El día que Accept presentó en sociedad a Mark Tormillo y bien cargados de himnos en su excepcional Blood of the Nations quedó toda la escena en shock. Volvía el grupo en plena forma tras 15 años de silencio, solo interrumpidos por su concierto de reunión en Wacken de 2005. Pocas leyendas han llegado a la trascendencia y a mantener fresco su material tras tantos años de parón, y lo de el señor Wolf Hoffman es una segunda juventud absoluta. Sus siguientes discos han mantenido el tipo con grandes momentos, pero… Too Mean to Die es otro acierto espectacular. Una colección de singles en potencia, sonido clásico y otra entrega para quitarse el sombrero. Lo han vuelto a hacer y de nuevo todo fan puede quedar plenamente satisfecho con lo que este álbum encierra.
Ha habido importantes bajas en el combo teutón y se echan de menos los nombres clásicos, pero no es impedimento alguno para que la cosa valga mucho la pena. Carnaza de directo, muy inspirada y variedad, aunque siempre dentro de los parámetros que siempre nos han ofrecido. Sigue siendo Accept y los límites están más que claros. Sí, hay balada e incursiones a la música clásica también, justo lo que necesita todo disco de los alemanes. Les ha venido bien el dejar pasar cuatro añitos respecto a su anterior The Rise of Chaos. Martin Motnik al bajo y Philip Shouse a la guitarra completan una formación que es ya al puro estilo Iron Maiden: ¡Tres guitarras!
En “Zombie Apocalypse” hay la crítica a las nuevas tecnologías mediante un corte certero y directo, con todas las características que han hecho grande a los de Solingen a lo largo de su historia. Un perfecto single capaz de convencerte desde la primera nota. A pesar de lo marcado del estilo la gracia del disco es que todo brilla y que las canciones quedan desde la primera escucha. Caso es también del tema que da título a la obra con un Tornillo rasgando su garganta a la vez que el estribillo ofrece justo lo que esperas de Accept. Grandes solos de guitarras con detallitos y twin guitars con los pesados riffs de base. Al final habrá que darles la razón por lo de las tres guitarras…
Entre lo que más brilla está “Overnight Sensation” con un enfoque más accesible y melódico, algo que siempre ha sido otra de sus grandes señas de identidad. Aquí los coros efectistas funcionan demostrando otra inspirada canción perfectamente apta para sus futuras descargas. El riff melódico de “No One Master” es uno de los momentos estrella del compacto. La contundente base rítmica es puramente Accept mientras que guitarras y voz, bien aderezadas con coros, juegan con las melodías, quedando perfectamente integradas en la canción. Ese momento de guitarras dobladas es puramente Helloween si bien fueron los de Wolf los que influenciaron a las calabazas de Hamburgo.
El single es “The Undertaker” y un poco juega a “Balls to the Wall”-“Princess of the Dawn” con ese aire hímnico, ese reposo de acústicas de inicio y un importante reverb en la batería. Himno de directo que gana con sucesivas escuchas si bien, y personalmente, veo más temas logrados que esta composición a medio tiempo. Disfruto más la vacilona “Sucks to Be You”, recuperando esa vena faltona que cristalizó en “Son of a Bitch” en su día. De verdad que el disco, un poco, intenta conectar con todos los clásicos y la leyenda que aportaron en su día. Aquí hay incluso el punto festivo.
El momento clásico llega con “Symphony of Pain” y esas guitarras tan Judas del Painkiller. Aquí Wolf indaga en la quinta sinfonía de Beethoven, conocida como “El himno de la alegría” y que a la vez es el himno de Europa. Posiblemente, y a su manera, Wolf nos está dando ánimos y algo de “alegría” en estos tan aciagos tiempos. La balada reposada la pone The Best Is yet to Come”, un título que nos avisa de que lo mejor está por llegar, y tratándose de Accept, puede ser cierto. Esto no es “King” ni “Seawinds” y la cosa se va electrificando con muy buenas maneras. Luego “How Do We Sleep” baja un poco el elevado listón sonando algo tópica y previsible, pero no desentona para nada con esos coros tan hímnicos.
Pura electricidad en “Not My Problem” y un poco puedes hacerte una idea de lo que podría hacer Tornillo si cantase en AC/DC si bien el estribillo es puramente Accept. Apisonadora sónica y otra buena muestra de lo que son capaces los germanos en pleno 2020. El final vuelve a los derroteros más clásicos de su líder yendo hacia la sinfonía del nuevo mundo de Dvórak enlazando con un acercamiento arábigo. El nombre de la composición es “Samson and Delilah” y es un final original que conecta con los trabajos en solitario de su líder.
En pleno 2020 y a estas alturas de la película dudo que le podamos pedir algo más a Accept. Les ha venido bien esos cuatro años de pausa, el dejar que Wolf tirase de sus historias en solitario, el concierto en Wacken con orquesta y un poco de descanso. Parecía que en estudio la cosa se resentía. Accept siguen ofreciendo lo de siempre e intentan tocar todos los palos que les caracterizan con enorme gracia y con un sonido aplastante. Temas que se te ganan desde la primera escucha, bastante variedad y absoluta diversión. Todo brilla aquí empezando desde la maravillosa portada con la serpiente mecánica. Empezamos la mar de bien este 2021.