Alan Parsons – The Secret

Para algunos de nosotros Alan Parsons es algo que está por encima de etiquetas y modas, y más desde que hace tres años nos enamorara con uno de sus directos hechizantes. Es uno de los grandes hombres que estuvo detrás del gran disco de Pink Floyd The Dark Side of the Moon, pero es que en los 80 sus hits llegaron a lo más alto. Su orfebrería pop es exquisita y rica en referencias a filósofos y escritores. Se prodiga poco en estudio así que The Secret es toda una gran noticia para los que seguimos al creador de “Eye in the Sky”. Como suele ser habitual cuenta con una banda excepcional, cantantes invitados y nos muestra una paleta de colores inmensa, cercana a sus trabajos clásicos, recuperando sonidos y canciones que lo elevaron a los altares. Y es que 15 años han pasado desde su última entrega…

Cuando escuches la instrumental “The Sorcerer’s Apprentice” vas a reencontrarte con lo mejor del divo. Es una revisión de la pieza central de la película “Fantasía” de Walt Disney. Juegos orquestales en los que puedes ver a Mickey Mouse cargando cubos de agua con las escobas. La riqueza instrumental es variada y hay desde trombones a ukeleles. Alegatos pop sofisticados como “Miracle” te dan justo lo que esperas de Alan, esta vez con Jason Mraz a las voces. Alan canta en dos temas, siendo la genial “Soirée Fantastique” la más notable. Un medio tiempo evocador, calmo pero cargado de emotividad. Hay incluso acordeones para firmar unos arreglos impecables. Atención a ese estribillo con canon de voces. Todo un Lou Gramm de Foreigner canta en “Sometimes”, tema hecho a medida con piano y orquestaciones que se acerca a los baladones de Elton John.

Sus habituales sintetizadores no tardan en aparecer y en “As Light Falls” hay uno de esos cortes que te conectan directamente con su etapa más celebrada. Está todo un Vinnie Colaiuta a las batería, pero el trabajo vocal del propio Parsons es sencillamente perfecto, incluyendo esas habituales acústicas que brillan entre los sintetizadores. A nivel de sonido es perfecto y Todd Cooper encabeza con su voz “One Note Symphony”, con una orquesta en primer plano y unos coros con voces robotizadas, un recurso clásico en Parsons. “Fly to Me” tiene un poso Beatles fuerte empezando por la voz de Mark Mikel. Recordemos todos que Alan estuvo de ingeniero de sonido en un disco de los Fab Four. En “Requiem” aparece el saxo y bonitos detalles técnicos percusivos para un tema con groove y deje jazzístico.

P.J. Olsson es uno de los habituales cantantes con los que colabora Alan y le ha hecho un hueco en “Years of Glory”, un tema algo básico y que está bien, pero esta obra será recordada por otras piezas. Ese solo de saxo combinado con guitarra a lomos del teclado es realmente bello. Suavidad y clase en “The Limelight Fades Away”, más pop sofisticado y pulcro con coros a lo Beach Boys. El álbum llega a su puesta de sol con “I Can’t Get There from Here” repitiendo lo que mejor les sale: la balada sensiblera.

Frontiers ha hecho un excepcional fichaje, otro gran nombre en su imponente escudería y con ello Parsons vuelve a la vida con un trabajo que rezuma calidad y pop exquisito tras 15 años de ausencia. Sus directos siguen siendo sublimes así que estaba claro que su retorno iba a ser por todo lo alto. Supera con creces los discos editados desde The Time Machine pero no anteriores como el Try Anything Once. No está el señor Woolfson a las voces (RIP), y ya nada es lo mismo que en sus tiempos de gloria, pero, un trabajo como The Miracle hace honor a su nombre y nos devuelve a un tipo que siempre ha ido a la suya y es capaz de enamorar, componiendo y tocando. Si tenéis la más mínima oportunidad de verle en directo, aún no conociendo ni una canción suya, ni os lo penséis.

rock, rock

Jordi Tàrrega

Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.