Ingested es un grupo de brutal death metal afincado en el Reino Unido que lleva en activo desde el año 2006. En su formula añaden elementos de slam y deathcore pero sobre todo brutalidad en estado puro. Ya con su primer disco Surpassing the Boundaries of Human Suffering (2009) dieron un tremendo golpe en la mesa y se posicionaron como un grupo a tener mucho en cuenta. Los pude ver en la mega gira que montaron para el Bonecrusher del año 2009 en la sala Salamandra con otros grandes grupos como The Faceless, Carnifex y Necrophobic entre muchos otros y la verdad que me sorprendieron mucho con su puesta en escena y su extrema brutalidad. Su primer disco dio muchas vueltas en mi reproductor y ahora han vuelto con su cuarto trabajo. Lo que se nota en primera instancia es una producción mucho más limpia, sin tanta guitarra saturada hasta el máximo como si ocurría en sus primeras obras. Una madurez compositiva donde todos los elementos que forman su música siguen estando pero usados con mucha más medida y sabiendo equilibrar muy bien todos ellos para ofrecer un producto entretenido y que hará las delicias de todo amante del metal más extremo.
Tras una intro atmosférica y curiosa te abrasan las neuronas con «Sovereign» que junto a la siguiente «Invidious» son una carta de presentación más que apetecible. Ritmos de todo tipo que se van alternando de forma muy natural pasando de pasajes extremos y rápidos a otros más slam muy bien metidos, sin sonar forzados como puede ocurrir en otros grupos. La batería tiene un sonido muy potente. Para que os hagáis una idea, el tipo de estilo que practican es un poco como lo que llevan haciendo Dying Fetus en sus últimos trabajos, una mezcla de death metal brutal con el aplastante slam.
«Misery Leech» es agresiva y está llena de mala baba con unos riffs muy elaborados con infinidad de cambios y la batería llevando la batuta en todo momento. El cantante está a un gran nivel con unos registros muy bien conseguidos alternando de manera efectiva guturales muy profundos con otros registros más rasgados e incluso con algunos coros muy hardcore en algunas canciones.
La canción con tintes épicos la encontramos con «Purveyors of Truth» con un inicio muy sugerente que da paso a la total devastación. Intensa y aplastante te deja sin aliento con unos ritmos que ya has escuchado antes, no inventan nada, pero joder, como lo hacen. Eso se debe tener en cuenta y aunque sea un estilo que a veces peca de repetición y de monotonía, aquí encontramos un metal extremo de calidad estando al mismo nivel que Thy Art is Murder o grupos del estilo que lo están petando en la actualidad.
En «Trascendence of Gods» nos vuelven a atacar con una agresividad brutal tanto con ritmos muy rápidos con otros a medio tiempo y dobles bombos de otra galaxia. El cantante en esta canción se sale expulsando un odio extremo en cada palabra acompañado de unos potentes coros con un trabajo en las voces impresionante.
«Better off Dead» me parece una de las mejores canciones del disco con unas guitarras exquisitas en su inicio y progresión, una canción muy técnica con un desarrollo arrollador. Unos parones con unas voces demoniacas que nos adentran en su oscuro mundo y te atrapan sin poder hacer nada evocando el caos y el desasosiego más profundo con unas partes totalmente demoledoras.
Unas guitarras acústicas nos dan la bienvenida a «Last Rites», una rara avis dentro del disco ya que se trata de una canción que se mueve más en ritmos lentos y tiene un desarrollo diferente. Contundente y tenebrosa avanza para de nuevo adentrarse en una oscuridad suprema. Eso si, no se quedan quietos mucho rato y los pasajes a toda pastilla también están pero en menor medida siendo la canción más death metal de todo el trabajo. Tras volver a las guitarras del principio la canción se vuelve un festín de brutalidad donde destaca la batería con unos tremendos redobles para terminar de forma decadente y decrepita.
Mucho más deathcore empieza «The Crimson Oath» que es un portento de potencia. Brutal y visceral te despierta de la anterior canción que es mucho más calmada y es imposible no hacer headbanging con su siguiente parte con unos impresionantes ritmos. A mencionar el trabajo excepcional de las guitarras durante todo el disco con unos riffs perfectos donde todo está donde debe estar. Su final es algo más clásico recordando un poco a Suicide Silence.
Un poco más de slam no le viene mal al cuerpo y buena dosis nos dan con «Purge the Parasite», una canción rompe cuellos que será muy efectiva en directo. Lo más curioso de este trabajo es que cada canción es diferente a la anterior y se hace ameno. Aunque tengan unos elementos fijos en su propuesta apuestan por introducir de manera exquisita otros quedando una buena mezcla.
Para finalizar nos deleitan con una canción instrumental que lleva por título «Obsolescent», la canción más larga del disco que lo cierra de manera excepcional. Misterioso inicio con unas guitarras muy post y con un toque de black aliñado con otros elementos. Seguramente quisieron experimentar y les salió esta obra que se aleja algo de su propio estilo. Es de agradecer que los grupos hagan esto para poder ver que son capaces de tirar hacia otros territorios musicales algo ajenos a ellos.
Un disco muy equilibrado y lleno de momentos memorables donde todos los intrumentos juegan un papel importante. Han conseguido madurar su sonido y posiblemente realizar el mejor trabajo de su carrera. Los tendremos en directo el próximo día 26 de julio en la sala Monasterio junto a Counteractt y será una buena oportunidad de comprobar la brutalidad que despliegan en directo.