Kataklysm es una de esas bandas en forma de joya, la cual no tendrá un gran séquito de seguidores, pero los que tiene son incondicionales. Este grupo oriundo de Canadá, lleva 25 años dando caña y haciéndonos disfrutar con grandes álbumes, donde todos y cada uno de ellos son de lo más variopinto y de gran calidad.
Hace poco hicimos la reseña de Palo (2018) de los finlandeses Kalmah, y ahora más de uno pensáis: «¿Y esto a qué viene?» Pues es un buen ejemplo del grupo que hoy hablamos, ya que también es una formación con décadas encima, álbumes que no fallan nunca, en constante evolución musical y con menos seguidores, o renombre, de lo que cabría esperar por su calidad. A mi me sabe mal que grupos así no tengan más reconocimiento por parte del sector.
Continuando con los canadienses, su música siempre tiene contenido, mostrando mucho trabajo detrás, un mimo, que muchos con más renombre ya querrían. Aparte que la temática de sus LP’s tiene mensaje, han tocado desde la historia humana antigua hasta los instintos básicos que rodean la emoción mortal. Tienen una habilidad increíble para explorar los abismos más oscuros y los caminos más intrincados de la naturaleza carnal a través de la música, SU música.
Álbumes como el crudo, a la vez que original, Sorcery (1995), pasando por, probablemente, mi preferido, Shadows & Dust (2002), o el último Of Ghosts and Gods (2015), son todos ellos completamente diferentes. Y es que Kataklysm tiene esto, nunca te harán algo igual ya publicado anteriormente. Su death de corte americano mezclado con el death melódico europeo, los hace prácticamente únicos, y si encima lo juntamos con su estilo rítmicamente pesado y que tiende más a la crudeza, hace de ellos una combinación explosiva.
Debo decir para quien no lo sepa, que esta misma formación tiene un fantástico proyecto paralelo, llamado Ex Deo, con un estilo más epic death, y de temática romana. En abril nos deleitaron con un concierto como artista invitado del tour europeo de Ensiferum, y para mi gusto (y debo decir el de muchos) esperadísimo, ya que suelen hacer giras en cuentagotas con este nombre. Verlos completamente vestidos con la coraza de cuero de dos piezas y al magnifico vocalista Maurizio Iacono portando también la parte inferior, el llamado “paludamentum” y si sumamos que estaban súper puestos en el papel, la verdad no tuvo precio.
Pues bien, vamos a hablar del nuevo álbum, este esperadísimo Meditations (2018), trabajo que continua fiel al sonido raíz del grupo, aunque siguen desarrollando un dinamismo más melódico, como quizá ya pudimos observar, o en este caso, oír, en Of Ghosts and Gods (2015). Quiero hablar de la portada, porque siempre hay un hilo conductor en todas ellas, el símbolo de Kataklysm, reflejando las nubes en el cielo, y esta vez, se ve un rostro humano, gritando y luchando para escapar desde las raíces de un árbol.
Empezamos con “Guillotine”, como no, como todos sus primeros temas, una intro con una voz de fondo, más corta de los que nos tiene acostumbrados, para luego darnos un ejemplo de qué es Kataklysm, con su estilo directo, pesado, crudo, feroz, avasallador, destructor, con una sintonía perfecta llevada a cabo entre el death metal old school y un poco más moderno, sin entrar en nada de “-core”. El comienzo, por el ritmo de las guitarras y batería, me recuerda vagamente a Fear Factory, pero sin el sonido de fondo característico de los norteamericanos. El estribillo melódico, no es de corte lento, sino que muy enérgico.
Continuamos con “Outsider”, este tema, en general contiene un riff más thrash que le da un tinte más duro, en la mitad de la canción hacen un cambio melódico de corte lento y así darnos un respiro, para volver a la carga y destrozarte la nuca de tanto headbanging.
En la siguiente “The Last Breath I’ll Take Is Yours”, nos encontramos con un punteado de guitarra, acompañado de unos breaks a cargo del bajo y batería, para continuar con una brutal parte riffeadora y bombos destructores, para después calmarnos un poco y pasar a un tema que predomina más la melodía de tintes tristes, para acabar eso sí, otra vez con brutalidad.
Con “Narcissist” nos encontramos con una canción de medio tiempo, pesada instrumentalmente y que a medio tema hacen un cambio que podría pasar tranquilamente por Ex Deo, por como tratan esta parte (y la canción en general) cosa que también ayuda el redoblar de tambores para que nos recuerden a los “romanos metaleros”. Debo decir que los primeros segundos hay una voz “mantra” que la primera vez que la escuché, pensaba que había pasado algo raro y me había puesto por error “Kingdom of Heaven” del álbum Design Your Universe (2009) de un grupo que me gusta mucho, Epica, pero no,
En “Born To Kill And Destined To Die” volvemos a otro tema con esencia thrash, pero siempre, no lo olvidemos con base death, y varios solos de por medio, que le dan un aire diferente a lo habitual en Kataklysm.
Ahora toca un poco de black metal en la intro de “In Limbic Resonance”, canción muy enérgica y poderosa, con guitarras muy harmónicas y donde Maurizio Iacono nos obsequia con unos cuantos gritos shriek, cosa cada vez menos habitual en sus discos, comparado con antaño, donde actualmente prevalece su death growl un poco ahogado.
“And Then I Saw Blood” sigue la línea de guitarras harmónicas, aunque esta vez en general es un tema más melódico. En las siguientes no nos encontramos un death ultra rápido, pero si que en “What Doesn’t Break Doesn’t Heal” volvemos un poco a su estilo, aunque continuando con la melodía. En “Bend the Arc, Cut the Cord” y “Achilles Heel” me han vuelto a recordar otra vez a Ex Deo, por ser un death más pausado y por poner energía y fuerza en los estribillos melódicos.
¿El resumen de Meditations? Para variar, estos señores nos han honrado con un grandísimo trabajo, donde otra vez se han reinventado para continuar sonando frescos y evolucionados, pero sin dejar de ser ellos. Kataklsym nos ha vuelto a sorprender. Conceptualmente, este disco es muy diferente al ya mencionado Shadows & Dust (2002), mucho más death puro, rápido y con sus riffs afilados.
En general es un álbum, como he descrito, donde se nota una pequeña esencia thrash, y también hay más melodía de por medio. Esto último, pero, no significa que hayan perdido dureza, ya que estas partes, a excepción de algún tema ya comentado son bien enérgicas o más como parte de cambio de la canción y no predominantes (como podría ser el caso de mis “queridos” Arch Enemy), propiamente dicho.
No nos vamos a encontrar con el mejor trabajo de los canadienses, ¡Qué bueno es, eh!, pero yo siempre digo que todo grupo, a nivel sobre todo de canciones, lo da todo en sus diez primeros años, como mucho quince. Evidentemente la gente madura, puede cambiar el estilo, ser más técnicos, etc. Pero en general pensad en todos los grupos que os gustan, ¿cuántas de sus canciones que sean himnos, cumplen este requisito? Sí, habrá casos, pero las buenas canciones generalmente están englobadas en esa época.
Para terminar mi reseña supurante, diré que os tenéis que escuchar, sí o sí, este Meditations, donde molará a los fanáticos de Kataklysm, a los nuevos oyentes es una muy buena bienvenida y a los que hacía tiempo que no los oían, los despertará de su letargo. Con este trabajo, escucharéis muchos matices death, gracias a la magnífica voz de Maurizio Iacono, la calidad suprema a las seis cuerdas de JF Dagenais, un bajo que se deja escuchar mucho, a cargo de Stephane Barbe y los brutales cambios de ritmo a la percusión del “jovencito”, a la vez que más nuevo, Oli Beaudoin.
Soy de esa generación que la “post-pubertad” lo pilló entre el metal primigenio (lo que llamamos ahora old school) y la nueva ola que fue el Nu metal, es decir, pasado mediados de los 90. Me encantan muchos estilos pero sobretodo el rock clásico y evidentemente el metal, este último es una forma de vida y encima me gusta desgranar y reconocer la riqueza de todos sus subgéneros. Uno ya tiene su edad (los mechones blancos en la barba no están por que sí) pero no me cierro para nada a grupos nuevos, eso sí, mientras haya fuerza y calidad, aunque hoy en día hay mucha. Como nacido justo entrados los ochenta también se incluye que soy un friki de cuidado (rol, videojuegos, Star Wars, pelis Gore, literatura fantástica y un largo etc.) vaya que toco de todo un poco. En resumen, espero contagiaros mi pasión metalhead a la vez que disfrutáis de mis aberrantes destripes.