Hoy es el día mundial de la rabia, y para celebrarlo (no estoy seguro de si esto se puede/debe celebrar), me he propuesto hacer un top 5. ¿Pero un top 5 de qué? ¿De canciones que contengan la palabra «rabia», «wrath» o «rage» en su nombre? Habrá diez mil millones, como para ponerse a desgranar. ¿Qué hablen de la rabia en sí mismas? Pero entonces, ¿qué rabia? ¿la emocional o la vírica? Para dejarme de líos, he decidido traeros 5 canciones que, por alguna razón u otra, me den especialmente rabia.
Lo normal, o lo esperado, hubiese sido traer canciones de estilos que nada tuvieran conmigo (¡bingo! el extremo), pero es demasiado obvio, así que me he esforzado y rebuscado motivos para traeros este quinteto.
«Metal Warriors»
Artista: Manowar
Álbum: The Triumph of Steel (1992)
Autor: Joey diMaio
Quizá el gran himno de los americanos a finales de los 90, «Metal Warriors» es uno de los temas de la banda que más rabia me dan, y el abanico para escoger es amplio.
Sí, Manowar fueron los que me introdujeron en esto del metal, pero si los admiré durante un lustro, ya van dos décadas en las que me dan algo entre repelús y risa. Esas poses, ese snobismo, ese sentirse superior que tan bien refleja la frase estrella del tema (“If you’re not into metal you are not my friend”), por mucho que tantos fans digan que es cachondeo y que si no lo entiendes es que no vales, son una de las lacras que tanto nos han estigmatizados a los amantes del género. ¿Cómo que si no te gusta el metal no eres mi amigo? Por muy cachondeo que sea, demuestra una sesera más bien corta y un ansia (propia) desmesurada para que se vayan a su casa.
«If I Could Fly»
Artista: Helloween
Álbum: The Dark Ride (2000)
Autor: Andi Deris
The Dark Ride fue un álbum tremendamente polémico en la carrera de las calabazas, debido principalmente al oscuro sonido que sacaron de sus guitarras y, en general, de sus composiciones. Personalmente creo que es el más sobresaliente de la etapa Deris al frente de las calabazas. Si bien es cierto que de la primera mitad del disco solo destaco el opening track, «Mr. Torture», la segunda mitad la encuentro impecable. Temas como «The Departed», «I Live for Your Pain» o la homónima son temazos que nunca deberían faltar en los setlists de los alemanes.
Pero no. La que no sale ni con agua caliente es la del águila, «If I Could Fly», el primer single del disco. Espero y deseo que sea por los problemas vocales del Deris actual, haciéndole difícil otros temas de sus tres primeros discos con Helloween. Esta es poco exigente, sencillita… y muy inferior no solo a las ya mencionadas, sino a cualquier balada anterior del grupo (si es que a esto le podemos llamar balada). «Inyustisia», decía aquél tras ser eliminado en una Eurocopa. Injusticia es que este tema siga ahí y otros hayan pasado al olvido.
«Robin Hood»
Artista: Edguy
Álbum: Edge of the Joker (2011)
Autor: Tobias Sammet
Es por todos (los que me conocen) conocido mi predilección por Sammet y sus obras. Desde 1998, cuando lo conocí con su Vain Glory Opera, y hasta años más tarde, fui fan incondicional de su trabajo. Escucharlo y leerle era leerme a mi mismo, bucear en mi persona y entender cosas de mí que no conocía.
Pero eso ya pasó. No sé si fue por el auge de Avantasia, por mero aburrimiento o por alguna otra cosa que no detecto, pero Edguy pasó de ser uno de mis grupos de cabecera a un grupo de estribillos, quizá algún tema, por disco. Clichés, repeticiones, discos compuestos y grabados en tres semanas… un despropósito. «Robin Hood» es una clara muestra de lo que digo, y aquí la uso como ejemplo de (casi) todo lo que vino tras Rocket Ride (2006). Falta de chicha, intentar seguir con un humor que, si bien antes era brillante, desde aquí da vergüenza ajena, y exprimir el nombre de un grupo que estaba destinado a ser el relevo de los grandes del power. Sólo hace falta ver el vídeo.
«Fiesta Pagana»
Artista: Mägo de Oz
Álbum: Finisterra (2000)
Autor: Txus diFellatio
Algo similar al tema de arriba nos encontramos aquí. Los madrileños me gustaban bastante. Considero que Jesús de Chamberí (1996) es un gran disco de rock, y con La Leyenda de la Mancha (1998) descubrí uno de mis libros predilectos, así como un buen puñado de buenas canciones.
En 2000 pegaron el petardazo con Finisterra, y especialmente con el sencillo «Fiesta Pagana». Convertido ya en un himno de borrachera, el tema marca la decadencia del grupo, que durante años no levantaría cabeza, quizá hasta 2019 y su Ira Dei.
Es el ejemplo de lo peor del grupo, cosas que se irían magnificando álbum tras álbum: sencillez aplastante (en el peor de sus sentidos, no en el de «Highway to Hell» de AC/DC), aparentar en letras, destilar alcohol y drogas… en fin, un despropósito. Y encima hicieron una versión 2.0…
«Nothing Else Matters»
Artista: Metallica
Álbum: Black Album (1991)
Autores: James Hetfield y Lars Ulrich
No hay dos sin tres, así que si los dos últimos temas los cogía como ejemplo de una época, este es similar. Hace algunos años, y por algún motivo que no sé, se puso de moda versionar temas metaleros o rockeros en otros estilos. Me vienen a la cabeza «Eye of the Tiger» o «Highway to Hell». Y, como no, la que se supone es la gran balada de los americanos Metallica, «Nothing Else Matters».
No es que me parezca mal que se versionen estos temas, más bien lo contrario. Pero sí que la gente, la masa, por así decirlo, pase olímpicamente de los originales y alabe desmesuradamente las versiones, tan solo por ser de otro estilo más accesible. ACCESIBLE. Que estamos hablando de «Nothing Else Matters», que ni siquiera es la mejor balada del disco, no digamos del grupo.
Señores no metaleros, disfruten con las versiones, de verdad. Pero vayan a escuchar las originales. Igual se llevan una sorpresa.
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.