Con ya treinta años de carrera en su haber, Alice in Chains cuenta con una de las historias más trágicas del rock moderno y su regreso a la actividad en 2008 con William DuVall ha provocado siempre al crítico, al espectador y al fan a entrar en dichoso mundo de las comparaciones pre y post muerte de Layne. Ahora, con tres discos y diez años juntos como banda, ya debemos pensar en DuVall como el cantante de Alice in Chainsy dejar de lado la etiqueta de “el nuevo”, no solo por el tiempo como integrante de la banda de Seattle, sino por el aporte creativo y estilístico de estos años.
Rainier Fog (2018) supone un claro regreso a las raíces de la banda con todo lo que conlleva. Un regreso plasmado en el título: el Mount Rainier con sus 4.392 metros de altura se sitúa al sureste de Seattle y the fog (la niebla) es uno de los fenómenos medioambientales más comunes en la capital del estado de Washington. También plasmado en la composición y grabación del mismo, Alice in Chains regresó a los Bad Animals Studios -actualmente Seattle Studio X– donde en 1995 grabó su álbum homónimo. Y como no, la esencia de grunge nutre gran parte de la temática del disco, el tema homónimo es un tributo a la escena musical de Seattle así como “All I Am” rinde homenaje a los hijos del grunge de Seattle caídos como el mismo Layne Staley, Mike Starr o Chris Cornell.
Tras varias escuchas del disco completo y teniendo más que memorizados los temas que anticiparon las semanas previas a la publicación, se puede afirmar que Rainier Fog es, seguramente, el disco que logrará al fin distanciar las etiquetas y los prejuicios, un retorno a los orígenes en el que no encontraremos temas como “Would?” o “Man in the Box” pero, a decir verdad, tampoco es necesario volver a esos tiempos. Los mecanismos de la banda se vislumbran más engrasados que nunca, nada chirría, la complicidad que se respira es absoluta. A todo esto le sumamos el excelente trabajo en la producción del viejo conocido Nick Raskulinecz que logra recuperar lo más oscuro y heavy de las entrañas de Jerry Cantrell y plasmar en el plástico la ferocidad de los directos de la banda.
Entrando en el detalle de Rainier Fog (2018), encontramos 54 minutos de grandioso rock repartidos en diez suculentos temas. “The One You Know”, el primer single del disco que ya se ha ganado el estatus de tema clásico en la vigente gira europea de los americanos, un tema perfecto como apertura del disco, con uno de los coros más logrados de la era DuVall que se marca un juego de voces con Jerry Cantrell brutal. Riffs inconexos de guitarra y un regreso a los momentos de exploración de los últimos discos plasmados ya aquí como herramienta al uso. “Rainier Fog” presenta a una de las mejores líneas de bajo desde el álbum homónimo Alice in Chains (1995), una de las marcas de estilo de la banda des de sus orígenes, un tema de armonías densas y un excepcional riff central de Cantrell.
Siguiendo con “Red Giant” donde Sean Kinney nos ofrece una de sus mejores versiones en la batería, el nuevo tema recoge el sonido más clásico de la banda, el tema juega con una distorsión vocal que ayuda perfectamente en la construcción del tema. Por momentos puedes llegar a dudar sobre quien se esconde tras el micro, si William o Layne. Saltamos al tramo central del disco tras un impecable arranque, tanto “Fly” como “Drone” son quizás los temas menos logrados de Rainier Fog, ambos temas destilan calidad pero, sobretodo “Fly” parece no acabar de encontrar el momento de la explosión deseada. En “Drone” encontramos un impecable trabajo en la guitarra de Jerry con uno de los solos más logrados de los últimos años pero el tema peca en cuanto a la duración.
Cruzando el ecuador nos topamos con la versátil y densa “Dead Ears Blind Eyes”, un tema que traspasa la línea que separa el “escuchar un tema” y el “sentir un tema”. Aquí no solamente escuchas las voces de Jerry y DuVall, sino que debes sentirlas, una de las otras marcas de estilo de Alice in Chains. “Maybe” con sus voces a capella se alza como uno de los mejores temas del disco, un tema que bien podría formar parte del lejano EP Jar of Flies (1994), un tema que saca lo mejor de Mike Inez en un fantástico trabajo de bajo, a eso le añadimos unas simples pero sentimentales lineas de guitarra acústica, y un trabajo vocal exquisito. En “So Far under” encontramos un tema compuesto entero por DuVall, un tema personal y “frío que trata sobre una situación muy complicada”, tema que demuestra que la marca DuVall ya esta completamente integrada en Alice in Chains.
Entrando en el tramo final, “Never Fade” respira de los más nuevos sonidos de la banda, un tema moderno y ligero con unas melodías menos oscuras que el resto de temas, con mucho potencial para ser uno de los temas preferidos para los nuevos fans del sonido más alternativo de los de Seattle. Y finalmente encontramos la gema de Rainier Fog, una suite de más de siete minutos titulada “All I Am”, el mejor cierre posible, un tema que te arrastra bellamente hacia caminos de profunda tristeza, un tema con decenas de interpretaciones pero con la profunda certeza de ser un homenaje a los amigos que han ido perdiendo a lo largo de los años. Una canción a corazón abierto con tintes progresivos que se desmarca como uno de los temas que mejor logran transmitir los sentimientos en toda la carrera de Alice in Chains.
Rainier Fog es un viaje multi sensorial a través de Jerry, William, Mike y Sean, un álbum que no flaquea y se antoja esencial en todos los niveles posibles, un trabajo que roza la perfección con una dinámica apabullante. Alice in Chains llegan al cenit por segunda vez en su carrera tras un proceso de adaptación, re-formación y asentamiento a un 2018 que ve en Rainier Fog, seguramente, el mejor álbum de rock del año.