A pesar de que el grupo es tremendamente accesible esta misma circunstancia hace que para un heavy de pro no sea fácil de meterse en la propuesta de Amaranthe. A mi me ha costado varios discos y muchos años pues, en el fondo, es un producto muy pensado, tanto, que tiene un punto de prefabricado. Las piezas han encajado y ahora el fichaje de Nils Molin (Dinasty) hace que el grupo despegue con sus tres diferentes cantantes. Pop, teclados bordeando la herejía metalera y una vocalista espectacular como es Elize Ryd. También hay la batuta de todo un Olof Mörck (Dragonland) y el management de Angela Gossow (ex Arch Enemy). Los riesgos asumidos son pocos a pesar de que el grupo en si ya es un riesgo, pero las ventas de discos y su número 1 en su anterior Helix les avalan. Todo indica que con este álbum habrá otro pelotazo pues suena que atruena y los temas son pegadizos a más no poder.
Esta vez han estado mucho tiempo en el estudio con Jacob Hansen, las guitarras son más potentes que nunca, Elize canta un poco por debajo de lo habitual y la batería de Morten Lowe (Mercenary) se le notan los días de trabajo e ingeniería. En cuanto a colaboraciones y singles la cosa está muy surtida. Han realizado muchos vídeos pues la situación mundial si algo te da, es tiempo. Atención a “Viral” pues no vas a poder quitarte el estribillo en varios días. Tecnología y protagonismo de los sintetizadores de Olof para combinar voces y rematar con un tema pegadizo y atrayente. El videoclip es toda una queja a la situación actual de no poder tocar en directo. Noora Loutimo de Battlebeast comparte voces con Elize en “Strong” en otro single pensado y bien trabajado. Va acompañado de un gran videoclip mostrando la eterna pugna entre el bien y el mal que tenemos en nuestras conciencias. Aquí hay un arsenal de temas cortos, efectivos y capaces de convencerte a la primera escucha. Otra cosa es si ves excesivamente comercial el producto, ellos también son conscientes de ello.
“Do or Die” es un alegato medioambientalista con Angela Gossow acompañando a los vocalistas. Toda su fuerza está allí y Nils cuaja un excelente trabajo en otro corte que pinta que va para clásico. Incluso en directo pueden contar con la vocalista alemana reforzando hasta cuatro cantantes. La base rítmica suena de escándalo y se nota que esta vez el grupo va a por todas. Incluso el solo de guitarra deriva a terrenos de Arch Enemy, y no es casualidad, allí está Jeff Loomis. En la entrevista Olof decía que le ven mucho potencial en la que creo que es la mejor canción de todas: “Archangel”. Un tema muy definitorio de lo que son Amaranthe. Tecnología a punta pala con un Henrik Englund abriendo y dando paso a un puente-estribillo excepcional. Cuando tienes cuatro singles y este tema no ha entrado entre las cuatro elegidas es que vas sobrado de ideas y que las musas están de tu parte. El juego infinito de los tres vocalistas aquí alcanza altísimas cotas de brillantez.
Con la variedad por bandera arremeten con la infecciosa “Fearless”, de estribillo pegadizo, mucha velocidad y marcando terreno. Otro tema que puede ser single perfectamente y es la encargada de abrir el álbum. En “Make It Better” tiene ritmos marciales a medio tiempo, Participan las guturales de Henrik y un poco vuelve a situarte en los múltiples recursos del disco. Pero decíamos antes que aquí hay variedad y la balada “Crystalline” con el chelo de Perttu (Apocalyptica) y la voz de Elizeenamora. Está a la altura de “Amaranthine”, uno de sus grandes clásicos. Esa base de piano (de Elias Holmlidde Dragonland) les lleva hacia terrenos de power ballad orquestados y sorprendentemente se sienten como pez en el agua. En “Scream My Name” vuelve la dualidad enfrentada entre Rydy Henrik. Otro tema directo y pegadizo con elementos de metalcore. Lo más alternativo y moderno es “BOOM!1”, dando espacio para que Englund tenga su cuota de solista. Otra cuerda más para el potente arco de Amaranthe.
Ambientes de corte arabesco en “Die and Wake Up” con muchos aromas a Lacuna Coil aunque con toda la personalidad de Amaranthe. Queda aquí claro que teclados y sintetizadores son una de sus principales bazas. Es imposible aburrirse con ellos/as. En “The Game” la potencia te tumba de entrada siendo otra vuelta de tuerca a la fórmula ganadora. Positividad a mansalva comandada por el bajo de Johan Andreassen, pieza clave, pero hay tantos detalles a los que prestar atención que parece que pase desapercibido. Puedes buscar el relleno, pero aquí no lo hay. “Adrenaline” es otra buena muestra del nivel atesorado por mucho que se repitan algunos esquemas ya vistos.
Estamos ante el mejor disco de Amaranthe se mire por donde se mire. Sí que es verdad que poseen temas estelares en otras obras, pero el balance aquí es demoledor y a nivel técnico vuelven a subir varios peldaños. El fichaje de Nils Molin encaja de maravilla y Jacob Hansen ha sabido tocar las teclas adecuadas y ejercer de perfecto productor. Triple ataque vocal, mares de sintetizadores y melodías pop vestidas de metal moderno. Creo que en esta obra el grupo se la juega de verdad y pueden alcanzar un estatus mayor pues lo tienen todo para triunfar y llegar a grandes recintos. A ver si mientras todos mirábamos para otra parte Amaranthe nos adelanta a todos por la derecha. Esta gente va con todo y muy en serio.