Voz, guitarra, bajo y batería. Siempre se ha dicho que esos son los instrumentos del rock duro, del heavy metal, y es evidente que son parte imprescindible, quizá la más diferencial con otros estilos. Pero no son los únicos y exclusivos. Y de entre todo el resto de instrumentos musicales, los teclados, en cualquiera de sus variantes (piano, Hammond…) sobresalen de forma absoluta, hasta llegar al punto de que a nadie le extrañe que un grupo tenga, o use, teclados como elemento principal.
Lo bueno del instrumento, además de su versatilidad a la hora de componer, es que puede cumplir varias funciones: protagonista, colchón de acompañamiento, ambientación… todo un salvavidas para cualquier compositor.
Tampoco olvidemos los grandísimos teclistas que el rock y el metal, en general, nos ha dado. Por nombrar a tres de tres generaciones diferentes, ahí tenemos al inmenso y añorado Jon Lord, a Jens Johansson de Stratovarius (entre otros) y a Janne Wirman, de Children of Bodom.
Con este top quiero rescatar cinco canciones conducidas por un riff de teclado. Intento que no sean cinco canciones que me gusten a mí, sino cinco temas míticos, inequívocos e incuestionables. Que sí, que «Black Diamind» de los mencionados Stratovarius o «Vain Glory Opera» de Edguy podrían estar, pues están perfectamente conducidas por las teclas, pero hombre, no son temas trascendentales. ¡Vamos allá!
«Bohemian Rhapsody» de Queen
Álbum: A Night at the Opera (1975)
Autor: Freddie Mercury
Empezamos el top desoyendo las reglas, o algo así, y es que la canción no está conducida, estrictamente, por un riff de teclado (piano en este caso). No será como las cuatro siguientes, pero el inicio del tema ya hace que merezca estar aquí. ¿Quién no se ha dejado transportar por esas notas del piano que, progresivamente, acompañan a LA VOZ en la que es, seguramente, la mejor composición de la música moderna? Esta canción en general, y ese piano en particular (junto a los coros de ópera y el solo de guitarra) han trascendido completamente un género musical, sea cual sea, para convertirse en leyenda.
Sobre la canción está todo dicho. Sí aún no lo has leído, puedes hacerlo aquí.
«Rainbow in the Dark» de Dio
Álbum: Holy Diver (1983)
Autores: Jimmy Bain, Ronnie James Dio, Vincent Appice y Vivian Patrick Campbell
La odiaba. No yo, él la odiaba. El propio Dio rechazaba esta joya básicamente por lo que aquí, hoy, destacamos: esos teclados nada usuales en su música. Por suerte, sus compañeros de banda le hicieron ver la luz y se mantuvo en el disco, llegando incluso a ser uno de los singles del mismo (con un video tirando a cutre). Yo no la odio. Más bien la amo, tanto que se erige como mi preferida del pequeño artista, seguramente teniendo en cuenta todas las formaciones en las que ha estado.
Los teclados, que es lo que hoy nos pertoca, son absolutamente inconfundibles, pasando de ser el típico acompañamiento acolchonado a ser el protagonista del tema, por encima de la guitarra, excepto en el solo, y de la batería, si eres un friki de los timbales como yo. ¿La canción quedaría bien sin ellos? ¿Quedaría bien si esa melodía tan característica fuese un punteo de guitarra? Seguramente sí, pero también seguramente perdería parte de su encanto y sería, sin más (que no es poco), otro tema de Dio. Es precisamente el teclado lo que marca la diferencia, lo que le da ese punto tan suyo, tan inconfundible.
Ya pudo renegar lo que quisiera, el añorado Ronnie, que aquí se cascó un riffaco de teclados tremendo e inmortal.
«Runaway» de Bon Jovi
Álbum: Bon Jovi (1984)
Autores: George Nick Karakoglou y Jon Bon Jovi
Si hay algo que defina el hard rock / glam ochentero americano es esta canción, y de forma más específica los teclados que la hacen inconfundible. Puede sonar moñas para los más duros del lugar, que Bon Jovi nunca han sido de los nuestros y lo que quieran, pero aquellos dos primeros discos, y en especial este tema, sobresalen de forma espectacular.
El sonido de David Bryan es inconfundible, y fue uno de los grandes culpables que el single se hiciese camino hasta las radios y sonase por medio mundo, empezando a construir una carrera que, más allá de gustos, es totalmente envidiable y dando el pistoletazo de salida a obras cumbres como Slippery When Wet (1986) que realzarían a los de New Jersey.
Si bien en otros temas de la banda los teclados son usados como colchón melódico, en «Runaway» se hacen totalmente presentes, poniendo la guinda en lo alto del pastel. Absolutamente imprescindible.
«Jump» de Van Halen
Álbum: 1984 (1984)
Autores: Alex Van Halen, Edward Van Halen y David Lee Roth
Manda huevos que la canción más emblemática del grupo de uno de los mejores guitarristas de la historia del rock, que en paz descanse, se caracterice por un riff de teclados (que él mismo tocaba). Se supone que el punto fuerte de Eddie era la guitarra, y mira por qué canción le conoce gente que, incluso, no sabe quién era. Y quien diga que no, miente. Algunos ejemplos del por qué:
- En los partidos de los equipos de fútbol de Olympique de Marseille y Brøndby suena el tema.
- Lo mismo hizo el equipo de hockey Winnipeg Jets.
- Ha sido usada por algún luchador de wrestling.
- Ha salido en infinidad de películas y series, como por ejemplo, en Ready Player One.
Creo que es indiscutible que debe estar aquí. Quieras o no, has escuchado esa melodía.
«The Final Countdown» de Europe
Álbum: The Final CountDown (1986)
Autor: Joey Tempest
Amada u odiada, es innegable que esta es la banda sonora de toda una generación, aquella que creció en los 80. Con ella el hard rock llegó a las masas, a los críos que ni sabían qué era (yo mismo, sin ir más lejos), provando el fenómeno fan en tanta gente que ni siquiera se daban cuenta de ello. Solo hace falta ver en la cantidad de emisoras y canales de televisión, por todo el mundo, en la que sonó.
30 años después sigue sonando, sigue siendo la más reclamada en los conciertos del grupo, su melodía sigue vigente y, 30 años después, no ha dejado de ser la banda sonora de la generación que mencionábamos antes. No importa que sea simplona, no importa que nos la hayamos encontrado hasta debajo de una piedra y no importa que algunos modernos o jovenzuelos alcen la cabeza diciendo que si la agitas un poco, cae caspa por doquier. Seguramente sea EL riff de teclado del hard rock. Es más, me apuesto un ojo de la cara de que cualquier persona que quisiese hacer este top 5, hubiese tenido el tema vagando por su cabeza. Innegable.
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.