Los emergentes Alcalá Norte provienen de Madrid, más concretamente de la zona de Ciudad Lineal, y se formaron en otoño del 2019, pocos meses antes de que la COVID-19 azotase de manera brusca nuestras vidas y la de la propia banda, que vio como en esos tiempos pandémicos, con Barbosa, Juampi, y Rivas, como miembros principales, desfilaban por la formación diferentes músicos sin conseguir una estabilidad que les permitiese trabajar de una forma más cómoda o profesional. Varias demos editadas por allí y por allá, varios singles, varios concursos de maquetas (finalistas en Autoplacer en el 2020), les hicieron consolidarse en el underground madrileño con un sonido oscuro de letras filosóficas (“Dr. Kozhev”) llenas de sintetizadores y ritmos con olor al post-punk más oscuro.
Su sonido ha ido evolucionado durante estos últimos años, y ahora, con una formación que parece ya estable, nos presentan su disco debut, de título homónimo, con la discográfica vasca Balaunka (Tremenda Jauría, Esne Beltza), un disco que parece bastante esperado por una gran pequeña legión de fans que ya han agotado todas las entradas en lo que será, o ha sido, depende de cuando leas esta reseña, su concierto de presentación en la sala El Sótano de Madrid el 26 de abril, teniendo que poner una segunda fecha, concretamente el 28 del mismo mes, donde, a día de hoy, veo incluso que ya hay una lista de espera.
Alcalá Norte no se han escapado del modus operandi actual y desde hace unos meses nos han ido poco a poco presentando adelantos de lo que iba a ser su disco debut. “Superman” fue el primero de ellos, una ruptura futbolística de pop muy noventero, suave, acelerado, y “La vida cañón” la segunda, un corte de guitarras melódicas y sonido alegre, pero no fue hasta su tercer adelanto que no empecé prestarles la necesaria atención. Este tercer disparo fue la políglota “Los chavales”, donde Alcalá Norte pueden sonar más a lo que yo había escuchado vagamente de ellos anteriormente, pero más luminosamente y con una calidad de sonido mucho mejor, un corte de riffs pegadizos y marcado bajo al más puro estilo Joy Division o The Cure. Post-punk en toda regla, además la frikada de video no tiene desperdicio…
El disco ha sido producido por Carlos Elías “Dr. Rock”, que viene de trabajar ahora mismo con Venturi, y en él, Alcalá Norte han sabido aunar temas de su “antiguo” repertorio, como la popera “No Llores, Dr. G”, o “Westminster” y “420N”, que tienen ese toque más synth oscuro que tenían sus primeras maquetas, con otros más novedosos para dar forma a esta primera aventura discográfica en forma de larga durada. Cuando sus guitarras se vuelven más dreampop, “La calle Elfo” o “La sangre del pobre”, puedo pensar en Cocteau Twins o Wild Nothing, cuando en conjunto todo suena más punk, “Langemarck”, lo puedo hacer en Biznaga o La URSS, pero hay algo, no sé muy bien el qué, pudiendo ser su imagen, su atmósfera, su sonido, su mensaje, o sus letras, que al escucharlos me es inevitable acordarme de aquel Madrid de Parálisis Permanente, de Kaka Deluxe (cuando Olvido Gara molaba…), de La Mode, o de aquellos surrealistas de Derribos Arias.
Hablando de sus letras puedo decir que son muy ácidas y filosóficas, con cierto sentido del humor en ocasiones, llenas de reivindicaciones con orgullo de barrio, llenas también de referencias castizas, cultas, y otras un tanto freaks. En el estridente abanico lírico de Alcalá Norte tienen cabida desde Cristiano Ronaldo, la diva Georgina, o el Power Ranger verde, hasta Hamlet, la Marseillaise, o el novelista francés Léon Bloy.
Alcalá Norte es un atractivo disco debut que seguramente gustará a los seguidores de las bandas mencionadas en la reseña, y que vuelve a poner de manifiesto el buen momento de forma del indie nacional actual.
Pota Blava y fanzinero de los 90. La música siempre ha sido una de mis grandes pasiones, y aunque el Metal es mi principal referencia, no he parado de moverme por diferentes estilos sin encerrarme a nada. Con los años el escribir también se convirtió en otra pasión, así que si junto las dos me sale la receta perfecta para mi droga personal. Estoy aquí para aportar humildemente algo de mi locura musical, y si además me lo puedo pasar bien…pues de puta madre.