El bajo. Quizá el instrumento más olvidado del rock, o de la música, en general. Ahí está, con el sonido menos audible de todos, normalmente como mero acompañamiento (esto se ve muy claramente en música comercial, en la que este instrumento solo va marcando a ritmo de bombo). El patito feo, podrían decir algunos y, sin embargo, imprescindible. «No escojas el bajo como instrumento, es demasiada responsabilidad», me dijeron una vez. Y es que ahí lo tenemos, mandando desde la sombra, ejerciendo de director de orquesta.
Si, muchas veces el bajo parece que es una simple comparsa. Pero una buena canción, con una línea de bajo bien metida, puede convertirse en una canción magistral. Hoy, os traemos 5 temas que, por alguna razón u otra, nuestros redactores creen que tienen un bajo que hace que su nivel aumente.
«21st Century Schizoid Man» por Xavi Prat
Artista: King Crimson
Álbum: In the Court of the Crimson King (1969)
Autores: Robert Fripp, Peter Seinflield, Ian McDonald, Michael Giles y Greg Lake
Bajo tocado por: Greg Lake
Considero este disco como uno de los que mejores líneas de bajo tiene. Quizá le penaliza el sonido añejo, que hace que no pueda disfrutarse tanto. Pero escúchalo con auriculares buenos y sube los tonos bajos y te transportará a una dimensión que no conocías.
La verdad, me ha costado escoger canción. La más obvia era «Epitaph», pero he escrito tanto sobre ella, que no quería hacerme pesado. Así que ha tocado escucharse el disco de nuevo, prestando atención a lo que hoy tratamos. Y me decanto por la que menos me gusta del disco, qué cosas.
«21st Century Schizoid Man» es una delicia pasada por LSD, pero es que el bajo lo es aun más. Palmer se sale, le da el ese plus que hace que la canción, el disco, el grupo (incluso cuando ya no estaba) sea una absoluta obra maestra. A veces cuesta escucharlo como decíamos, pero las virguerías que hace el señor, especialmente en los intervalos instrumentales, son absolutamente una delicia. Marca el ritmo, el tono, sube y baja, aporta matices y hace que el peor tema del disco (el que menos me gusta, vaya) sea un absoluto cañonazo. Para temas así se inventó el instrumento
«We Care a Lot» por Jaime Arjona
Artista: Faith No More
Álbum: We Care a Lot (1985)
Autores: Chuck Mosley, Roddy Bottum y Bill Gould
Bajo tocado por: Bill Gould
Unos jovenzuelos californianos debutaban discográficamente allá por 1985 con We Care a Lot, y decidieron abrir el disco con un corte homónimo que se convertiría en un «¡Zasca, en toda la boca!». «We Care a Lot» es uno de los temas más tocados y celebrados por la banda en directo, tira de sarcasmo contra el glamour y el postureo más rimbombante de los 80 y nos podría servir de muestra para ver cuál era el resultado en aquellos tiempos al mezclar rock, rap y funk.
Tanto el compás del inicio como toda la línea de bajo que se expone durante todo el tema se nos ha quedado grabado en la retina musical a todos los seguidores de la banda. Bill Gould está de sobresaliente alto y, aunque ninguno del resto de componentes de este temarraco está por debajo de nadie, la sección rítmica lleva el peso del mismo. ¡¡¡Cómo aporrean los dedos de Gould las cuatro cuerdas!!!
Existen diferentes versiones de «We Care a Lot»·, como la regrabada para su siguiente Introduce Yourself (1987), donde varía ligeramente de la original, pero la que suena más contundente es la incluida en su directo Live at the Brixton Academy (1990), con Mike Patton ya a las voces, donde se alarga el riff inicial de Jim Martin dándole un toque muy heavy metal. Posiblemente sean paranoias mías… pero escuchad la guitarra de Martin en esta versión en directo y el riff principal del «Weißes Fleisch» de Rammstein. ¿Parecidos razonables?
«Peace Sells» por Jordi Tàrrega
Artista: Megadeth
Álbum: Peace Sells… But Who’s Buying? (1986)
Autor: Dave Mustaine
Bajo tocado por: David Ellefson
Los Megadeth de Dave Mustaine deben mucho a al otro Dave (Ellefson) y a su inmortal línea de bajo que abría su segundo disco, justo el que les puso en el mapa: Peace Sells… But Who’s Buying. Fue el primer hit del ex de Metallica y se consiguió mayormente por esa entrada ya mítica que daba paso a un tema machacón, muy marcado y con dejes punk muy en tributo a sus primeros héroes.
Siempre me apasionó el concepto de la canción y con deciros que es el tema más tocado por el grupo en toda su historia creo que ya se despejan todas las dudas sobre la misma y su importancia capital. Llegarían posteriormente sus obras maestras y el gran público les llegaría a conocer, pero el primer escalón superado es gracias a «Peace Sells».
Desde aquí mandar un abrazo a Dave Ellefson, crucificado y linchado en la red de redes por «crímenes contra la humanidad» (se masturbó en Internet). Esperaremos que el tribunal de La Haya falle tras la condena de la legión de ofendiditos-indignados anónimos, la auténtica metástasis de las redes sociales.
Dejemos que sea Dave Ellefson quien nos lo cuente, pues pude entrevistarle y preguntar justo por esa línea de bajo:
«Son de eses cosas en las que realmente uno no piensa, pero estamos hablando de una parte de bajo bastante complicada. No es para nada tan fácil como el «Smoke on the Water» o el «Breaking the Law» de Judas Priest, que situaría cercanas en popularidad en lo que me decías de Stairway to Heaven. Son de esos riffs que si un día consigues tocar y disfrutas al máximo como fan de heavy metal. La línea de bajo del «Peace Sells» es un poco compleja de tocar, pero es un absoluto honor que a la gente y a nuestros fans les encante. Honestamente te diré que Megadeth se hizo bastante más popular gracias a un riff de bajo, lo cual no suele suceder. Dave Mustaine siempre fue muy cortés con todos. A la hora de escribir una canción estaba siempre abierto a escuchar las propuestas y líneas de todos los otros instrumentos, incluyendo estos como entrada de las mismas canciones. Allí lo tienes en esos breaks de «Devil’s Island» o lo que grabamos en el inicio de «Poison Was the Cure» aunque posiblemente sea «Peace Sells» la más icónica de todas. David siempre tuvo ciertos recelos a que el sonido Megadeth quedase como orquestado pues consideraba que eso le podía restar credibilidad al grupo. Podía haber una intro de batería o de bajo, y en el fondo, no lo veía todo como si complementase el trabajo de guitarras de Megadeth. Cuando formamos el grupo hablamos de que todos en la banda iban a tener protagonismo con su instrumento. No iba a haber músicos tocando de fondo, todos íbamos a pasar por la primera línea y compartiríamos protagonismo para que quienes nos escuchasen pudiesen ver también nuestro nivel individual como instrumentistas. Supongo que el «Peace Sells», siendo nuestro segundo disco, reflejaba perfectamente lo que te digo, y un poco todo quedó evidenciado en esa entrada de bajo.»
«Eagle Fly Free» por Xavi Prat
Artista: Helloween
Álbum: Keeper of the Seven Keys Part II (1988)
Autor: Michael Weikath
Bajo tocado por: Markus Grosskopf
La elección que tenía para escribir aquí, no me escondo, es «Carry On» de Angra. Lo que hace Luis Mariutti en ese tema (y en todos, y también es aplicable a su sustituto) es, sencillamente, magistral. Ese interludio instrumental, casi a teclados, en el que el brasileño se luce, es sencillamente asombroso. Pero… siempre hay un pero. He usado «Carry On» demasiadas veces, la última no hace mucho, en estos tops. Así que cambio.
Quizá Markus no sea un super bajista a la altura de los arriba mencionados, o Myung de Dream Theater, o no tenga la fama de Steve Harris, pero es un gran bajista. Y no solo eso, sino que imprime a Helloween un sonido muy peculiar y que les hace ser quien son, en cualquiera de sus épocas. Podría haber escogido muchas canciones, pero me decanto por una de sus himnos, la inmensa «Eagle Fly Free». ¿Por qué? Porque es una pasada.
En la intro ya marca bien el tiempo, cosa que refuerza en las estrofas. el puente y el estribillo se salen. Personalmente me gusta cuando el bajo cambia de tonos: ahora más grave, ahora menos, resaltando así su presencia, y Markus es un maestro en ello. Su cabalgadura es tremenda, y cuando empiezan los solos, ya lo rompe. No solo con «su» solo, que también y especialmente, pero es que en los solos de guitarra lo borda, sobretodo en el primero y en el último. Esas escalas que suben y bajan me ponen los pelos de punta. De hecho, cuando me compré el primer bajo (que más tardé cambié por la batería) usé esta canción para explicar por qué es tan molón.
¡Grande, Markus!
«Schism» por Beto Lagarda
Artista: Tool
Álbum: Lateralus (2001)
Autores: Adam Jones, Danny Carey, Justin Chancellor y Maynard James Keenan
Bajo tocado por: Justin Chancellor
Ya lo comenté en su día cuando traté «Schism» como una canción perfecta. Pocas canciones de la banda liderada por el excéntrico Maynard James Keenan no estarían consideradas como perfectas. Pero en este caso, «Schism» lo es, sin ninguna duda.
Ubicada como pierda angular del magnífico Lateralus (2001), «Schism» es una de las canciones más bien elaboradas de la banda norteamericana. Esta canción es un perfecto ejemplo del uso de Tool de compases poco comunes en su música, haciéndola muy compleja. En vista más detallada de esto, el riff principal está en un compás alternado de 5/8 + 7/8, mientras en el interludio se utilizan un patrón de compases 6/8 + 6/8 + 6/8 + 3/8 + 3/4, y muchos otros cambios de compás. La banda dijo cómicamente que la canción está en 6.5/8.
El bajo a cargo de Mr. Chancellor es una puta locura. Hay pocas líneas de bajo más reconocibles en la música rock, y la parte de bajo de “Schism” es una de las más difíciles de tocar. Chancellor tiene que trabajar duro para mantener la profundidad energética de su bajo y mantener también la carga emocional de la pista.
La linea de bajo es tan compleja que, incluso bajistas experimentados han afirmado que, pese a seguir las tabulaciones imitando a Chancellor, pocas veces logran que su bajo suene como el de Justin.