A veces, un grupo tiene una calidad ejecutiva muy pobre, aunque pueda hacer grandes canciones (¿hola, AC/DC?). De vez en cuando, en un grupo que técnicamente, cada miembro con su instrumento, es bastante regulero, uno de los músicos destaca mucho por encima de sus compañeros de formación. Es la vida y a veces pasa. Luego, con el paso de los años, la cosa se va regulando (¿hola, Mägo de Oz, a pesar de que el peor instrumentista sigue siendo el líder del grupo?)
En el top de hoy os traemos cinco pepitas de oro que se esconden entre lodo o, directamente, la mierda (aka músicos cuya ejecución está muy por encima de la de sus compañeros). Obviamente todo es opinable, esto es lo que piensa nuestro colaborador Xavi Prat.
Jorge Salán en Mägo de Oz
Desde sus inicios, la formación madrileña ha tenido una capacidad ejecutiva más bien limitada, muy bien ejemplificada en su batería y líder, Txus di Fellatio, quizá con la excepción del por entonces cantante, José Ändrea, que siempre me ha parecido un prodigio a la voz y al que desde aquí deseamos una plena recuperación.
Recuerdo, años ha, leer o escuchar una entrevista al mencionado batería diciendo que Carlitos era un guitarrista muy técnico y Frank era todo feeling como Ace Frehley de Kiss. Obviamente las risas llegaron muy alto. Poco a poco empezaron a cambiar las cosas, siendo un claro ejemplo de lo dicho en la intro del artículo (instrumentistas malos fuera y otros buenos dentro). Con la salida de Salva, el bajista original, empieza a entrar calidad, aunque no dure demasiado. Dentro de esa calidad está la entrada de Jorge Salán como guitarrista, y es más que evidente que un trozo de su meñique tiene más música no solo que Carlitos y Frank, los otros dos guitarristas, sino que todo el grupo al completo.
Salán es un guitarrista espectacular muy poco valorado, tanto en el metal como en nuestras fronteras. A pesar de lo que hace en formaciones como S.O.T.O. o estos Avalanch all star, hay que salir del estilo para ver la talla que tiene al frente de las seis cuerdas.
Es muy evidente que, dinero y fama aparte, Mägo de Oz no podía aportarle nada.
Robert Trujillo en Metallica
Soy muy consciente de las ampollas que puede levantar esto, pero es lo que hay, y es verdad. Aquí no vamos a discutir la calidad e importancia de Metallica, el grupo (especialmente de sus cinco primeros discos de estudio), pero sí vamos a poner en solfa su calidad, a nivel individual, como instrumentistas. Empecemos,
Lars es un batería más que limitado. Sí, desde luego es un gran hombre de negocios, pero tras los bombos y los platos no es nada del otro mundo. Hammett, como solista, tampoco es la panacea. sí, hace sus solos y sus cosas, pero no da para más. Hetfield, a mi entender, los mejora a ambos, tanto como guitarra rítmica como cantante, pero tampoco es una explosión de fuegos artificiales. Su as era el bajo. Burton, que descanse en paz, mejoraba a todos ellos, incluso Newsted. Pero realmente es con la entrada de Trujillo cuando tienen a un músico de aúpa.
Su trayectoria le precede: lo de Suicidal Tendencies fue de traca (y que lo diga yo…), con Ozzy formó una de las secciones rítmicas más sólidas que haya tenido el músico británico, y de ese proyecto a Black Label Society. Su calidad y fama en el mundillo era incontestable, y si Metallica te llama, no le dices no. Un gran salto de calidad para ambos.
Eric Adams en Manowar
Se puede ser muy true y muy brother of metal, pero querer presentar la formación clásica, y algún músico posterior, de Manowar como un destello de calidad es, sinceramente, absurdo. Ya no me meto con su música, simple y facilona, porque ya lo he hecho con anterioridad y porque para gustos, los colores, pero es evidente que es un grupo ideal para practicar cuando empiezas a tocar un instrumento.
Lo que son las cosas, de entre esa mediocridad ejecutiva, uno de sus dos miembros originales y que han estado siempre es una de las mejores voces del estilo. Eric Adams es un absoluto portento del que cuelgan dos pulmones del tamaño de un ñu. La potencia, los rangos, la capacidad… Adams representa todo lo que un buen cantante de heavy metal debe tener, y lo será a pesar de sus hooligans y sus haters.
Como será la cosa que hasta lo hemos destacado en algún que otro top. ¡Ay, si el resto del grupo, la música y la actitud le siguieran…!
Mike Portnoy en Twisted Sister
Aquí, tristemente, tenemos que hacer un poco de zig zag debido a la muerte de A.J. Pero y como parche temporal.
Twisted Sister, a pesar de contar con algún miembro que no es manco (hola Ojeda), no destaca por su pericia tras cada instrumento. Sí, su música es buena y divertida, y no necesita de alardes técnicos para que giremos la cabeza hacia ellos, pero no es especialmente compleja en su composición y ejecución. Lleva siendo así desde los 70, incluso antes de que el bueno de Dee Snider entrara y se convirtiera en su líder indiscutible.
Cómo serían las cosas que, en 2015, y estando más o menos de parón, Pero sufrió un paro cardíaco y abandonó este mundo. Los Sister tenían conciertos que dar, especialmente de despedida y tributo a su miembro fallecido. Y ni corto ni perezoso, el ex Dream Theater Mike Portnoy, amigo de la banda, decidió ayudarlos.
No vamos a comparar la destreza a los bombos de Portnoy con la de Pero, sería ridículo, pero es evidente que hablamos, por una parte, de uno de los mejores baterías del mundo y, por otra, de un grupo que, como ya se ha dicho, no hace piruetas con sus instrumentos. La uña de Mike tiene más poder ejecutivo que los dedos de los otros miembros.
Gran favor el de Portnoy a sus amigos y a la música.
Alberto Rionda en Avalanch
Evidentemente no nos referimos a los Avalanch actuales, los que llevan All-Star en su nombre y parecen una colección de cromos. No. Nos referimos a los primeros Avalanch.
El siglo XX daba sus últimos coletazos cuando los asturianos se subieron a la ola power que asolaba Europa y el mundo cuando sacaron La llama eterna (1997) Unos buenos cimientos pero entre los que solo era rescatable la labor de Rionda a las guitarras. Esto quedaría plasmado, también, en 1999 y 2001, con «Llanto de un héroe» y «El ángel caído». La calidad de estos dos discos, especialmente el último, es incontestable comparados con el disco debut, pero a pesar de los cambios de formación, Rionda seguía estando muy por encima de sus compañeros.
La cosa siguió más o menos igual, con Alberto desatado haciendo y deshaciendo a su antojo, hasta 2016, momento en el que la formación asturiana se internacionaliza y de qué manera. Sí, Rionda sigue siendo el alma y el cerebro de Avalanch, pero el resto del grupo ahora sí le compite (e incluso le supera) en destreza instrumental. Curiosamente tenemos por aquí a Salán, protagonista del primer punto del top, pero es que a la batería tenemos a Terrana y al bajo, a Magnus Rosen (ex HammerFall) primero y a Dirk Schalchter (Gamma Ray) después. Casi nada.
Rionda, hijo, te costó casi 20 años, pero ya tienes una formación a la altura de tu maestría.
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.