Hacía más de una década que no pisaba la Apolo, y aquella fue la primera vez. Tener que ir al otro lado de la ciudad me daba cosa, pero por aquello que uno nunca entiende, me planté rápido. No lo suficiente como para estar de los primeros de la cola, pero sí unos buenos 15 minutos antes de que abrieran la sala.
Era sold out, cosa que me sorprendió. El power no vive sus mejores días, y aunque algunos podrían decirme (con razón) que Amaranthe, los cabezas de cartel, no tienen nada de power clásico, lo escuchado y vivido en la tarde/noche del 13 de marzo dejó claro que el reclamo de la velada eran los ingleses DragonForce.
Al entrar, el escenario se veía pequeño. Dos torres cubiertas a cada lado dejaban en minúsculo el espacio para que los de Moldavia se movieran. A la hora prevista se apagaron las luces.
Infected Rain
El cuarteto salió a escena a comerse el mundo. Musicalmente no es lo mío, pero debo decir que lo que hicieron, lo hicieron muy bien. Lena Scissorhands, avisando que sabía castellano y con unos tatuajes excesivos, se destapó como una gran frontwoman, haciendo gala de un gran saber estar, de una gran voz y de una actitud a veces angelical, a veces demoníaca. Sin duda todos los focos estuvieron en ella, dejando a sus tres compañeros en un segundo plano. Se cascaron una actuación sin baches y sin parones, sin dar tregua y, para mi sorpresa, más larga de lo que hubiese esperado. No sé destacar ninguno de sus temas, no me veo capacitado para ello, pero me lo pasé bien. Y eso, amigos, es lo que importa.
Setlist Infected Rain:
DragonForce
Como decía al principio, las estrellas de la noche no eran los headliners, sino unos teloneros de (supuestamente) lujo. DragonForce se han hecho más famosos por aparecer en el Guitar Hero que por su discografía, que empieza a ser extensa, y no me parece justo para ellos. Si hay algo que los define, creo que es la felicidad, la alegría y el buen rollo. Es algo que se percibe simplemente viendo su cara, y ver uno de sus shows debe ser eso, justo lo opuesto al grunge o al black metal (aún recuerdo cuando una persona me dijo que a los conciertos no se iba a pasarlo bien. What the fuck!).
Las torres cubiertas de las que hablaba al inicio eran dos arcades enormes que irían mostrando escenas de videojuegos clásicos (Pac Man, Street Fighter, etc). El set de batería lucía espectacular, y la pantalla de detrás nos recordaba que había una gran cantidad de merch en la tienda. A lo largo del concierto podríamos ver escenas de videojuegos y otras filmaciones interesantes. A la hora señalada empezó el concierto de arcade power metal, término que me acabo de inventar.
Con unas luces medio laser medio epilépticas que enfurecieron a los fotógrafos, los ¡6! miembros saltaron a escena luciendo gafas que ya las quisiera para mi. Digo seis porque llevaban un tercer guitarrista al que no tengo el placer de conocer y que, como mínimo, en disco no aparece. «Revolution Deathsquad» desató todos los males del infierno, con Li y Sam encima de los arcades mencionados. La velocidad de esta gente es endiablada, su gran seña de identidad (iremos a ello más tarde). Durante el show cañonazos de confeti explotaron, humo salió y chispas adornaron el escenario. Durante ese primer tema me enamoré aún más de Alicia Vigil y Gee demostró que para tocar en esta banda se tiene que estar en una buena forma física o mueres.
«Cry Thunder» bajó el tempo y Marc nos instó a saltar durante todo el tema. Mal hecho, Marc, ya que esa invitación fue el gatillazo para que unos cuantos idiotas empezaran a hacer moshpits de forma continuada, fastidiando el concierto a tantas personas que estábamos en la sala, tirando al suelo a unos cuantos y haciendo que el resto estuviésemos como sardinas en una lata. Estoy muy a favor de pasárselo bien en un concierto o donde sea, siempre que tu diversión no joda al resto de gente. Y en esta ocasión vaya si jodió. Pero bueno, la cosa siguió con «Power of the Triforce», presentada por Herman, cosa que pasaría a menudo. El tema, de su inminente nuevo lanzamiento, está basado en el juego The Legend of Zelda, y por alguna razón que no sé (cosa de no haber jugado nunca al juego), sacaron un enorme pollo de peluche que debía volar por toda la sala y volver de una pieza. ¿Veis como lo de estos chicos es la diversión y el buen rollo? El nuevo tema fue muy bien recibido y se notaba que encima del escenario los 6 músicos se lo pasaban en grande.
Mientras que abajo los idiotas seguían fastidiando, «Soldiers of the Wasteland» volvió a reventar la sala con su velocidad infernal y los solos de locura. Sonó tremenda, como todo lo que tocaron. Presentaron «The Last Dragonborn» preguntando, una vez más, si éramos aficionados a los videojuegos, ya que el tema está basado en el preferido de Li, Skyrim. Los reunidos parecían ser unos gamers emancipados, porque ante cualquier mención de consolas, el griterío era ensordecedor. Más o menos lo mismo se vivió con «Fury of the Storm», pero aún a mayor velocidad. Excepto el guitarrista invitado, el resto se iba turnando en lo alto de los arcades para deleite un público totalmente entregado que se dejaba la garganta en cada tema. Lo mismo pasó con «Doomsday Party», del lanzamiento que ocurriría un par de días después. Fue muy bien recibida, y es que creo que es un tema que funciona mejor en directo que en disco. Me faltó la coreografía que se marcan en el video, pero aún así fue muy divertida.
«My Heart Will Go On» y «Wildest Dreams», esta con imágenes de animales copulando, me cortaron un poco el rollo, porque aunque están bien, no dejan de ser dos versiones, y creo que tienen temas propios suficientes como para no tener que recurrir a esto, aunque estén en disco. La noche acabó, como no podía ser de otra forma, con «Through the Fire and Flames», su gran himno ultra popularizado por Guitar Hero.
Me lo pasé bien, a pesar de los idiotas moshpiteros. Creo que el grupo se lo pasó bien y lo supieron transmitir. Las únicas «quejas» que puedo tener son las de las dos versiones, que tocaran tan pocos temas del álbum que está a punto de lanzarse y que solamente tocaran 10 temas, teniendo en cuenta el setlist de Infected Rain y que Amaranthe tocaría unos cuantos más.
Setlist DragonForce:
Amaranthe
Ya con el escenario despejado, la cosa se preparaba para los headliners. Noté como el suflé bajo, cosa que me reafirma en la idea de que, mayormente, la gente iba a ver a los ingleses, pero ahí estábamos. Por fin salieron los suecos a escena a presentar recién estrenado disco, The Catalyst (2024). Olof y Elize son la garantía de la marca Amaranthe, llevan a la banda donde quieren, bien cubiertos por esas bases que no fallan y llenan el espacio musical como nadie. Morten y Johan van clavados en los temas. Con la de temazos para enganchar que tienen, osan abrir con «Fearless» y «Viral». Olé por ellos. «Digital World» cae pronto y bien, haciendo que el público enloqueciera. El sonido sigue la estela de toda la noche, y para un grupo como el que nos ocupa, es algo importante.
Su disco azul, al igual que el decorado y las luces escénicas, ya lleva unos días en el mercado y aprovechan para meter un pegadizo tema «Damnation Flame», el cual la gente canta como si llevara años en el setlist de la banda. Admito que llevaba tiempo sin ver a la banda y estaba un poco expectante, pero todo fue muy bien. La la puesta en escena, giros de cabeza dando aire a esas perfectas melenas por parte de las tres voces, los instrumentos claros y brillantes por parte de Olof y Johan y platillo, mucho platillo desde la batería de Morten.
Nils, que me gusta más en su propio grupo, presentó «PVP», tema compuesto para el equipo sueco de la copa mundial de E-Sport y Elize se luce en su primer momento más lírico con «Cristalline». Un lujo, como escuchar cada golpe de cuerda en el bajo de Johan en «Interference».
Otro tema nuevo y conocido ya por todos en la sala, «The Catalyst», irrumpe y hace las delicias de todos, al que le sigue la canción de los chicos, «Boom!». El dinamismo de sus conciertos es un catalizador de energía perfecto: se mueven, estimulan en cada tema vital y arrollador. Nils y Mikael han acomodado sus voces haciendo que todo suene muy bien, muy conjuntado.
Finalmente se puso a Olof a los teclados para la intro de su eterna balada «Amaranthine». ¡Uf! Cómo continuar después de la estremecedora actuación de Elize? Pues con su trallazo y gran clásico «The Nexus». Apolo se volvió loca.
«That Song» me parece una buena elección para el momento casi final, aprovecharon para meter una estrofa del tema al que casi versionean, «We Will Rock You» de Queen, la satisfacción es total, Elize haciendo la forma de corazón con sus manos y el resto con ojos de esto ha salido perfecto. El final si fue el deseado y esperado, su clásico y aclamado «Drop Dead Cynical» para acabar con nuestras fuerzas.
Setlist Amaranthe:
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.