Queen – Sheer Heart Attack: 50 años del despegue definitivo

A mediados de 1974, las ambiciones de Queen estaban cada vez más claras. Al igual que sus predecesores, Sheer Heart Attack fue el producto de una intensa ética de trabajo derivada del deseo de ser más grandes, más audaces y mejores que los demás. Fue un punto de inflexión para la banda: el álbum que sentaría las bases del éxito futuro.

También había factores económicos a resaltar. El álbum tenía que ser un éxito para impulsar sus finanzas, cada vez más bajas. Su empresa de management, Trident Productions, les había puesto un sueldo que apenas daba para pagar las facturas, mientras buscaban un rendimiento a sus cuantiosas inversiones en costes de grabación y estudio. Además de la enfermedad de Brian May (el guitarrista sufrió un virulento ataque de hepatitis a mitad de su gira de debut por Estados Unidos), es justo decir que con Sheer Heart Attack se jugaban mucho.

«Todo el grupo aspiraba al primer puesto. No vamos a contentarnos con menos. A eso aspiramos. Tenemos que estar ahí. Definitivamente sé que lo tenemos en la música, somos lo suficientemente originales… y, ahora lo estamos demostrando.» (Freddie Mercury)

Si bien «Killer Queen» es la canción más conocida de Sheer Heart Attack, no es la más representativa del álbum, en gran parte porque la banda no se encadenó a un solo estilo. Ningún otro grupo, aparte de los Beatles, se había atrevido a mezclar tantos estilos diferentes con tanta confianza.

Brian May se encargó de los temas más rockeros, como «Now I’m Here» y «Brighton Rock» (que llevaban por títulos provisionales «Bognor Ballad», «Southend Sea Scout» y «Happy Little Fuck»). Con una historia picaresca de dos amantes costeros cantada en registros altos y bajos por Mercury, fue un escaparate para un extenso solo de guitarra de May que se remontaba a «Blag», una canción de su antigua banda Smile.

Por el contrario, Mercury hizo de todo, desde glam rock («Flick of the Wrist», un reflejo de su relación cada vez más tensa con su manager) hasta vodevil a la antigua usanza («Bring Back Leroy Brown», con un solo de ukelele de May). El más premonitorio fue «In the Lap of the Gods», una epopeya casi operística en dos partes que sentó las bases para «Bohemian Rhapsody» al año siguiente.

La sección rítmica también aportó material. Taylor, que había escrito una canción para cada uno de sus álbumes anteriores, contribuyó con «Tenement Funster», un lacrimógeno saludo al estilo de vida del rock ‘n’ roll, y una joya de Queen pasada por alto. John Deacon contribuyó con la ligera pero perfectamente formada «Misfire».

La furiosa «Stone Cold Crazy» (influencia para los futuros miembros de Metallica y, por tanto, una piedra angular del movimiento thrash) se atribuyó a los cuatro miembros, aunque databa de la banda de Mercury anterior a Queen, Wreckage.

Sobre el disco, se ha dicho:

«Queen –tanto en el disco como en la portada– no hace concesiones a la moderación. Este cuarteto, enjoyado y con rímel, proyecta una estridente hosquedad en su rock ‘n’ roll dramáticamente tecnologizado. Y Queen hace grabaciones inusualmente nítidas y densas: los tres álbumes del grupo vibran con guitarras eléctricas de múltiples capas y armonías vocales sobrenaturales sobregrabadas (que tienen la desafortunada tendencia a sonar a veces como las de Uriah Heep).» (Rolling Stone)

«A veces, cuando un grupo acierta, los resultados pueden hacer volar por los aires su trabajo anterior. Sheer Heart Attack fue el primer álbum en el que Queen acertó indiscutiblemente, a pesar de que seguía constando de elementos de hard rock, prog y glam, esta vez estaban mezclados de tal manera que se complementaban entre sí en lugar de luchar por la supremacía. Lo mejor de todo es que se prescindió de la mayoría de las letras de ogro, hada y viejo sabio, y Queen escribió una variada selección de canciones pop-rock, algo que se convertiría en su fuerte durante el resto de su carrera.» (Backseat Mafia)

«Sheer Heart Attack supuso un salto adelante para Queen. Tenía un emocionante sentido de la locura: cualquier tipo de música era permisible siempre que se ejecutara a la perfección. Queen, que siempre ha sido un grupo vocal sobresaliente, se anexionó nuevos territorios inimaginables combinando la untuosidad de los Beach Boys, la maestría de la barbería, la hipérbole multioctava de The Sweet y el desenfreno de Broadway.» (Uncut)

Así pues, solo podemos ponernos en pie y ovacionar a un madurito cincuentón al que pocos pueden toserle.

Xavi Prat

Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.