Bueno, esto podía salir muy bien o muy mal. Si últimamente has oído hablar sobre Agent Steel lo más posible es que sea por las excentricidades de su líder John Cyriis o la segunda reunión de la banda hará ya más de dos años. El plan era sacar este disco entonces, pero tras varios cambios de nombre y retrasos importantes (incluso antes de la pandemia), ha visto la luz hace unos días.
El finalmente llamado No Other Godz Before Me viene con una portada francamente cutre. Definitivamente la peor que he visto en mucho tiempo. Afortunadamente, la música que hay detrás está bastante por encima en cuanto a calidad, aunque como veremos también tiene sus peros.
Empecemos por lo bueno: como os podéis imaginar, no tenía las expectativas muy altas. Sin embargo, al escuchar los primeros temas he de decir que el sonido general y la producción de este álbum me han gustado bastante. Las guitarras suenan agresivas y con unos tonos muy bien conseguidos. A su vez, la batería es contundente y convive bien con los demás instrumentos. Como contrapunto, al bajo le vendría bien un poco más de volumen.
El repertorio de riffs también es un punto fuerte. El estilo recuerda enormemente al de su etapa clásica y al de las otras bandas de la época. No paran ni un segundo con el frenesí de trémolos, armonías abundantes y solos trepidantes. Con razón Agent Steel son una de las bandas que mejor representa el speed metal.
Pero bueno, el factor que va a determinar si te gusta o no este No Other Godz Before Me va a ser sin duda la característica voz de John Cyriis. Es una de esas que seguramente la ames o la odies. Sin duda, esos gritos agudos son su marca personal y el tío no se corta lo más mínimo en meterlos por todos lados. Yo mismo soy bastante fan de este tipo de voces, pero escuchando el disco del tirón llega un punto que cansa bastante. Hay momentos en los que sí que funcionan bien y hasta hace unas armonías consigo mismo muy molonas, pero enseguida se vuelve repetitivo. Ocasionalmente también usa un efecto que me recuerda ligeramente al autotune, aunque probablemente lo haga para sonar más «como un alienígena», si es que eso significa algo. En «The Devil’s Greatest Trick» tenéis el mejor ejemplo de eso.
A pesar de las posibles pegas que le podamos encontrar, hay algunas canciones bastante chulas ahí dentro. En particular me ha sorprendido el final, con los guitarrazos de «The Incident» y la machacona «Outer Space Connexion». El resto de canciones no están mal, pero en general se echa en falta algo más de gancho en los estribillos. Tenemos también una intro y una outro con la misma melodía que seguramente funcionarían mejor si durasen menos. Dos minutos para una intro ya es bastante, imaginaos dos minutos más de lo mismo para acabar…
Es una lástima que un disco con un muy buen trabajo instrumental se vea empañado por precisamente el elemento más distintivo de la banda, en este caso la voz. Para comparar, me he puesto el Skeptics Apocalypse (1985), el primer disco de Agent Steel, y joder, no hay color. Aunque más o menos mantengan el estilo, está claro que Cyriis ya no conserva la magia de antes. Igualmente, vale la pena echarle una escucha por los puntos positivos que tiene. Seguro que los fans acérrimos de la banda lo sabrán apreciar. Si no, siempre nos quedarán los clásicos.
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Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.
También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.