The Black Dahlia Murder – Servitude

Nuestra Nota


8 / 10

Ficha técnica

Publicado el 27 de septiembre de 2014
Discográfica: Metal Blade Records
 
Componentes:
Brian Eschbach – Voz
Brandon Ellis – Guitarra, coros
Ryan Knight – Guitarra, coros
Max Lavelle – Bajo
Alan Cassidy – Batería

Temas

1. Evening Ephemeral (3:55)
2. Panic Hysteric (3:07)
3. Aftermath (3:02)
4. Cursed Creator (3:35)
5. An Intermission (0:29)
6. Asserting Dominion (3:31)
7. Servitude (3:28)
8. Mammoth's Hand (3:54)
9. Transcosmic Blueprint (3:48)
10. Utopia Black (4:00)

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La partida de Trevor Strnad en mayo de 2022 dejó una cicatriz profunda en el mundo del metal y especialmente en The Black Dahlia Murder. Trevor no solo fue un vocalista talentoso; era el alma de la banda, conocido por su pasión inigualable por el death metal, su naturaleza amigable y su sabiduría musical enciclopédica. Su estilo, tanto en el escenario como fuera de él, lo convirtió en un ícono del género y un amigo para much@s. La banda, devastada por la pérdida, publicó un mensaje en su memoria, recordándolo como un «pastor de buenos tiempos» y compartiendo una línea de ayuda para prevención del suicidio, destacando el impacto de su fallecimiento en la comunidad.

Tras la pérdida de Trevor, la banda se encontró en un momento decisivo. En lugar de disolverse, los miembros restantes tomaron la difícil decisión de continuar, lo que dio lugar a su nuevo álbum, Servitude (2024). Brian Eschbach, quien hasta entonces había sido el guitarrista principal, asumió el papel de vocalista, rindiendo homenaje a Trevor y manteniendo viva la visión que él ayudó a forjar. Para llenar la vacante en la guitarra, la banda reclutó a un viejo amigo, Ryan Knight, quien había dejado el grupo tras la publicación de Abysmal en 2015. Este primer álbum sin Trevor refleja tanto la resiliencia del grupo como su inquebrantable compromiso de honrar su legado, encontrando en la adversidad una nueva razón para seguir adelante.

Con Servitude, The Black Dahlia Murder no solo sobreviven, sino que avanzan con renovado fervor, entregando un trabajo que captura la ferocidad y la energía que los define, y rinde tributo a su inolvidable frontman.

El álbum se abre con “Evening Ephemeral,” que muestra la solidez y potencia de su sección rítmica, un testimonio de la destreza de Alan Cassidy en la batería y Max Lavelle en el bajo. La presencia de guturales profundos y gritos que evocan a Strnad es un claro tributo, mientras que las influencias progresivas añaden un toque refrescante. The Black Dahlia Murder sigue fiel a su estilo característico, y aunque canciones como “Panic Hysteric” presentan una energía conocida con un ritmo desenfrenado, también se aprecian nuevos matices en la ejecución de Brian Eschbach, quien parece canalizar a su predecesor sin perder autenticidad.

En “Cursed Creator,” la banda baja la velocidad y permite que los matices de las guitarras emerjan. Sin embargo, los riffs a veces se me antojan algo básicos y podrían haber alcanzado mayor profundidad. Este es uno de los pocos momentos en los que la complejidad melódica no está al nivel esperado, aunque pronto retoman el camino en “Asserting Dominion,” una canción que vuelve a la intensidad y a la precisión en los giros melódicos, mostrándonos un grupo que mantiene su técnica sólida.

El título del álbum Servitude no solo simboliza su devoción por su legado, sino que también actúa como una metáfora de su compromiso para seguir adelante, aun cuando el camino era incierto. La canción homónima del álbum, aunque sólida, se siente un tanto ligera comparada con otros temas más robustos, y es en “Mammoth’s Hand” donde la banda realmente deja fluir su personalidad y creatividad.

El álbum se cierra con “Utopia Black,” una de las composiciones más ambiciosas de Servitude, que se despliega con un dinámico juego entre ritmo y un elaborado trabajo de guitarras. Este tema final destaca por su estructura envolvente y medida, en la que la banda explora cambios de tempo y texturas, alternando entre la intensidad del death metal melódico y pasajes más reflexivos. La pieza se cierra con un delicado toque de guitarra acústica que retoma el motivo con el que el álbum se abre, creando así una especie de cierre simbólico y emocional. Esta repetición, cargada de significado, da cohesión a la narrativa del disco, cerrando un círculo musical y temático que rinde tributo al pasado de la banda mientras proyecta su futuro.

Si bien Servitude podría haberse convertido en un álbum que simplemente replicara glorias pasadas, sorprendentemente logra erigirse como un pilar en la discografía de la banda. Quizás siempre será recordado en gran parte por el contexto de su creación, pero ese mismo contexto infunde cada nota de melancolía, cada riff de triunfo, y cada letra de reflexión.

Fotografía: Marshall Wieczorek
Rubén de Haro
Sobre Rubén de Haro 624 Artículos
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J'hayber.