Los británicos Inglorious reviven glorias setenteras en Barcelona

La visita de los británicos Inglorious ha supuesto uno de los últimos coletazos de una brutal temporada otoñal de conciertos que algunos, secretamente, casi deseamos que llegue a su final y nos dé tiempo para descansar un poquito. Y no sé si el público barcelonés estará pensando lo mismo, pero este evento no fue capaz de congregar a muchas más de cien personas (si es que llegaron) que hicieron que el ambiente que se respiró en la sala Bóveda, aún y lejos de parecer vacía o desangelada, no fuese tampoco todo lo caluroso que habría podido ser. Ni tan siquiera la prensa rockera barcelonesa, por cierto, pareció particularmente interesada en retransmitir en diferido las evoluciones de esta descarga, ya que básicamente solo estábamos nosotros (que, como sabéis, no nos perdemos una) y algun otro que estaba apuntado en la lista de prensa no llegó a aparecer. Aún y así, tratándose de una banda joven (pero enérgica y prometedora) y no demasiado conocida fuera del territorio inglés, conseguir que un centenar de personas (y una revista web) se movilicen para verlos a miles de kilómetros de distancia de tu casa, pues tampoco está tan mal, oye.

Alchemist Vision

Debo decir que, personalmente, no tenía ni idea de quién eran estos tales Alchemist Vision que, poco menos de una semana antes de este concierto, fueron anunciados como teloneros de Inglorious en la noche de hoy. Después de algo de investigación, descubrí que esta banda, radicada en Badia del Vallès, se formó en 2011 y publicó una maqueta y un EP hasta que se separaron (temporalmente) en 2015. Hace solo un par de meses que han decidido volver y, ante su propia sorpresa, les ha surgido la oportunidad de adelantar su regreso a los escenarios antes de lo esperado con este concierto irrenunciable en un entorno tan ufanoso como la Sala Bóveda.

Es cierto que la afluencia de público durante su descarga no fue del todo abundante, oscilando entre las 30 personas desperdigadas que había al principio hasta las casi 60 que pudieron ver los últimos minutos de su actuación. Al igual que la afluencia, su concierto fue de menos a más, empezando algo estáticos y enquilosados para acabar soltándose y cogiéndole el truquillo a la cosa hasta finalizar los treinta minutos largos de los que dispusieron haciendo sonar su heavy metal con chica al frente de forma más que aceptable, sobretodo con un par de últimos temas, «Don’t Know Why» y «Road Ends», que me gustaron especialmente y que creo que, al final, nos dejaron con ganas de más.

Por cierto, a los miembros instrumentales de la banda ya se les veía con sus buenas tablas, pero su nueva vocalista, Aida, se enfrentaba esta noche a su primera actuación en directo. Y aunque al principio se la veía algo reservada, también se fue dejando ir a medida que pasaban las canciones, demostrando una generosa capacidad vocal y ningun miedo a soltar bromas malas entre tímidos aplausos. Su concierto, potente y más que digno, quizás no pasará a mi historia personal, pero siempre es interesante descubrir nuevas bandas de calidad y añadirlas a mi extenso radar. Les deseo toda la suerte del mundo en su retorno.

Setlist Alchemist Vision:

Midnight
Different World
Hard Heart
Don’t Know Why
Road Ends

Inglorious

No es demasiado habitual encontrarte conciertos en los que la media de edad del público sea más elevada que la de la banda, pero en esta ocasión esto fue exactamente lo que sucedió. Y es que aunque quizás los componentes de Inglorious no superan la treintena, espiritualmente estan anclados en plena década de los setenta, en algun lugar entre los últimos Led Zeppelin y los primeros Whitesnake. Al igual que ellos, Inglorious es una banda que rebosa actitud, pose, mucho blues, rock n’ roll, mojo y, sobretodo (sino de qué), posee una generosa cantidad de canciones infecciosas y memorables. En el momento en que se subieron al escenario ahí estábamos unas cien personas, que fueron las que finalmente se reunieron en la Sala Bóveda para vivir un buen concierto, dinámico y entretenido, sin apretujones.

Aunque a priori me esperaba un poco más de movimiento y, por llamarlo así, de payaseo sobre el escenario, nadie puede negarles que su presencia escénica es convincente al 100% y que su descarga sonó perfectamente bien y transcurrió de forma convincente desde el primer al último minuto. Instrumentalmente son gente sobradamente solvente, pero es un hecho que su éxito (sobretodo en su Inglaterra natal) se ha cimentado a partir de la presencia del vocalista Nathan James y su remarcable vozarrón en la edición británica de los programas La Voz y Superstar. A raíz de esa incipiente fama, encontró un hueco como cantante en directo del ex Scorpions Uli Jon Roth y de la Trans-Siberian Orchestra del ex Savatage Jon Oliva, lo que acabó por abrirle las puertas a formar su propia banda y que ésta ocupara, gracias a su trabajo y calidad, un hueco en el mundo del hard rock clásico en Gran Bretaña.

Y aunque allí han amasado ya una buena base de fans y sus conciertos empiezan a gozar de asistencias de cuatro cifras, en la península aún no son particularmente conocidos. Es cierto que no inventan nada particularmente nuevo, pero tienen todo para gustar a aquellos fans del hard rock más clásico al que homenajean con reverencia tanto musical como visualmente. Durante la hora y diez que pasaron sobre el escenario hubo un poco de tiempo para todo: temas directos y rockeros como los iniciales «Read All About It» o «Breakaway», pasajes más blueseros como «Making Me Pay» o «Faraway», solos de bajo y batería, poses de guitar hero de Andreas Eriksson y momentos intimistas en los que, acompañado de la guitarra acústica de Drew Lowe, Nathan da rienda suelta a su envidiable capacidad vocal a la vez que rinde tributo a dos músicos muy queridos que nos han dejado este año, interpretando sentidas versiones de «Numb», de Linkin Park y, sobretodo. «Black Hole Sun» de Soundgarden, que tuvo a toda la sala cantando el estribillo al unísono.

Hasta aquí, el concierto había transcurrido más o menos igual que el resto de paradas de la gira, pero para hoy Inglorious tenían preparada una sorpresa especial. Llegados a este punto se subió al escenario una tal Maika Barbero, una chica de voz rasgada y actitud muy rockera que parece que participó (y casi ganó) en la primera edición española de La Voz allá por 2012, para compartir una potente interpretación del tema de Kings of Leon «Sex On Fire» con Nathan y Drew. Aunque yo no la conocía y me da que buena parte del público tampoco, parece ser que ella y el vocalista de Inglorious son amigos y admiradores mutuos desde sus estancias respectivas en televisión, y la previa y post canción estuvieron repletas de elogios cruzados entre ambos.

Pasado este momento especial, nos dispusimos a encarar la recta final del concierto mediante algunos de los temas más celebrados de la noche, con mención especial para la pegadiza «I Don’t Need Your Loving», un temazo que gozó de la mejor respuesta del público y que, tal y como el propio Andreas Eriksson auguraba en la entrevista que le hicimos hace unos días, tiene pinta de convertirse en todo un clásico para la banda. Cerraron los setenta minutos cortos de que dispusieron con dos temas de su primer disco: «Holy Water» y «Until I Die» (con ese principio tan purpleiano) vieron como Nathan se paseaba por la barra de la Sala Bóveda (una tentación habitual en muchos conciertos celebrados aquí gracias a su perfecta ubicación para ello) y sirvieron para poner el punto y final a una noche muy entretenida en la que retrocedimos a los años en que nuestros padres eran jóvenes. Los setenta molan, y bandas así no hacen más que recordárnoslo.

Setlist Inglorious:

Read All About It
Breakaway
High Flying Gypsy
Tell Me Why
Making me Pay
Warning
Solo de bajo y batería de Col y Phil
Taking The Blame
I Got a Feeling
Numb (Linkin Park cover) / Black Hole Sun (Soundgarden cover) (acústicas)
Sex on Fire (con Mayka Barbero, acústica)
Faraway
Unaware
I Don’t Need Your Loving
Holy Water
Until I Die

Albert Vila

Siempre me ha encantado escribir y siempre me ha encantado el rock, el metal y muchos más estilos. De hecho, me gustan tantos estilos y tantas bandas que he llegado a pensar que he perdido completamente el criterio, pero es que hay tanta buena música ahí fuera que es imposible no seguirse sorprendiendo día a día.

Tengo una verborrea incontenible y me gusta inventarme palabras. Si habéis llegado hasta aquí, seguro que ya os habéis dado cuenta.