Si hay algo que defina este disco es la velocidad. ¡Adrenalized en estado puro!
Quizá sea porque este es uno de los estilos de música que más me gusta… rápido y melódico… pero no puedo dejar de escuchar este álbum. Los de Donostia no paran de sorprenderme, y aunque hace ya unos años que nos tenían a la espera de un nuevo disco, no nos han defraudado en esta ocasión. 12 canciones cortas, pero contundentes a más no poder cada una de ellas.
No se quedan cortos, ya desde la primera canción -“Operation Exodus Part II”- nos muestran toda la potencia que quieren transmitir en el disco. Te enganchan desde el minuto uno y te invitan a intentar imitar sus acordes en el “aire”. Pero con esto no es suficiente, ya que uno tras otro se suceden los ritmos frenéticos, de “Set it on Fire”, “The Story to Belive”… hasta llegar a “Engravings in Stone”, donde nos brindan una leve pausa hacia la mitad del álbum, con la que cambian momentáneamente de registro atendiendo a unos ritmos “un poco” más melódicos. Pero, para qué negarlo: es mi canción favorita del disco y, a partir de aquí, es un no parar hasta la última canción.
En “Revenge” y “Decide” nos deleitan con unos cambios de ritmo constantes y con algunos toques metálicos que ya son una de sus señas de identidad. Es más, si nos quedamos con la parte instrumental de ambas canciones, difícilmente podría identificarlas dentro de su género. Soy metalero, y la base instrumental bien podría asemejarse a un estilo mucho más duro.
Como punto positivo, valoro la incorporación de un tema en euskera, «Gezurra Ari Du». Lo considero un acierto con carácter diferencial, ya que aún siendo de Donostia, todas las canciones son en inglés y creo que esta es una buena manera de dar un toque personal a su propia identidad.
A diferencia de su anterior trabajo, Tales From the Last Generation (2013), donde ya nos dimos cuenta de todo de lo que eran capaces, en este nuevo álbum se percibe una evolución técnica más que considerable. A mi parecer, el sonido y las voces están un poco más cuidadas; es como si en el anterior estuviera sobre un caballo desbocado… mucha fuerza, mucha velocidad y mucho descontrol (en el buen sentido de la palabra).
Tras escuchar “Sorry for the Hit” (última canción del disco) se me antoja que no tengo suficiente… ¡¡así que le doy de nuevo al PLAY!! Sin duda alguna, si disfrutas con los ritmos rápidos que apenas te dejan sin aliento, no dejes de añadir este álbum a tu playlist personal. Tienen un estilo propio y un sonido limpio que «engancha», pero no puedo dejar de ver influencias de grupos parecidos; a veces Not Available, a veces No Use for a Name, que para nada veo como un aspecto negativo, ya que sean unos u otros, me quedo con todos.
Y ahora, tan solo queda un tema pendiente: verlos pronto en concierto.
¡Pogoman’71 Nunca es tarde para ser joven!