¿Qué pueden ofrecer Limp Bizkit en 2021? Esta es la pregunta que me hice cuando anunciaron, por sorpresa, que el 31 de octubre lanzaban nuevo disco, 10 años después de su último, casi clandestino, Gold Cobra (2011). Es cierto que Fred y sus secuaces han jugado bien sus cartas marketingnianas, me explico…
Este verano, HBO, decidió lanzar un capítulo de una presunta serie sobre música, de la que sólo se conoce un capítulo: Woodstock 99: Peace, Love, and Rage. En el que, como poco, se acusa a Limp Bizkit y, especialmente, al arrogante y, a menudo, odioso, Fred Durst de todo lo acontecido en la base militar situada en Rome (New York) durante el festival. Si has visto el documental, sabes que no sólo fue la irresponsable actitud de Durst lo que provocó tales disturbios. La cosa va un poco más allá.
Fred & Co. son muy listos, y han jugado bien sus cartas. Aprovechando el relativo éxito del documental, han estirado el chicle, y ya en su aparición en julio en el festival Lollapalooza de Chicago se encargaron de ir recordando al festival como los han culpado de ello lanzando puyas entre canción y canción. Hay que decir que a parte de las puyas, lo pavos se marcan un bolarramen.
Estamos en octubre y, portada HORRIBLE aparte, Limp Bizkit lanzan nuevo disco, una década después, con un resultado satisfactorio y con voluntad de autoreivindicación, no sólo de ellos, si no también de una época y/o generación. Still Sucks, tiene todo lo que hizo de Limp Bizkit una banda gigantesca (y odiada) y muestra, en su variedad, todo lo que escuchábamos un gran número de gente a finales de los 90 principios del 2000.
Still Sucks son algo más de 30 minutos de música en los que puede encontrar desde el rap metal marca de la casa a hip hop, pasando por el grunge más tradicional. «Out of Style» es un ejercicio de estilo de Limp Bizkit, con «Dirty Rotten Bizkit» volvemos a los tiempos de Significant Other (1999) y los riffacos matadores de Wes Borland. El adelanto «Dad Vibes» es puro Chocolate Starfish & The Hot Dog Flavored Water (2000) pero en 2021. «Turn It Up, Bitch» es Limp Bizkit poseídos por el espíritu de Cypress Hill y su flow fumeta.
La versión sui generis, en acústico, de «Don’t Change» de INXS, sirve para marcar el ecuador del disco y dar paso a «You Bring Out the Worst in Me», tema marca de la casa, con arrebatos de calma tormenta, y riffs de Wes que disparan la agresividad testosterónica Limp Bizkit. Seguimos con su autoajuste de cuentas «Love The Hate» en el que la rima y el flow son protagonistas por encima del combo instrumental. «Barnacle» es un homenaje a Nirvana y Alice in Chains, grunge en estado puro. El desarrollo atípico con guitarras acústicas de «Empty Hole» da paso a «Pill Popper», un tema de guitarras duras que nos retrotrae a los Limp Bizkit del su primer LP, Three Dollar Bill, Y’all$ (1997) con, en este caso, ritmos industriales anti farmacéuticos.
Las bases de DJ Lethal son las protagonistas de «Snacky Poo» que en la parte final acaba con un gag sonoro de una falsa y surrealista entrevista a Wes Borland que sirve de puente para acabar con la playera «Goodbye».
Limp Bizkit en 2021 son una banda que se auto homenajea y te hace pasar un buen rato, si es que los disfrutaste en su momento. Este Still Sucks es muy disfrutable y te quitará unos cuantos años de encima. No inventan la rueda, pero te va a entretener.
Sant Boi-Barcelona-Arenys de Mar. Padre y Metalhead. Desbordado por tanta música que escuchar y poco tiempo para disfrutarla. En el Universo solo hay dos cosas claras: In vino veritas y Metallica es la banda más grande de todos los tiempos (quizás solo una sea cierta, y no tenga que ver con la verdad). Death, black, doom, sludge, hardcore, thrash… a menudo: pop, rock, indie, electrónica, hip hop… en resumen, la música es mi pasión.