El KristonFest es ya una de las citas ineludibles del panorama rockero nacional y en esta edición tienen un cabeza de cartel tremendo: los suecos Graveyard. Como fan acérrimo del grupo pedí una entrevista con ellos puesto que dentro del mal llamado retro rock son los líderes del movimiento. Es un grupo que consigue canciones realmente impresionantes, y a pesar de que en la misma Suecia hay muchas bandas de calidad, nadie se puede acercar a lo que Graveyard ofrecen.
Tienen disco nuevo del que no sabemos ni título ni fecha, pero esté grabado y en rampa de salida, así que tiramos de la lengua de Truls Mörk, su bajista, que intenta no soltar prenda, pero ya nos avisa de que el grupo va a hacer cambios importantes en su sonido. Graveyard han sido número 1 en sus últimos trabajos, por lo que va a ser algo importante. Hacemos un repaso a su trayectoria y nos confiesa Mörk que disfrutó especialmente tocando con Slash en Estados Unidos, unas tierras que el grupo consideran como su segunda casa.
Hola, Truls, soy Jordi Tàrrega de Barcelona de Science of Noise. El principal motivo de esta entrevista es promocionar vuestro próximo concierto en el KristonFest de Madrid. ¿Dónde estás ahora?
Estoy en mi casa de Gotemburgo, en Suecia. Acabamos de regresar de la gira este mismo domingo, así que trato de adaptarme a la vida en el hogar otra vez (risas).
¿Y estarás de relax hasta el KristonFest de Madrid?
No del todo… pues tengo un concierto en solitario con uno de mis proyectos y en este toco la guitarra y canto, y un poco me toca ordenar mi mente, dejar a un lado el material de Graveyard y meterme en el del grupo en solitario. Con Graveyard hemos hecho una gira de tres semanas con Kadavar. Así que me toca ver a la familia y hacer este bolo para luego cambiar y volver a meterme en el material de Graveyard y volar hacia España.
Creo que una gira con Graveyard y Kadavar es una maravilla…
Sí, quedamos muy impresionados del feedback de la gente. Todos los que vinieron parecían muy felices y lo pasamos genial durante toda la gira.
¿Qué podemos esperar de Graveyard como cabeza de cartel en el KristonFest? ¿Habéis decidido el set list ya?
Sí, la verdad es que hacemos muchas canciones del Hinsingen Blues y también hacemos muchas canciones del último disco Peace. Digamos que de esos dos discos está la mayoría del repertorio y luego tocamos material de los otros álbumes. Hay por lo menos un tema de cada disco que hemos editado hasta la fecha. Pero son Hinsingen Blues y Peace los que vertebran el setlist.
He escuchado una nueva canción instrumental muy rara llamada “The Ghost Scare”. Entonces, esto significa que habrá un nuevo álbum pronto, supongo…
Esto es un error…
A ver… yo tengo Amazon Music y me aparece un tema nuevo titulado así de Graveyard.
No es nuestro ese tema… Me han hablado de que sucedía esto y que aparecía ese tema en Spotify. Y es que creía que ya había desaparecido de las plataformas. Es que no sé si nos han hackeado o si existe otra banda llamada Graveyard. Es que me hablaron de esto que me cuentas hace ya algunas semanas. Yo uso Spotify y allí ya no está. Tendremos que hablar con la gente de Amazon y que lo quiten porque eso no es nuestro.
Me alegro que no sea vuestra pues me parecía a mí que sería un tema para entrar a escena o para poner de fondo cuando termináis.
Es una vergüenza que todavía esté allí pues no es un tema nuestro. No hemos sacado nada nuevo, pero pronto habrá material. Ni he llegado a escuchar este tema.
Peace es vuestro último disco y fue editado en 2018. ¿Cómo pasó la banda el tiempo de confinamiento y Covid? ¿Escribisteis muchas canciones?
Hemos grabado ya un disco nuevo y va a salir este año. Durante estos años hemos estado… bueno, primero digamos que nos sentíamos un poco quemados de todo y desconectamos los unos de los otros durante muchos meses de pandemia. Es que con Peace estuvimos mucho tiempo de gira y llegó a ser todo muy intenso. Estuvimos girando hasta marzo de 2020 y lo bueno es que no tuvimos que suspender ni un solo concierto. Algunos sí que suspendimos el pasado verano, pero completamos una larga gira que nos dejó exhaustos. La pandemia nos dio un tiempo para romper con la inercia y seis meses después del encierro ya empezamos a contactarnos, compusimos temas nuevos e incluso fuimos al estudio. Y ahora ya podemos decir que tenemos el disco, que se ha masterizado y que pronto lo lanzaremos.
¿No puedes decirme el título del disco? (risas)
Vamos a dar toda esta información en breve, pero por ahora sólo te puedo decir que saldrá este año.
¿Y me puedes decir si es similar a Peace o podemos esperar cambios importantes?
Pues te diría que muy posiblemente puedes esperar algunos cambios. A ver… creo que junto con Peace son discos que combinan bien juntos, pero… más en una onda de luz y oscuridad. Digamos que se complementan bien y que este nuevo ahonda más en la perspectiva personal profunda que hemos vivido durante estos años. Unos años en los que no pudimos casi ni tocar y no tocamos ese estilo concreto… No puedo contarte mucho al respecto, pero es bueno, es muy bueno.
Desde mi punto de vista creo que Graveyard tiene un algo especial en su música. Estáis en un nivel más alto respecto a bandas con propuestas similares ¿Pero te sientes cómodo cuando la prensa etiqueta tu música como retro rock?
Sí, me siento cómodo con esta etiqueta, aunque me gusta más lo de pensar en que nuestra música es atemporal, rock de toda la vida. Evidentemente no suena a rock moderno, pero no veo del todo que sea retro-algo. En nuestra música hay un poco de todo así que preferiría lo de timeless rock ’n’ roll. Y ya te digo que la etiqueta que nos colgaron tampoco es que me desagrade, si alguien le apetece llamarle retro a lo que hacemos pues me parece bien. Confieso que sí hubo un momento en el que nos molestaba bastante ese término, pues había allí todo tipo de bandas y que no nos parecíamos a ellas para nada. Tampoco necesitábamos vestirnos con ropa de época, como si hubiésemos salido de los 70. Y a estas alturas de la película nos relajamos y ya no nos importa.
El mejor concierto al que he asistido de Graveyard fue en un Azkena Rock Festival. Me parece el Azkena el sitio perfecto para vosotros. No sé si estabas tú en la formación, pero yo recuerdo ese día perfectamente porque me dolía la cabeza, pero disfruté muchísimo con vuestro concierto.
La verdad es que recuerdo aquel concierto perfectamente. Había muchísimo público esa noche, todo fue muy bonito y fue uno de los primeros conciertos que hicimos con un batería que entró nuevo, y creo que fue justo en ese concierto cuando el grupo y él combinamos a la perfección. Se hizo ese click mágico. Yo había estado en el grupo, pero también lo dejé durante un tiempo y ahora llevo con ellos desde 2014. El caso es que recuerdo perfectamente ese show y después fuimos al Resurrection Fest. El Azkena fue dos años antes y en ambos la experiencia estuvo genial. Las audiencias españolas siempre son muy gratificantes. El público hace que todo funcione a la perfección.
Aquí en Barcelona hay muchos fans de Graveyard, y quería preguntarte cuáles son los mercados más grandes para vosotros. ¿Suecia y Norte de Europa, supongo?
La verdad es que estamos viajando mucho a Estados Unidos. Hemos llegado a completar más de diez giras por allí. Antes de la pandemia solíamos hacer una gira al año por Estados Unidos. Un poco nos sentimos como si fuera nuestra casa, pero esto ya desde los inicios. Piensa que en tiempos en los que usábamos el Myspace, antes de sacar siquiera el primer disco, subimos un par de temas y nos fichó un sello sueco y otro americano.
TP Records fue el sello en Estados Unidos, y ya por ello empezamos a ir mucho por allí y nos ganamos una reputación, por lo que siempre vemos Estados Unidos como una segunda casa, especialmente en ciudades como San Francisco o Nueva York. Luego está Alemania, un país al que vamos mucho a tocar. Me encanta Alemania y esta última gira ha estado genial.
Si miramos tu historia con Graveyard veo que estuviste en los inicios de la banda, luego te unes en 2015, dejas la banda y regresas en 2017. ¿Es así?
No es del todo correcto… Yo estuve en Graveyard para grabar el primer disco y luego lo dejé. Volví en 2014 y entonces grabé el disco Innocence and Decadence de 2015, pero ya llevaba con ellos un año antes y sigo en la banda desde entonces. Luego sí que hubo un baterista que se fue en 2016, quizá por eso te has confundido. Sí… digamos que en esos años hubo un periodo algo caótico para el grupo.
Ya que mencionas este periodo caótico quiero preguntarte el por qué el grupo se separa en 2016 y se reúne en 2017.
El miembro fundador del grupo, batería y compositor Axel Sjöberg dejó el grupo en 2016. Y es que yo creo que siempre pasa lo mismo, o si más no, es lo que nos pasa a nosotros cuando sacamos un disco. Giras mucho y con esa rutina hay un momento en el que las cosas empiezan a ser muy abrumadoras, pasas mucho tiempo conviviendo con el resto de la banda y al final la mierda empieza a aflorar. Sacas disco, vas año y medio de gira y claro, hay cosas que están destinadas a suceder. Te sientes como atrapado, te hartas de todo y te toca continuar y ya no te llevas tan bien con el resto. Y al final Axel dejó el grupo… Y fue en plan: “mierda, él es una de las fuerzas motrices del grupo”.
Axel no era un batería que toca, era un líder en muchos terrenos. Así que decidimos abandonar y darnos tiempo, pero de verdad que llegamos a pensar que esto había terminado. Luego va pasando el tiempo y sientes que te pica el gusanillo y el nuevo batería que aparece era un viejo amigo del instituto. Éramos quinceañeros y ya tocábamos juntos. Empezamos a tocar un poco juntos con el resto de la banda y él tocaba a una velocidad espectacular y pensamos que la cosa podía funcionar, y que además vivía en la misma ciudad y es vecino mío. Vive en la calle de atrás y de repente teníamos batería y hacíamos jams con él. De repente todo volvía a ser divertido, empezamos a componer canciones y de repente, parecía que teníamos una banda de nuevo.
¿Es Hisingen Blues el álbum más importante en la historia de Graveyard?
Sí… es el disco que cambió las cosas. Desgraciadamente yo no estaba en el grupo entonces. Es un disco espectacular, la banda estaba muy unida, la producción, la composición, y, además, salió en el momento perfecto en el que tenía que salir. Es un disco muy importante y muy probablemente sea el disco por el que vamos a ser recordados.
Y fue número 1 en ventas en Suecia… Hay muchas bandas buenas en Suecia, lo que tiene mucho mérito, la verdad…
Sí, pero nuestro último disco también ha sido número 1 en Suecia. Creo que hemos hecho un muy buen trabajo manteniéndonos activos y con el nombre del grupo en lo alto. Hisingen Blues fue el disco rompedor, lo recuerdo muy bien y yo seguía siendo amigo del grupo por aquel entonces. Y algunas veces incluso me tocaba ayudar al grupo. Recuerdo que una vez Joakim Nilsson se rompió un brazo y no podía tocar la guitarra, pero podía cantar, así que toqué yo. En otra ocasión el guitarra Jonatan Larocca tuvo su primer hijo y yo le suplí. Estaba siempre en contacto con ellos y cuando sacaron el Hisingen Blues yo lo viví con ellos, desde una posición privilegiada. Fue alucinante lo que pasó. Me sentí muy orgulloso de ellos pues son mis amigos.
¿Son las baladas una cara realmente importante de Graveyard? Quiero decir, canciones como “Slow Motion Countdown”, “Uncofortambly Numb” o “Exit 97” son tremendas.
Nos encanta tocar canciones lentas y combinarlas con otro tipo de composiciones. Nos gusta jugar con las intensidades y que suba y baje. No sé si calificarlas como baladas, pero sí que hay en ellas como un fuego contenido. Este tipo de composiciones tienen un lugar importante en los sets de Graveyard.
Vale, pero en directo, para el fan, cuando encadenáis dos baladas, es una pasada, pero para quien no es fan del grupo… no terminan de entenderlo. Yo lo he hablado con gente y me dice que no le engancha vuestro directo por eso, pero los fans las disfrutamos totalmente. Vuelvo a repetir que estas canciones son muy profundas y a mí me encantan.
Sí, puede pasar.
Hablando del disco Lights Out, tengo que decir que el inicio con “Slow Motion Countdown” y “An Industry of Murder” es un arranque impresionante. ¿Son dos de tus temas favoritos o no?
De ese disco mi canción favorita es “The Suits, the Law and the Uniform” y cuando preparamos el set list siempre intento abogar por esta canción, pero el resto del grupo no está del todo de acuerdo y es una canción complicada de cantar. Alguna vez la tocamos y me encanta el riff. Tocamos mucho “Slow Motion Countdown” y “An Industry of Murder” la tocamos cada noche.
Hay una banda de metal extremo en Barcelona llamada Graveyard que toca por toda Europa con vuestro mismo nombre. ¿Tenéis algunos problemas a la hora de tener el mismo nombre?
He oído hablar de ellos, pero nunca ha habido ningún problema pues su música es muy diferente de la nuestra, así que por nuestra parte no hay problema.
¿Cuál fue el primer disco que compraste con tu propio dinero?
Oh, mierda… Pues creo que fue uno de Wu-Tang Clan (risas). Yo tendría 13 años o así. Era muy joven y ese día me compré también un disco de Neil Young. Es que yo de crío no estaba interesado por el metal, ni mucho menos. A mí me gustaba la música de Neil Young.
Creo que Graveyard nunca toca versiones en directo… Si de ti dependiera, ¿qué canción te gustaría tocar?
Es un tema que hemos hablado todos y tocaríamos un tema de un artista sueco que ya falleció y su nombre es Pugh Rogefeldt. Sé que es un nombre complicado de pronunciar. Él cantaba en sueco y tuvo un disco de mucho éxito en 1969 y se hizo muy famoso en Suecia. Era un estilo de rock muy underground con algo de psicodelia sueca y luego estaba la canción “Här kommen natten” que en su traducción al inglés vendría a ser “Here Comes the Night”, una composición muy bonita que siempre tenemos en cartera pero que hasta ahora nunca hemos tocado.
De versiones… creo que tocamos alguna hace tiempo y fue una bonita experiencia. Fue una vez tocamos con Slash de Guns N’ Roses. Subió a tocar con nosotros y no quiso tocar canciones de Graveyard así que tocó hacer versiones. Hicimos una entrevista con él en la que contaba sus riffs favoritos y luego tocamos el “Fortunate Son” de la Creedence Clearwater Revival, el “Helter Skelter” de los Beatles y el “Children of the Gave” de Black Sabbath. Tocar con Slash fue muy divertido. Me tocó enseñarle a tocar la parte intermedia del “Children of the Grave”. Me pilló por banda y me preguntó cómo tocarla y yo le enseñé ese tramo. Fue genial.
Es un buen titular: “Yo enseñé a Slash a tocar una versión” (risas). Pues muchas gracias por todo, creo que Graveyard tiene algo especial por lo que insistí en hacer esta entrevista.
Muchísimas gracias, por cierto, el día antes tocamos en Bilbao también y el KristonFest seguro que será un gran concierto. Muchas ganas de tocar allí.