Mística y Somali Yacht Club firman una gran noche de doom y stoner en la sala Rocksound

Gran velada en una de las mejores salas (para mí) de Barcelona: la Rocksound. Esa noche de jueves pintaba muy bien. Había varios conciertos en varias salas así que tendríamos un buen público, pero no masivo, cosa que a los promotores no gusta tanto, pero a los que hacemos fotos, sí. Ley de vida.

Mística

Empezamos la oscura vigília con el duo Mística, que sabe Satán que andaba loco por verles en directo. Provenientes de varios grupos y con tablas suficientes para sentirse cómodos con este nuevo proyecto, pues un añito y poco más hace que nació Mística, idea de Judit y Emilio. El dueto nos adentra en una caverna oscura y húmeda de doom pesado, sin florituras, y con ganas de que cada nota retumbe en tu caja torácica a modo de bola en un pinball. Esa noche era su quinto o sexto concierto, y aunque ellos decían estar nerviosos, en el escenario se les vio muy sueltos, cómodos y rodados. Tocaron (creo) todos los temas de su trabajo Embrió I EP (2017) y diría que algunos nuevos. Sin rodeos, sin parloteos, de cara a dar un tocho duro y gordo de riffs pesados y acongojantes, mezclados con una batería que le hacía de perfecta base rítmica.

A mí me encantaron, y el miedo que tenía al haberlos idealizado tanto se disipó al final del concierto al ver que lo que nos ofrecieron era de una calidad excelente y, por supuesto, necesitamos que sigan dándonos material y conciertos… así de buenos. Un buen futuro les auguro, pues tienen lo que necesita una buena banda, un buen proyecto formado por buenos músicos y, si cabe, mejores personas. Creedme, si podéis, vividlos en directo.

Somali Yacht Club

Y como siempre, un placer agradable que siempre que puedo me doy, es el de no saber nada de algunas de las bandas que tocan. Ni escuchas previas, ni videos, ni saber cuántos son, ni cómo es su directo. Lo admito, me seduce la idea de enamorarme de las bandas viviéndolas en su salsa encima del escenario.

Y sí, me enamoraron. Me gustó mucho su “savoir faire” delante de un público que ahora ya sí, era más numeroso que durante la anterior banda. La gente esperaba con ganas el principio del trío ucraniano y, la verdad, es que no había para menos.

Su música está densamente poblada por pasajes de stoner, doom, unas pizcas de psicodelia y, quizá, unas gotas de post-rock. Es. oscura y penetrante, y su personalidad, simpática pero muy profesional. Dieron un 120% de su capacidad ante el audiencia que estábamos en la capital catalana. Si no me informé mal, tienen un EP y 3 discos, y eso se nota mucho en su forma de funcionar en un cruel y duro directo acompañado por un técnico de sonido que traían ellos (creo) que los hizo sonar perfectamente; un gran combo. Formados en 2011, su carrera sigue en sentido vertical, y su cantidad de conciertos confirman que están engrasados. Sonaron de lujo, y su setlist fue de lo más variado, sin poder poner qué canciones tocaron, ya que estaba en babia disfrutando de ellos. Pero puedes preguntarme si les volvería a ver, y la respuesta es: «¡Sí, y cien veces sí!»

Otra gran noche en Rocksound, sí señor.

Sergi Vila

No sé hacer fotos y no sé escribir, pero voy a conciertos e intento dejar un recuerdo de esos grandes momentos.