Retratos del ruido: The Stone Roses y la pintura definitoria

Bienvenid@ a Retratos del ruido, un viaje visual por la historia del rock y el metal.

Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero en el universo del rock y el metal, algunas fotografías son auténticas sinfonías visuales que capturan la esencia del ruido, la pasión y la energía que definen este género. En esta nueva sección, exploramos esas instantáneas inmortales que nos transportan a momentos irrepetibles: desde la intensidad de un concierto hasta los gestos más íntimos y humanos de las leyendas que marcaron nuestra música.

Cada fotografía es un retrato del ruido en todas sus formas: el estruendo de una multitud enloquecida, el silencio cargado de emoción antes de un riff épico, o el caos ordenado de una sesión de estudio. Aquí, desentrañamos las historias detrás de cada imagen: los momentos previos, las emociones capturadas y el impacto que estas fotografías tuvieron en la cultura musical.

Retratos del ruido es un homenaje al arte de la fotografía y su capacidad para transformar el sonido en imagen, encapsulando el alma del rock y el metal. Prepárate para redescubrir tus bandas favoritas, tus momentos icónicos y, quizás, para encontrar nuevas perspectivas que nunca habías imaginado.

Porque el ruido no solo se escucha: también se vive, se siente y se captura en imágenes inolvidables.

Gracias, Txus, por sugerir esta nueva sección. Y ese precisamente él, nuestro gasteiztarra preferido, el encargado de inaugurarla.

Sobre el fotógrafo

Matizaremos, de entrada, que previamente a llegar hasta 1989, el muy respetado fotógrafo Kevin Cummins ya había efectuado diversas instantáneas muy representativas de cruciales figuras del rock como Joy Division, The Smiths, Sex Pistols, Blondie, Echo and the Bunnymen, Lou Reed o Elton John; entre otros muchos.

El 5 de Noviembre de aquel año 89, entonces, le tocó el turno visual a aquella novedosa banda procedente de esa cuna musical llamada Manchester; la cual había desencadenado una gigantesca admiración por medio de su primer y gran LP homónimo, publicado 6 meses antes y que, además, había efectuado declaraciones altamente controvertidas en aquella época: The Stones Roses.

La singular sesión

Así pues, un Kevin Cummins avalado por su radiante trayectoria, se dispuso a consumar una serie de frescas y peculiares instantáneas relacionadas con aquellos cuatro indie-rockeros rebeldes; a los cuales, por cierto, el mismo Cummins también ya había retratado durante varios meses atrás, por ejemplo en sus actuaciones en directo; para reflejarlo siempre todo ello en la popular revista musical New Musical Express.

De tal modo, aquel experimentado profesional de la imagen le alquiló a un colega suyo un impolutamente ordenado estudio en Manchester y concertó un encuentro artístico con The Stone Roses. Entonces, el mismo Cummins cubrió de plásticos la totalidad dicho recinto que había arrendado, algo que duró toda la mañana antes de la reunión pero, ¿con que motivo ejecutó Kevin esta acción previa?

Cuando los intérpretes Ian Brown, John Squire, Gary “Reni” Mounfield y Alan “Reni” Wren” acudieron a la cita, su paisano Kevin Cummins los fotografió normalmente para ir ensayando poses y después, este último les enseñó al combo unos botes de pintura (los cuales el mismo retratista tenía preparados de antemano), llenos de colores azul celeste y blanco para hacer juego con la indumentaria del equipo de fútbol favorito del camarógrafo Cummins, el Manchester City; aunque, de inicio, dicho operador no especificó este guiño balompédico a los músicos ya que, más bien, éstos eran hinchas del Manchester United.

Entonces, con todo planeado por parte de Kevin Cummins, éste le pidió a un complacido guitarrista John Squire que pintase, cuidadosa y detalladamente, encima de las caras, de los brazos y de los ropajes de los propios componentes de la banda al mismo estilo de cuando el mismo Squire hizo y firmó los trazos, de modo abstracto y en tonos blanco, negro y verde (y con la influencia del expresionista pintor nortemericano Jason Pollock), para la portada del sensacional álbum inaugural de The Stone Roses, en aquel 1989.

Aquella curiosa idea de constituirse ellos mismos como un cuadro andante agradó mucho también a los otros miembros de la agrupación mancuniana, es decir, el cantante Ian Brown, el bajista Gary “Mani” Mounfield y el batería Alan “Reni” Wren.

Sin embargo, para empezar John Squire tuvo la traviesa, agresiva e inesperada reacción de arrojar dos botes de pintura por todo el suelo provocando, así, la mirada y el rostro de pánico de Kevin Cummins, el cual temía que dicho producto se filtrase a través de los plásticos protectores; una sorprendida reacción facial ésta del cameraman que provocó las sonoras carcajadas del propio guitarrista Squire. Los calculados esquemas de Kevin comenzaron, ahí, a variar de rumbo.

Entonces, Cummins de manera inhabitual a su manera de trabajar, fue fotografiando todo aquel loco arranque de Squire, el cual también se fue pintando a si mismo y al resto de la banda la cara, el cuerpo y la indumentaria con gruesas brochas. Así pues y durante un lento periodo de dos horas seguidas, el propio fotógrafo fue gastando unos seis rollos de cinta, aproximadamente, para ir inmortalizando, con paciencia, al grupo embadurnado con aquel espeso líquido tintado como si los mismísimos The Stone Roses fuesen un lienzo viviente.

Con el paso de los minutos, además, se añadieron algunos colores más al celeste y al blanco.

La intención artística de Kevin Cummins

Según declaraciones del propio Kevin Cummins, éste quería capturar una imagen que definiera, definitivamente, a The Stones Roses; tal como ya realizó él mismo con Joy Division en el puente con nieve, en 1979. Muchos colegas de profesión le expresaron, posteriormente, al mismo Kevin que para él mismo ya no debería tener sentido retratar nunca más a Brown, Squire, Mounfield y Wren después de aquella imagen tan sumamente característica de éstos pero es que Cummins ya tenía la intención previa de que una de las instantáneas escogidas, durante la sesión, se convirtiera precisamente en la más absolutamente emblemática sobre esta agrupación británica; recalcamos.

Casi terminadas aquellas sesiones ópticas, ¿qué hacer con la pintura que había sobrado? De nuevo, The Stone Roses se pusieron a trastear a lo bestia y no se les ocurrió otra cosa que verter, de un golpe, el resto de la pegajosa pintura sobre sus propias cabezas; además de arrojar dicho colorante encima del propio Kevin Cummins y de su cámara o sobre las propias paredes del estudio. Por tanto, nada ni nadie de aquella sala se libró de la irisada y divertida impregnación.

El pobre colega de Cummins que le había alquilado el estudio debió perdonarle, luego, a este último por el importante desaguisado, ya que la foto escogida iba a resultar emblemática y muy rentable a nivel publicitario porque, por ejemplo, ésta se convertiría en una muy vistosa y trascendente portada de la aludida revista musical británica New Musical Express, ya 15 días después, es decir, el 18 de Noviembre de 1989.

Acerca del aseo posterior

El caso es que tras tanto tiempo de sesión envueltos en pintura, Ian Brown, John Squire, “Reni” y “Mani” comenzaron a tiritar de frío y también a sufrir calambres, así que necesitaban ya quitarse de encima todas aquellas manchas de aquel fluido; sin embargo, aquel mismo día al ser domingo pues se encontraba cerrado el acceso a las duchas de agua caliente en el edificio, en ese momento.

De ese modo, The Stone Roses bajaron, apresuradamente, las escaleras del mismo bloque ensuciando absolutamente toda la barandilla con sus manos pintadas y luego, se marcharon a limpiarse a un piso del propio Ian Brown en las afueras de Manchester; aunque hasta llegar hasta su cuartel general en su furgoneta colectiva, el díscolo cuarteto rockero se vio obligado a cruzar todo el centro de la gran ciudad pringados de pintura hasta arriba, evidentemente.

Desde luego que Kevin Cummins ya intuyó, previamente, el corporal padecimiento progresivo que pasaría la banda tras tanto tiempo posando para la cámara y cada vez más envueltos en gélida pintura pero el fotógrafo no les confesó nada de esas pequeñas consecuencias a Brown, Squire y cia., al principio del cónclave, para que los propios muchachos instrumentistas no perdiesen su amplio entusiasmo inicial.

Siguiendo con la tendencia a lanzar pintura…

A eso de arrojar pintura azul celeste y blanca le debieron coger afición The Stone Roses empezando con que, un par de meses después, en Enero de 1990, la banda se halló en total desacuerdo con el contenido de un videoclip oficial que había publicado, sin su consentimiento, su antigua discográfica Black / FM Revolver, referente a la re-edición del single “Sally Cinnamon”; original éste de 1987.

Entonces, para expresar su rabia por perder el control de su obra, los cuatro músicos se dirigieron a las oficinas de su ex-disquera y, tras una fuerte discusión con la gente de allí, aconteció que John Squire y Alan “Reni” Wren lanzaron, furiosamente, nada menos que 5 litros de pintura de los colores mencionados encima del responsable de la compañía, Paul Birch y de su novia Olivia Darling; además de sobre el coche de lujo de ambos y encima de un par de automóviles más.

Aclararemos que el fotógrafo Kevin Cummins ya no tuvo absolutamente nada que ver con este serio incidente del colorante blanco y celeste, el cual desató varios acontecimientos, por cierto:

  1. Una colosal cobertura de la prensa británica.
  2. La felicitación que recibieron Ian Brown y compañía de parte de Tommy Iommi y Geezer Butler, de Black Sabbath; los cuales también odiaban al mentado Paul Birch.
  3. El arresto policial de los explosivos integrantes The Stone Roses.
  4. Una demanda de 3 millones de libras por los daños, la cual puso el propio Birch, con el juez dándole la razón legal aunque reclamando el propio magistrado, únicamente, el pago compensatorio de 23.000 libras; las cuales se convirtieron en, “solamente”, una multa de 3.000 billetes ingleses para cada infractor para así no generar aún más publicidad beneficiosa para los propios Stone Roses.
  5. Una ruidosa protesta multitudinaria de los fans del grupo clamando por la inocencia de éste durante todo el año 1990, que fue lo que duró el proceso judicial.

Trascendencia de celebérrimo flash

Terminando con la célebre imagen de 1989, Kevin Cummins confesó que aquel experimento improvisado en el estudio fotográfico de Manchester podía haber salido rematadamente mal pero que, por contra y por suerte, aquella se convirtió en la principal y exitosa imagen que siempre se asociaría a The Stone Roses; redundamos una vez más. Tal vez, aquella chifladura pintora fue como lanzar una moneda al aire, a cara o cruz. Incierto y emocionante, al mismo tiempo.

Efectivamente, por ejemplo un considerable número de revistas y varios editores de libros solicitaron publicar aquel mismo flash, el cual impactó para siempre a los melómanos de toda la esfera terráquea.

La imagen

Fotografía: Kevin Cummins
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Sobre Txus Iglesias 67 Artículos
Albergo una inquebrantable fe en ese sacro, inmenso, lumínico e intemporal motor bautizado como “rock and roll”.