Ósserp se formaron hace tan solo cuatro años pero su carrera ha sido meteórica. En el año 2013 sacaron su primer trabajo Sota El Cinturó d’Orió en formato EP, una mezcla de death metal, grindcore, d-beat y otras influencias que gustó mucho tanto a público como a crítica. Tras ese primer asalto y varios conciertos sacaron un split junto a Assot al año siguiente y posteriormente nos volaron la cabeza con Sang i Sutge (2015), una declaración de intenciones de hasta dónde podía llegar el potencial del grupo por lo que fue elegido como mejor disco nacional por una importante revista especializada. Realizaron muchos conciertos recorriendo todo el estado con una muy buena respuesta por parte del público y este 2017 se encerraron en el estudio para producir su nuevo asalto sonoro y desde Science of Noise os podemos decir que se han vuelto a superar y de qué manera.
El arranque del disco es puro metal extremo sin concesiones que taladra tu cabeza sin parar con una batería muy rápida y unas guitarras con un sonido atronador. Las voces han mejorado mucho y no quiero decir que antes no fuesen buenas, al contrario, lo que en esta ocasión el tratamiento que han recibido ha sido mucho más estudiado y trabajado. Los encargados de ellas han sido los cantantes del grupo Xavi y Vali que se han dejado la garganta con una gran colección de guturales, raspados, gritos y locuras varias que complementan perfectamente la música creada por Dani y Alex.
El sonido HM-2 está presente durante todo el disco como marca de la casa pero aparecen nuevos elementos que nos pueden llegar a sorprender y que aportan un halo de frescura a la propuesta que nos venían ofreciendo hasta ahora. Estos elementos se acoplan perfectamente a la música de Ósserp que hará disfrutar a los amantes del estilo y del metal extremo en general.
El disco empieza con “Entre Regnes” (Entre reinos) que entra de golpe después de una pequeña intro y tras un riff muy potente la velocidad se apodera de todo sin dejarte respirar apenas. El death metal sueco hace aparición y van alternando entre partes más a medio tiempo con arranques de pura rabia. La voz es cavernosa y poderosa mientras las guitarras y bajo van cabalgando a lomos de la batería que los lleva furiosamente hacia el final.
“Jo No Ploro els Màrtirs” (Yo no lloro los mártires), primer adelanto que nos ofrecieron, empieza del mismo modo, con hipervelocidad al cuadrado. De pronto el estribillo se vuelve una especie de grindcore/hardcore de lo más jugoso y a partir de aquí toda la canción está envuelta en una atmósfera opresiva.
“Caça Furtiva” (Caza furtiva) es más a medio tiempo con una pequeña intro ambiental que te adentra en sus ritmos lentos y de cadencia lúgubre. No te preocupes que vuelven al grind/death más corrosivo con dobles voces agónicas sin casi darte cuenta y que no abandonan ofreciendo una clase magistral de velocidad y contundencia.
Con “La Falç de Saturn” (La hoz de Saturno) llegan los Ósserp más experimentales y lentos. Una introducción con una atmósfera muy opresiva y melancólica te va envolviendo en una aura cósmica. Un muy buen acierto ponerla después de tanta caña. Entra la canción propiamente dicha y se torna en un funeral doom/drone para entrar de lleno a un death metal pastoso muy a lo Bolt Thrower con unos acordes por en medio que quedan geniales rompiendo los típicos clichés. Podríamos etiquetar esta canción como post-death metal perfectamente mezclado con una buena dosis de samples que le dan un aire psicodélico y fantasmagórico para al final transformarse casi en una especie de black metal. Una canción muy original con muchos cambios candidata a ser una de las mejores del disco.
“Amb el Cap ben Alt” (Con la cabeza bien alta) vuelven a ser los de siempre con un grindcore acelerado y pinceladas de death metal. El d-beat está presente pero no tanto como en sus anteriores discos y apuestan más por un metal influenciado por la vieja escuela pero con detalles modernos.
“Sota la Creu del Gentil” (Bajo la cruz del gentil) suena a Ósserp al 100% donde cada uno de los característicos elementos que forman parte de la música del grupo hacen acto de presencia. Canción rápida pero donde tienen cabida unos buenos ritmos a medio tiempo e incluso se atreven con un pequeño solo cosa no muy habitual. Aparecen unas voces gorrinas y al final te vuelan la cabeza, literalmente.
“El Culte” (El culto) empieza con un gutural profundo para dar inicio a un festival de casquería y voces grindgore muy acordes con la tralla que reparten sin descanso. Segundo adelanto que nos ofrecieron con el que te haces a la idea que en vez de soltar el acelerador se han puesto manos a la obra para crear un trabajo variado pero donde las altas velocidades tienen un gran protagonismo. Insisto en el sonido de las guitarras que suenan muy contundentes con un bajo que las sustenta y les da el empaque necesario.
“De dalt del Campanar” (De arriba del campanario) contiene unos acordes y ritmos muy hardcore al principio, algunas pinceladas de rock para volver de nuevo al grindcore característico de ellos (no pueden estar calmados mucho rato). De pronto vuelven a un hardcore infeccioso que hará las delicias de los amantes de los pogos y se liará mucho cuando suene en sus directos.
Y para cerrar este magistral trabajo han escogido la canción más experimental de todas. “El Buit” (El vacío), título muy bien puesto por cierto, es una especie de noise/drone/atmosférico que te transporta a través de sus sonidos, notas y gritos a un vacío existencial donde nada importa y la oscuridad se apodera de todo tu ser. Sabemos que Dani es un gran amante de la música electrónica y otros géneros y estilos alejados del metal y aquí deja huella patente de ello con esta canción. Una batería distorsionada golpeará las pocas neuronas vivas que te queden al llegar hasta aquí. Deja que la agonía atraviese todo tu cuerpo y luego descansa tras estos 40 geniales minutos que llevan al grupo a otro nivel y que les permitirá expandir su música mucho más allá de nuestras fronteras, no lo dudéis.