La reseña improbable: Gorod – The Orb

Ficha técnica

Publicado el 10 de marzo de 2023
Discográfica: Autoeditado
 
Componentes:
Julien Deyres - Voz
Mathieu Pascal - Guitarra
Nicolas Alberny - Guitarra
Benoit Claus - Bajo
Karol Diers - Batería

Temas

1. Chrematheism (4:40)
2. We Are the Sun Gods (5:04)
3. The Orb (5:05)
4. Savitri (6:40)
5. Breeding Silence (5:23)
6. Victory (3:14)
7. Waltz of Shades (4:45)
8. Scale of Sorrows (4:02)
9. Strange Days (3:06)

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Bueno… ya estamos nuevamente aquí con la Reseña improbable, una de esas cosas que es como Ignatius Farray, es decir, a esta santa sección, o la amas o la odias. Esta vez esta patata caliente ha venido de las manos de Irene Vernedas (qué maja ella…) endosándome una banda que no conozco de nada, y cuando digo que no conozco me refiero a que no había visto en la vida ni su nombre, ni su logo, ni tengo la más remota idea de que tocan, así que antes he tenido que tirar un poco de internet para recalar un poco de información de estos tal Gorod.

Esta banda francesa de Burdeos, que empezó bajo el nombre de Gorgasm, tiene ya en su haber siete discos, siendo este The Orb el último editado en 2023, y da la casualidad (me acabo de enterar…) que han sido uno de los teloneros en la visita a nuestras tierras de los alemanes Obscura hace unas semanas, o sea, que ahí ya me ha dado una pista porque derroteros se pueden mover.

Como me temía, Gorod practican un technical death metal con aires prog al igual que Obscura, Beyond Creation, Cattle Decapitation, Alkaloid o Cryptosis (salvando las distancias), y lo sé, algún ofendidito se habrá llevado las manos a la cabeza al comparar a Gorod con estas bandas, lo que denota aún más mi desconocimiento y poco acercamiento a este género. Pensad que mientras Alkaloid se lo curraban en el escenario del Be Prog! yo estaba pululando por ahí….

Reconozco que dentro del death metal no he sabido evolucionar demasiado, y todos estos géneros más técnicos y más progs se me hacen bola. Tirando de una afirmación que atufa a paquismo, he de admitir que el death metal ha sido, y será para mí, los serruchos de Entombed y Dismember, la pesadez de Obituary y Asphyx, las guitarras de Bolt Thrower y Benediction, o la brutalidad de Napalm Death o Cannibal Corpse. Cuando delante de la palabra death metal se le añade el adjetivo de técnico vuelvo a tirar de paquismo y mi mente me deriva a Pestilence, Nocturnus, o como no, a los Death del malogrado Chuck Schuldiner (que pronto nos dejaste teniendo aun tantas cosas que ofrecer…). También podría ser que cada vez me hago más viejuno y en la música me siento más cómodo con una introducción, estrofa, estribillo… y en Gorod me pasa como con muchas bandas extremas más “actuales”, que me pierdo, y tengo la sensación de que llega un momento que no logro saber ni por que canción voy.

Lo que si he percibido a primeras escuchar, a diferencia de otras bandas de tech death metal que se me han hecho bola desde los primeros compases, es que Gorod pintan su música con unas pinceladas de groove la mar de sugerentes. Ya en su primer tema, “Chrematheism”, entre tanta potencia sónica y cientos de blast beats por minuto, me han gustado esos cambios de ritmo en algunos compases y esa entrada tan acertada de la guitarra aproximadamente en el tercer minuto. Este “paréntesis” y esas armonías melódicas vuelven a aparecer en “We Are the Sun Gods”, y comienzo a darme cuenta de que, creo, va a ser la tónica del disco, además este corte tiene por momentos un feeling bastante curioso En el tema título ese inicio con el synth me ha resultado interesante, y ese juego de guitarras/vocal hacen que por mi mente se asome el nombre de sus compatriotas Gojira. “The Orb” es el tema más diferente y original del disco.

“Savitri” me ha parecido uno de los cortes más prog del disco y durante “Breeding Silence” me han martilleado la cabeza, gustándome mucho más la segunda parte de este armónico corte. “Victory” es potentísima y muy dinámica, muy del estilo de su apertura con “Chremathesim”. “Waltz of Shades” tiene un tempo lento, es oscura, disonante, y por momentos sus guitarras garabatean destellos muy groove. “Scale of Sorrows” entra a toda ostia, es un corte bastante completo con un recorrido cambiante a base de growls, punteos, riffs, y machacantes blast beats. Esto es un chute de energía en toda regla.

El disco lo cierran con una interesante cover, “Strange Days”, que para un servidor es uno de los temas, y de los discos también, que más me gustan de The Doors. Se la llevan totalmente a su terreno, sobre todo en cuanto a la ejecución de las guitarras se refiere, culminando así un disco que no me ha desagradado porque “se ha dejado” escuchar. Del buen hacer de sus músicos no tengo ninguna duda, faltaría más, eso, guste lo que estás escuchando o no, se percibe, es inevitable, pero me doy cuenta de que cuando hay demasiada brutalidad sonora pierdo el interés por lo que estoy escuchando, disfrutando más esos temas donde los ritmos más groove o melódicos hacen su aparición, como en “The Orb”, “Savitri”, o “Waltz of Shades”.

Ya que, aunque en una naturaleza más extrema, he hablado del prog, voy a aprovechar para que mis derroteros tiren por esos lares para mi nominación. En la primera década del nuevo milenio fueron apareciendo nuevos proyectos, algunos de ellos incluso con continuación, donde muchos músicos de este incestuoso mundillo del prog estaban involucrados. De las cenizas de Platypus nacieron The Jelly Jam, debutaron los mastodónticos Transatlantic, y poco más tarde Judhead, OSI, Frost*… Pues bien, hace unas semanas, cumplió 20 años el debut de Kino, de nombre Picture (2005), una delicatessen que se sacaron de la manga John Mitchell (Arena, Frost*, It Bites), Pete Trewavas (Marillion, Transatlantic), John Beck (It Bites) y Chris Maitland (Porcupine Tree, Blackfield), y como a mí se me ha pasado el aniversario, me gustaría saber qué opina nuestro Abel Marín de este señor diskarrako, así que… Abel, calienta que sales…

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Sobre Jaime Arjona 109 Artículos
Pota Blava y fanzinero de los 90. La música siempre ha sido una de mis grandes pasiones, y aunque el Metal es mi principal referencia, no he parado de moverme por diferentes estilos sin encerrarme a nada. Con los años el escribir también se convirtió en otra pasión, así que si junto las dos me sale la receta perfecta para mi droga personal. Estoy aquí para aportar humildemente algo de mi locura musical, y si además me lo puedo pasar bien…pues de puta madre.