Cuando hablamos de Accept siempre os vendrán a la cabeza Metal Heart, Walls to the Wall y Restless and Wild, pero el disco que cambió su historia es sin duda alguna el que nos ocupa: Breaker. Vale, la portada es más fea que pegarle a un padre, pero aquí por vez primera el grupo demuestra que tiene un proyecto con canciones capaces de encandilar a una generación. Probablemente fue un intento de captar la reacción que puede tener alguien al escucharles y subrayar lo de metálico y punzante con esa concertina que penetra en las orejas entrando y saliendo. Ya era la segunda portada con una chica de protagonista, tan mala como la primera…
Obviamente soy de los que revindicará siempre sus dos primeros discos Accept y I’m a Rebel, pero aquí no necesitan de AC/DC para que les compongan un éxito, cosa que sí sucedió con “I’m a Rebel” en su anterior obra. Aquí Accept daba el golpe sobre la mesa y sentaba sus bases sin interferencias externas. Hay aquí hasta cinco composiciones imprescindibles del grupo de un total de diez, lo cual es todo un hito.
El disco
No cuentan con la mejor producción ni el mejor sonido posible, pero están replicando lo que viene de la pérfida Albión doblando la apuesta: más rápidos, más duros y más afilados. Incluso se atreven a atacar pasajes clásicos, algo que no llegará a Inglaterra y Estados Unidos en terrenos netamente heavies hasta unos lustros más tarde (obviamente en cuanto a hard rock Deep Purple ya lo tenían). El tema título es absolutamente insultante con un riff demoledor y a una velocidad mayor que sus coetáneos de la NWOBHM no habían llegado. Podemos hablar de heavy metal con todas las de la ley.
En “Starlight” se sientan muchos cimientos de lo que es la personalidad de Wolf Hoffman, especialmente por ese solo de inspiración clásica. El sonido es poco pulido y la influencia de AC/DC es más que obvia si bien se nota que el combo teutón apuesta por algo más duro y metálico. Riff monolítico con un Udo afilado como el acero y guitarras dobladas por parte de Wolf y Jörg Fischer. Hay un tratamiento hímnico para “Run If You Can”, si bien, y a pesar de ser un muy buen tema, palidece entre el elevado nivel de la otra mitad del LP. A pesar de que a Hoffman no le gusta hablar de baladas siempre han sido una parte importante en sus inicios y la agónica voz en medio tiempo de “Can’t Stand the Night” bien lo muestra.
La explícita “Son of a Bitch” es uno de sus clásicos más celebrados y tocados en toda su historia. Puramente Accept a todos los niveles con un estribillo memorable. “Hijo de puta, puedes besarme el culo”. En Solingen no estaba Garcilaso de la Vega, y tampoco se lo esperaba… Tuvieron que cambiar letra y título para el mercado inglés. Llegamos a uno de los momentos culminantes de Accept con “Burning”, que fue grabada como si de un directo se tratara.
Un poco devuelven el favor a AC/DC por “I’m a Rebel” grabando un tema propio y atemporal. Si queremos jugar un poco… imaginad este tema escrito y tocado por AC/DC… estaríamos ante uno de lo más grandes clásicos de los australianos. Rock n’ Roll decibélico de la grande tradición austral en manos de unos locos germanos. Espectacular. Si quieres buscar el momento de conexión entre ambas bandas, más allá del “I’m a Rebel” este es lo es. Por cierto… Wolf Hoffman sigue buscando esa cinta en la que Angus Young canta el “I’m a Rebel”. Existió esa cinta según él. Sería glorioso dar con ella…
Otro tema maravilloso es el “Midnight Highway” en la que vuelve a planear el espíritu AC/DC y que queda como himno atemporal. Enorme está el bajista Peter Baltes cantando el puente antes del estribillo. Las guitarras me continúan sonando tremendamente a los Scorpions de los 70, en la era Uli Jon Roth, y sí, es historia viva del rock alemán. Hay una evidente búsqueda de sonar comerciales y es una vía que no fue explotada y se les daba muy bien. Antes hay ese tema cuadriculado en su concepción y que tanto influirá en la carrera luego de Udo: “Feelings”. Excesivamente encorsetado y caricaturesco de lo que es Accept. El estilo nacía, para bien y para mal…
Baltes vuelve a cantar en la preciosa “Breaking Up Again” demostrando las posibilidades de un grupo enorme, doblándose la voz y jugando con gongs. Hasta este disco había esa tradición de baladas acústicas como las encontramos en “King” o “Seawinds”, algo que se les daba enormemente bien, pero que se aparcó a partir del posterior Restless and Wild. Completa la obra “Down and Out” en otra canción prototípica y que ya empieza a aunar todas las características que harán grandes a los teutones a partir de ahora. Grandes riffs, canciones para el recuerdo y una banda inmensa.
Veredicto
Los fans de Accept te pueden decir que es el mejor disco del grupo (muy a pesar de su portada) y pueden tener razones obvias para convencerte. La gloria en Accept arranca de verdad con este disco y la leyenda queda forjada aquí. A partir del siguiente álbum la velocidad sería su razón de ser, pero aquí estaríamos hablando de que hay un genio compositivo a desarrollar y de un material por encima de la media habitual.
Las premisas para el triunfo esta vez fueron claras: primero, no dejar que nadie ajeno influyese, nadie de fuera de la banda iba a aconsejarles. Segundo, no ir en busca de un hit single como objetivo número 1 y ser ellos. Y el tercero es meter en tareas de mezcla a Michael Wagener. Ya lo tenían, ahora tocaba hacer una portada decente…