este era un evento al que se tenía que ir, y se fué. Ahora el reto es que se vaya también a los demás.
No todos los días se produce la esperada presentación definitiva en tierras catalanas de los últimos discos de dos de las bandas más queridas y respetadas del metal extremo barcelonés. El de Dejadeath, titulado Satan Is Losing Momentum, fué uno de los grandes trabajos de 2016, pero a pesar de que ya hace prácticamente un año que fué publicado, aún no había habido ocasión para vestirse de largo y presentarlo con todos los honores. Ellos fueron un aperitivo de lujo para que Foscor nos mostraran en todo su esplendor la gran y arriesgada apuesta con la que encaran su futuro: dejar atrás el black metal con el que se labraron un primer nombre y adentrarse en un metal más oscuro, etéreo y emotivo que los distinga de cualquier otra banda ahí fuera. Este riesgo tiene un nombre: Les Irreals Visions, y a juzgar por la elevada asistencia y la gran comunión que se generó entre banda y público, o tienen muchos amigos (que los tienen) o esta nueva propuesta ha calado bien. Y aunque lo primero es igualmente cierto, yo apuesto por lo segundo.
Dejadeath
Con quince minutos de retraso y la sensación de que tampoco venía de eso, los cuatro miembros de Dejadeath se subieron al escenario bajo unas ténues luces rojas que recibieron infnitos insultos y maldiciones por parte de los muchos fotógrafos que vinieron a cubrir este concierto, pero que supongo que dieron el pego de cara a la audiencia. Les acompañaban una sucesión de proyecciones tirando a bizarras y unas ganas locas de desquitarse de su desafortunado último concierto teloneando a Obituary en la Sala Razzmatazz 2 este verano pasado, donde los problemas con el sonido hicieron que tanto ellos como nosotros nos quedáramos con un sabor de boca algo agridulce. Y vive dios si se resarcieron, ya que su descarga de hoy fué como la noche y el día respecto a aquella velada. Cómodos desde el primer momento y con la gente absolutamente entregada ya antes de empezar, los chicos de Christopher Baque-Wildman y Mr. Ax descargaron una hora larga de temazos contundentes correspondientes tanto a su último trabajo (la inmensa mayoria) como a su anterior entrega, dejando de lado el que fué su disco de début. Aunque costó algunos minutos, el sonido en esta ocasión acabó siendo impoluto, cuidado, grave, dinámico y contundente, y mediante las proyecciones, los riffs repetitivos e hipnóticos y los samplers vocales que unieron muchas de las canciones, se generó una sensación de continuidad que hizo que la intensidad de la descarga no bajara en ningun momento.
Hay algo en el subconsciente de muchos que, por algun motivo, hace pensar que Dejadeath hacen death metal, y la verdad es que, si te lo miras bien, no es ni mucho menos así. Hay elementos de death metal, sí, pero su música se puede paracer tanto a Strapping Young Lad como a Machine Head, incoroporando cositas doom, cositas alternativas, industriales o progresivas. En general, si me lo preguntas, y sin ser nada radicalmente rompedor, creo que han sido capaces de crear un estilo bastante particular que (y esto le gustará oírlo a Mr. Ax), les convierte en una de las bandas más infravaloradas de la escena extrema no solo local, sino también nacional. Una batería atronadora por parte del señor Bud y un bajo gravísimo e hiper distorsionado de la mano de Imanol Díez sirven para crear la base ritmica ideal para que las dos caras visibles de la banda (esto es un decir, ya que vérseles vérseles, tampoco se les vió mucho) desarrollen unos riffs machacones que, según como, siguen siendo accesibles y hasta agradables. Especialmente destacable me parece el papel de Christopher, desempeñándose con éxito a la voz y a la guitarra solista, aunque Mr. Ax tampoco se queda corto para nada. Las proyecciones fueron parte esencial del show y de la ambientación que quisieron transmitir, y al fijarte en ellas en detalle podías admirar una notable sucesión de extrañas bizarradas aparentemente inconexas, como salchichas, monjas, toreros, sardinas, deseados chulos de playa setenteros y logos del PSOE. El resultado de horas y horas de diversión, sin duda, para quién se haya dedicado a compilarlos.
Dejadeath son conocidos entre el mundillo underground por su amor por los vídeoclips DIY, asi que en aquellos casos en que existiera uno para el tema que estaba sonando, lo pudimos ver acompañando a la canción. Tenemos buenos ejemplos en «BarcelØna», estrenado esta misma semana y protagonizado por escenas pseudo-cotidianas de la ciudad, o «Counterlife», el tema que abre su último disco. Es complicado destacar momentos concretos de un concierto tan compacto y monolítico y que, debido a lo constante de las luces, no tuvo puntos álgidos ni específicamente recordables. Aunque no fué la que sonó mejor, disfruté mucho de la inicial (y algo inesperada para empezar) «Satan is Losing Momentum», así como de «Doomsday Diagnosis» y «Voluntary Servitude», dos de mis temas favoritos de su último disco. En más de una ocasión, y sin que nadie lo pidiera, se generó algun que otro sonriente mosh pit entre las primeras filas de una sala prácticamente llena que alcanzó su apogeo en el momento en que, aunque parecía que ya se iban, se lanzaron a interpretar una «Force Fed Resistance» final que fué recibida con gritos de aprovación y puso el punto y final a una descarga magnífica que hizo olvidar el pequeño borrón del pasado agosto. Dejadeath no es una banda a la que podamos ver demasiado a menudo en directo, y la verdad es que, visto lo visto hoy, ya podrían hacerlo más.
Setlist Dejadeath:
Satan is Losing Momentum
Slow Demise
The Cripple Revolution
Doomsday Diagnosis
Insidious Overlord
Voluntary Servitude
BarcelØna
Counterlife
All Things Human
We Might as Well Die
Force Fed Resistance
Foscor
A pesar de que Foscor son una de las puntas de lanza de este metal extremo barcelonés, tampoco es que se prodiguen muchísimo sobre los escenarios de la Ciudad Condal. Si hago memoria, es posible que haga casi tres años de su último concierto (¿es posible, eso?), con lo que había realmente ganas de verlos en esta nueva encarnación. Así que tras una pausa que sirvió para visitar la barra y arrasar en masa con el puesto de merchandising, pero también para constatar que esta velada se había convertido en una reunión social de lo más granado de la escena extrema local, el numeroso público se fué colocando para asistir a una descarga que, como mínimo, les despertaba curiosidad e interés. Foscor han decidido apostar, con este disco, por dejar atrás casi completamente el black metal más ortodoxo, abrazando un metal oscuro y atmosférico cantado íntegramente en catalán con el que han dado un decidido paso adelante en cuanto a personalidad y diferenciación.
Para escenificar esta evolución y reafirmar esta nueva encarnación de la banda, el repertorio estuvo centrado en la interpretación de Les Irreals Visions en su integridad (aunque fuera de orden), y para completar la hora y cuarto larga de la que dispusieron, se sirvieron de algun que otro tema procedente, sobretodo, de su anterior (y celebrado, almenos para mí) Graceful Pandora, un disco donde ya apuntaban por donde podían ir los tiros ahora. Como nota curiosa, también tocaron el tema que lo cierra, llamado «To Strangle a Ghost», pero en su convencimiento de catalanizar su propuesta radicalmente a partir de ahora, lo han rebautizado y reinventado como «Estrényer l’ànima» para completar un repertorio cantado íntegramente en su lengua materna. Más allá del idioma, Foscor han decidido pasar página, y con la perspectiva del tiempo vemos como sus tres primeros discos, los que generaron el grueso de su fanbase en un primer momento, han quedado relegados a una etapa primeriza que ya parece cerrada y superada.
Más cambios: para centrarse en las voces limpias y, sobretodo, en apuntalar su presencia escénica, el encapuchado Fiar ha decidido dejar de lado el bajo, al menos en directo, a manos de otro buen conocido de la escena local: el polifacético Esteban Portero, ex-guitarrista / teclista de Obsidian Kingdom, ex-batería de Reek y ex-redactor de la competencia, cumplió sobradamente con las cuatro cuerdas y aportó su habitual elasticidad visual a la mezcla. A ambos lados del escenario, los grandes artífices de las canciones de este último disco y del sonido adoptado a día de hoy por esta banda: Falke a la izquierda y Albert (que siempre será ex-Vidres a la Sang) a la derecha, sobrios y solventes en todo momento. Detrás de los parches, el jovencísimo y ocupadísimo Jordi Farré demostró una vez más que es poseedor de un talento impresionante, tal y como nos enseña cada vez que lo vemos aporreando la batería para Foscor, Lux Divina, Cruciamentum, Ered o Sheidim. Casi nada.
Con una puesta en escena sencilla pero estudiada y efectista, adornada por un par de maniquíes fantasmagóricos y unas luces ténues solo rotas por el foco que apuntaba casi permanentemente sobre el rostro desquiciado y encapuchado de Fiar, arrancaron con el concierto al igual que lo hace el disco que venían a presentar, con las magníficas «Instants» y «Ciutat Tràgica», un tema este que tiene pinta de convertirse en todo un himno. Tardaron unos minutos en conseguir el sonido perfecto, pero a la que lo hicieron la cosa solo fué hacia arriba, generando una excepcional comunión entre banda y público que para mí alcanzó su zénit con la interpretación de la genial «Malfiança» cuando ya nos acercábamos a la recta final del concierto. Por el camino, temazos como «Altars» o «Encenalls de Mort» y la introducción de un corte que muchos no habíamos escuchado, llamado «Misotònia» e incluido como bonus track en la versión en vinilo de Les Irreals Visions. La foscor tràgica continuó escampándose por la sala de la mano de los dos temas que dan título a sus últimos discos, siendo el segundo de ellos uno de los momentos más etéreos y atmosféricos de la noche.
Entre amagos de cànticos de «la foscor serà sempre nostra» y la extraña constatación de que el inglés está tan presente en el subconsciente de la metalada como para que una parte del público empezara a corear «Fós-kor! Fós-kor» (una pronunciación inglesa de la muy catalana palabra «foscor»), los barceloneses llegaron al final de su repertorio con dos de los temas más agresivos, veloces y caóticos de su último trabajo: primero, «Encenalls de Mort» puso la sala patas arribas con su desbocada pero elegante velocidad, mientras que al llegar «De Marges i Matinades» (el tema favorito de Fiar), la banda despliega todo su arsenal, desde pianos (grabados, eso sí) sensibles y melódicos, líneas vocales limpias pegadizas e inquietantes, guturales que recuerdan a sus días más salvajes y una riqueza sónica en general bastante incontestable. El final nos despertó a todos, más o menos súbitamente, de un estupor en el que quizás no sabíamos ni que estábamos, señal de que la foscor tràgica nos había atrapado sin piedad.
La verdad es que es un verdadero placer poder asistir a veladas así, y creo que tanto las bandas como los medios como el público lo sintieron así, orgullosos por la parte que nos toca de que un evento como éste fuera tan exitoso sin la necesidad de una banda internacional que atrayera a las masas. Pero como ya he comentado al principio, el reto es ahora que podamos vivir noches como ésta más a menudo sin necesidad de que sean un evento tan especial. Las bandas estan ahí, la gente esta ahí, las salas estan ahí y los medios estamos ahí. ¡Vamos a por ello!
Setlist Foscor:
Instants
Ciutat Tràgica
Senescència
Altars
Encenalls de Mort
Misotònia
Malfiança
Graceful Pandora
Les Irreals Visions
Estrènyer l’Ànima
Espectres al Cau
De Marges i Matinades
Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.
Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.