Dos años atrás, cuando Science of Noise cubrió por primera vez el Actitud Fest lo titulaba como “el mejor festival alternativo que seguramente aún no conoces”. Hoy me atrevo a decir que si aún no lo conoces es porque no te da la santa gana. L@s que somos de acercarnos al Actitud asiduamente sabemos lo que tenemos y lo queremos compartir con todo el mundo. Deseamos que los demás tengan esa oportunidad de vivir la experiencia que es este festival que acaba de cumplir diez ediciones. Lo contamos, queremos convenceros, os invitamos a venir…
Cuatro días, decenas de bandas y variedad de estilos. Entendedme: el festival se llama Actitud y la peña que lo organiza Soroll, así que estos son dos requisitos indispensables para subirse al escenario de la carpa instalada al lado de la piscina de la localidad de Vidreres.
Voy a intentar explicar algo que se debe vivir más que leer. El Actitud es llegar a Vidreres, cruzar la taquilla, ponerte la pulsera y empezar a encontrar amig@s, caras habituales en todos los conciertos, músicos que también son público, peña que monta su paradita de discos y camisetas, un abrazo aquí, una cerveza allí, gente preparando bocadillos y un montón de sonrisas. Allí son simpáticos hasta los encargados de la seguridad. El Actitud somos un poco familia, sabemos que nos vamos a encontrar y que en cuatro días habrá tiempo de charlar, de darte un baño en la piscina, de emborracharte, de ver alguna de tus bandas favoritas y de descubrir alguna que otra que no sabías ni que existía.
El Actitud es diferente. La entrada anticipada eran 18 euros e incluía cuatro días de conciertos, la piscina y la zona de acampada. Sin marcas ni patrocinadores. El Actitud no está en venta. Más vale ser cabeza de ratón que cola de león. Somos l@s que somos y al final es un festival referente en todo el estado por su manera de hacerlo, de vivirlo y de mantenerlo.
Si no conocéis a los hermanos Alegre y demás personas que están detrás de este festi os dejo una clase de humildad que nos dieron. El jueves a las seis de la tarde, solo media hora después de abrir las puertas, subían al escenario lllinoise. Tod@s ell@s implicados en el festival y pudiendo actuar antes de Lisabö o en el momento que les pareciese, va y abren el festival el día y a la hora en que much@s aún curran. Así son, así de grandes. Más allá de la descarga escandalosa que hicieron en la que no dieron ni un respiro entre canción y canción, aunque su cantante Nina, lo suplicara con la mirada, Alfred aprovechó para recordar que tod@s somos el Actitud, colaboradores, bandas, público. Lo cierto es que el discurso me supo un poco a despedida, igual de cierto que cuando se les pase el cansancio de tantos días de curro encuentran una buena excusa para pensar en la siguiente edición. Además de Illinoise, la primera jornada nos trajo la brutalidad más extrema de Human Ashtray, con un montón de pequeñ@s en primera fila disfrutando como si de un concierto del Pot Petit se tratara, demostrando que hay cantera. Los screamo Tropical Ice Land, que sustituían a Anal Hard y que llevaban un tiempo sin tocar, repartían cera mientras una abuela hacía bailar a su nieta de no más de un año. Cerraron los Bad Mongos que se presentaban como un grupo de cuatro acordes, pero que en realidad tienen ahora mismo uno de los mejores directos que podemos ver en Catalunya. Rock made in Costa Brava pero con ese tufillo escandinavo que tanto nos gusta.
El viernes empezó con Les Cruet, con gente de los Surfing Sirles, Assot o The Unfinished Sympathy en sus filas, presentando su último trabajo “Cérvols, astres” y dando una buena dosis de punk de comarca. La personal voz de Laura te engancha a la primera y tuvieron un recuerdo para el siempre presente Uri Caballero. Aún con el sol apretando fuerte los vascos Sacco repartieron cera a discreción. Se colocaron los tres a primera línea del escenario y bien juntos como si de un ensayo se tratara. Se ganaron rápido al público y a l@s peques que andaban por ahí a esas horas con su ilusión por poder estar en el festival y en Cataluña. Anduve todo el concierto pensando que me sonaba el cantante de algún otro concierto y, al acabar, descubrí que tanto él como el guitarra son de Lisabö también, por lo que hacían doblete. La caravana de un viernes por la tarde de verano de camino a la Costa Brava casi les juega una mala pasada a Shorebreak que están haciendo unos conciertos de regreso memorables, como ya descubrimos en el CKUD y confirmaron en la presente edición del Actitud. Nuestro compañero Sergi Vila ya me avisó que con Cocaine Piss me lo pasaría bien. Que no me los perdiera y que encendiera el flash que no paran quiet@s. L@s belgas no defraudaron. Su cantante, más abajo entre el público que arriba, siempre con alguien detrás que mantenía a salvo cable y micro. No sé si me los pondría para adecentar el piso pero para gozarlos en directo son geniales. Sport fueron los más esperados de la jornada y los que recibieron el mayor calor del público, que coreaba tema tras tema desde principio a fin de su show. Las buenas melodías de los franceses dieron paso a las buenas melodías de The Unfinished Sympathy que nos permitieron viajar entre su discografía. Da gusto encontrarse con retornos tan a la altura como el que ofrecen Eric Fuentes y compañía. Actitud, seriedad (aunque a Joan Colomo le cueste) y mucha guitarra, pedimos algo más? Estaba a punto de abandonar porque ya notaba el cansancio en piernas y espalda cuando pasé por el backstage y vi lo que tenían preparado Criatures Fastigoses para su show y tuve que quedarme. Si no puedes entender lo que es el Actitud hasta que no vas, lo mismo pasa con esta banda. Te lo puedo contar peto hasta que no convivas con esta locura no sabrás de que te estoy hablando. Tíos disfrazados con el peor gusto que puedas imaginar, kilos de confeti y juguetes de playa dan color a este grind-punk, con regusto a fiesta mayor macabra. El Actitud también es esto.
Llegamos al sábado. De la piscina pasamos a la terraza a por el último café y de la terraza a primera fila del concierto de Kugo. El momento más difícil del festival para estar sobre el escenario. Sábado a las 17.30 con mucho sol aún y con la mayoría de público aprovechando los últimos instantes de la piscina o de la cama de la pensión. Aún con poca presencia de público, los madrileños respondieron a la llamada. Empezaba la cosa a coger ambiente cuando Kids of Rage saltan a la palestra. Hardcore sin concesiones y mucho movimiento en el escenario. Con el público aun desperezándose, costó animarse a bailar como nos tienen acostumbrados esta banda barcelonesa. Bailar no, pero la atención la captaron desde el inicio hasta su tema en catalán “Lluitarem”.
Otros esperados por much@s fueron los gallegos Cuchillo de Fuego, una banda que sorprende a la primera escucha, tanto por su puesta en escena como, sobre todo, por sus letras hilarantes. Se agradece cuando encuentras una banda que te sorprende como los Cuchillo y eso en el Actitud pasa a menudo y es que para los atareados, el filtraje que nos hace la gente del Actitud del puñado de bandas que existen por descubrir es un gran regalo. Siete años sin un trabajo en el mercado podrían finiquitar a un grupo fácilmente pero cada nueva entrega de Adrift es una delicia. La banda presento su nueva joya, ‘Pure’, casi en su totalidad. Temas largos y densos donde la desgarradora voz de Jorge te absorbe en su show y no te deja abandonar hasta el final del último riff. La entrada al metal que había tomado la jornada con Adrift continuaría con Nashgul. Estos veteranos del grindcore reventaron nuestros tímpanos cuando aún no había caído la noche y me hicieron más que feliz cuando acabaron su show con el “Zu atrapatu Arte” de Kortatu.
Llegaba la hora de la verdad (una de ellas) del Actitud. Los suecos Starmarket volvían a Girona, después de que ocho años atrás pasaran por el Sant Feliu Fest como ellos mismos recordaron. Entre el público mil caras conocidas de nuestra “escena” disfrutando de un repertorio donde no olvidaron himnos como “Amber”, “Carry on”, “Your Style” o “Repetition”. Para hacerse una idea de lo que representó esta banda diría que es la primera vez que alguien hace un bis en el festival.
Coincidiendo con la décima edición y recordando aquella frase de que “quan portem Lisabö al Actitud, pleguem”, la presencia de los vascos en el Actitud había generado muchas hipótesis en nuestro pequeño mundo. Es la banda más esperada de esta y de todas las ediciones. Un grupo especial por su manera de gestionar la carrera, por elegir cuando están en activo y cuando no, por decidir donde tocan y sobre todo por lo que pasa encima del escenario. Una base rítmica con dos bajos y dos baterías sincronizadas que te atropellan, unas composiciones que van de la intensidad más brutal al silencio más íntimo y esa sinceridad y coherencia que gusta encontrar en las bandas. Karlos y compañía mostraron su agradecimiento a la estima del público y la felicidad por estar en el festival por fin y justo antes de despedirse nos contaban que significaba el grupo y la música para ellos: una fórmula para ahorrarse el psiquiatra. Gente corriente como nosotr@s. Con el final del show de Lisabö tambien acabaron mis energías y decidí dar por cerrado el festival. El domingo por motivos familiares me perdí un montón de bandas que me apetecía ver pero regresé a casa con el buen sabor de boca que te deja cada edición del Actitud. Desde aquí no añadiremos más leña a que debe pasar con el Actitud. Lo que decidan sus organizador@s estará bien. Solo podremos mostrar gratitud y admiración por el trabajo y la entrega de toda la gente. Hasta el año que viene!