No me destapo hoy profesando mi incondicional amor hacia los islandeses Sigur Rós. En algún que otro artículo ya lo he dejado claro durante estos años en Science of Noise. Y hoy me atrevo a proponeros 5 canciones que no solo definen a Sigur Rós, sino que además tienen el potencial suficiente como para que un novato pueda quedarse prendado de ellos.
Porque solo existen unos Sigur Rós, rechazad las imitaciones (que tampoco las hay). Una de las bandas más maravillosas en todos los sentidos. Con canciones que erizan la piel, conciertos que te hacen llorar de lo preciosos que son… y si además eres un islandlover… que te voy a contar. Sigur Rós son la banda sonora perfecta para uno de los roadtrips más geniales que uno puede echarse en la cara.
Con todos vosotros, Sigur Rós.
“Svefn-g-englar” de Ágætis byrjun (1999)
Autores: Jón Þór Birgisson, Kjartan Sveinsson, Georg Hólm, Orri Páll Dýrason
“Un buen comienzo” es la traducción de Ágætis byrjun. El segundo disco de Sigur Rós marcó su despegue a nivel internacional. La premsa se rindió frente al colosal despliegue de recursos y la abrumadora calidad del segundo disco de los islandeses. Un crecimiento brutal alejandóse del deam pop de su debut y abrazando una nueva paleta sonora que nunca más abandonará a la banda hasta el día de hoy.
La entrada de Kjartan Sveinsson, la innovadora técnica del uso del un archo de chelo para tocar la guitarra de Jónsi y los brutales arreglos orquestrales dotaron a Ágætis byrjun de un sonido increíblemente precioso.
““Svefn-g-englar” que significa más o menos ángeles sonámbulos es una larga pieza situada en la segunda posición del disco. Con algo más de 10 minutos de duración, la canción se nutre de la delicada lentitud, unos arreglos preciosos, un registro de voz inmaculado de Jónsi… y de un cambio de ritmo iniciado tras el ecuador de la canción. Aceleración controlada siempre bajo la sombra de algun destello de dream pop suculento y conciso. Una canción ideal para relajar tu mente, para dejarte llevar allí donde ellos quieran llevarte. Una canción top en un disco perfecto.
“Untitled #8: Popplagið” de () (2002)
Autores: Jón Þór Birgisson, Kjartan Sveinsson, Georg Hólm, Orri Páll Dýrason
Creo que () es mi disco favorito de Sigur Rós, y parte de la culpa la tiene el sentido del anonimato que reside en él. Sin título, sin portada aparente, sin nombre en las canciones. Todo es misterioso.
El tercer disco de los islandeses titulado por la banda como Svigaplatan (el álbum paréntesis) es uno de los discos más queridos por los fans de la banda. La característica más importante del disco es la clara diferencia entre las mitades, o la diferencia entre paréntesis de apertura y de cierre. La primera mitad es más optimista y alegre, la segunda es más melancólica.
“La canción pop” o “ Popplagið” es la “Untitled #8”. Los 11:45 minutos más deliciosos que he catado nunca. La canción que cierra el disco es una canción de contrastes marcados, una introducción de cinco minutos de paz que se parte con una segunda mitad abrupta e incluso heavy. Los últimos instantes son mayestáticos.
“Hoppípolla” de Takk… (2005)
Autores: Jón Þór Birgisson, Kjartan Sveinsson, Georg Hólm, Orri Páll Dýrason
Takk o gracias es el cuarto disco de Sigur Rós, uno de los discos más directos por así decirlo. Quizás le podríamos atribuir el concepto “el más pop”, pero no nos engañemos, siguen siendo Sigur Rós.
Takk es otro disco mayúsculo y abrumador, de una calidad increíble en todos los aspectos. Los islandeses siguen fieles a su labor de tocar la fibra al oyente, pues este disco es otra vez ultrasensorial. Un disco de emociones contrastadas, de belleza destilada en cada nota, en cada palabra despachada con el sentimiento que solo Jonsi sabe sacar de sí.
El disco contiene piezas incomparables y es sumamente difícil escoger cual es la que mejor representa el disco. La mayoría de fans optarían por “Glosoli”, es comprensible. “Gong” o “Saeglópur” también están en la quiniela. Pero “Hoppípolla” es para mi la canción inquebrantable de Takk.
“Hoppípolla” solo cuenta con 4:30, la más corta de mis canciones preferidas de Sigur Rós. Pero es que realmente no necesito más tiempo para acabar babeando. Con una intro que despliega sonidos que me recuerdan a un carrusel y a veces me recuerda a un juego para bebés arranca una de las canciones más tiernas de los islandeses.
Minimalista por defecto, con Jonsi labrando una reputación digna de los mejores intérpretes masculinos del rock moderno, “Hoppípolla” es una canción para aprenderse las letras y cantar con devoción. Porque si algo destila esta canción es ternura y devoción. Los 4:30 minutos más placenteros que podrás escuchar en muchos años.
“Festival” de Með suð í eyrum við spilum endalaust (2002)
Autores: Jón Þór Birgisson, Kjartan Sveinsson, Georg Hólm, Orri Páll Dýrason
Með suð í eyrum við spilum endalaust es un disco calmado y precioso, un disco que desprende calidez y melancolía. Despierta una sensación de paz tan solo con mirar la portada con esos jóvenes corriendo desnudos. Cuando entras en él, la paz se convierte en casi espiritual.
“Festival” es una canción increíble con casi 10 minutos de duración. Una canción camaleónica y ascendente hasta el colofón extasiado. La primera mitad casi a capella con un Jonsi brutal hasta que llega el silencio y entra la instrumentación con solapes y ascendente en velocidad y ritmo, bombos, guitarras mágicas, un puto FESTIVAL. El nombre le viene como anillo al dedo.
Una canción que siempre me coge por sorpresa, siempre con la guardia baja. Pues su calidez y sensualidad inicial te deja atónito y la sacudida de la segunda mitad te deja en el limbo. ¿Qué ha pasado?, ¿Dónde esta la paz?. Una canción mágica y sorprendente.
“Kveikur” de Kveikur (2013)
Autores: Jón Þór Birgisson, Georg Hólm, Orri Páll Dýrason
Kveikur es el último disco “formal” de Sigur Rós como tal. Con él, llegó un nuevo miembro y el sonido cambió. Kveikur es un disco más oscuro y cuenta con nuevos recursos para engrandecer la ya legendaria carrera de los islandeses. Sigur Rós logró despachar un disco capital tras el pequeño paso en falso que supuso Valtari (2012).
Rock industrial, tintes de música electrónica, texturas más ásperas que de costumbre… Kveikur marcó el inicio de una nueva etapa más ecléctica de la que aún no somos realmente conscientes, pues el peso de las nuevas ideas se han destilado hacia la carrera en solitario de Jonsi.
“Kveikur”, la canción que da nombre al disco, contiene trazas que bien podrían formar parte de un disco de Nine Inch Nails. Casi seis minutos de corte ecléctico, duro e intenso. Lejos dejamos las suites calmadas y reposadas en las que las voces celestiales de Jonsi daban duro con su impacto. Aquí lo que da duro es la musicalidad. Esta entrada industrial con la modulada y robótica voz que de forma repetitiva va entrando en tu cabeza. Una canción “nueva” en la paleta de unosSigur Rós que no dejarán de evolucionar siempre ofreciendo el producto mejor preparado posible. Discazo.