Amorphis – Halo

Nuestra Nota


10 / 10

Ficha técnica

Publicado el 11 de febrero de 2022
Discográfica: Atomic Fire Records
 
Componentes:
Tomi Joutsen - Voz
Esa Holopainen - Guitarra
Tomi Koivusaari - Guitarra
Olli-Pekka Laine - Bajo
Jan Rechberger - Batería
Santeri Kallio - Teclados

Temas

1. Northwards (5:30)
2. On the Dark Waters (4:47)
3. The Moon (5:57)
4. Windmane (4:49)
5. A New Land (4:36)
6. When the Gods Came (4:49)
7. Seven Roads Come Together (5:38)
8. War (5:24)
9. Halo (4:40)
10. The Wolf (4:36)
11. My Name Is Night (4:43)

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Es absolutamente impresionante lo nuevo de Amorphis… Si estuvimos tentados en ponerle un 10 a Queen of Time (2018) y me encandiló el trabajo en solitario de Esa Holopainen de hace unos meses, ahora vuelven a subir el listón algo más y estaríamos hablando de la perfección (entendida como el mejor disco posible que puede sacar en 2022 Amorphis). Es el cuarto 10 que pongo en 25 años de críticas musicales, por lo que os aseguro que no tiene nada de gratuito.

Amorphis han llegado a grabar 30 canciones y su productor Jens Bogren, un habitual en sus últimos trabajos, ha decidido las 11 elegidas, ¡y menudas 11! Posiblemente sea uno de los discos menos «fineses», por decirlo de alguna forma, y con muchas influencias, siendo las escalas arábigas muy protagonistas. Muchos compositores en el grupo, mucho trabajo en equipo y las cosas realmente pensadas y muy bien hechas. Me es sumamente difícil el destacar alguna canción sobre las otras puesto que todas son excepcionales y poseen suficientes elementos diferenciales para lucir como nunca.

La primera muestra del disco fue «The Moon», y un poco es la canción más accesible y con uno de los estribillos más pegadizos, a pesar de que en el disco hay de todo. Es la canción prototípica de su fórmula ganadora con versos en gutural y Tomi cantando puente y estribillo en limpio. Hay ese mar de teclados y esas guitarras de influencias folk que no cesan dibujando riffs. El tema incluye voces femeninas y acercamientos al metal sinfónico en toda regla.

Antes está la apertura con «Northwards», que viene con una ampulosa intro con los teclados de Santeri Kallio. Hay esos riffs tan trabajados que son santo y seña de los fineses y un arranque tremendamente agresivo que pasa de la voz rasgada a limpia en un estribillo de esos para enmarcar. Realmente épico. Hay el Hammond de Santeri, momentos cercanos a la balada y una carga de coros momentánea que les acerca a Nightwish.

Hay temas realmente agresivos y con reminiscencias a su primario death metal, aunque puesto en el contexto actual. Es el caso de «On Dark Waters» que posee de primeras teclados muy setenteros y un inspiradísimo Jan Rechberger a la batería. De hecho, se nota el esmero de producción con Jan y Olli-Pekka al bajo. Es otra canción espectacular con ese muro de sinfonismo en samplers y un solo de Esa en clave oriental dejando que las guturales de Tomi Joutsen intervengan en los momentos clave.

«Windmane» avanza con reminiscencias de sus tres primeros discos, suavizada por los cambios de voz. Solemnidad compositiva en un medio tiempo oscuro y efectivo realmente logrado. La dupla de guitarras formada por Holopainen y Tomi Koivusaari abre para la intensa «A New Land», en la que Tomi comparte tareas vocales con Petronella Nettermalm de Paatos. Las intervenciones de la vocalista son un lujo para el disco dando un toque diferencial respecto a otros trabajos. Podría ser un single más que evidente y musicalmente es una composición rotunda.

Si quieres buscar el listón… mira hacia arriba, pues es dónde está instalado. No bajan de allí. «When the Gods Came» es otra exquisitez combinando agresividad y gancho comercial. Hay un piano cercano al gótico, pero el tema termina siendo otro de esos himnos puramente Amorphis, con toda esa épica desbordada que va desde el folk de fondo, pasa por los teclados de los 70 y mantiene los retazos death metaleros con los que les vimos nacer.

El festival de aciertos continúa con «Seven Roads Come Together», y aquí empiezan con uno de esos riffs coreables que tanto definen a estos privolegiados fineses. La carga sinfónica es absoluta y va a una gran velocidad con un entonadísimo Timo Joutsen. Es impresionante la capacidad de variar sus cuerdas vocales. Es otro single evidente… ¡otro más! Y «War» un poco intenta evidenciar lo que es el nombre, pero también posee esos momentos más catchy, que la hacen irresistible. Atención a los interludios pomposo-sinfónicos.

Y el tramo final es portentoso… De entrada hay el tema título del disco, de la que puedes estar más que seguro/a que va a estar en sus próximas actuaciones en directo. Otro clásico para el grupo, con esos dejes progresivos y en terrenos mucho más melódicos. Petronella Nettermalm tiene su cuota de protagonismo, y lo hace con muchísima clase. «The Wolf» es una de las canciones favoritas de su vocalista, y conociéndole, estamos ante uno de los temas más agresivos del combo finés en el presente disco, a pesar e esos momentos con el coro. La enésima joya del disco…

Guardan para el final una canción que suena a banda sonora y que se aleja bastantes pueblos de lo que es el disco y Amorphis en general: «My Name Is Night». Inicio acústico, violines, viento de fondo y protagonismo para Petronella. Quizá más cerca de Mike Oldfield por momentos, pero luego con la influencia de la banda nórdica jugando en terrenos muy alejados, pero bellísimos. Si te faltaba el punto de experimentación del grupo… está en este tema.

Siempre he pensado que Amorphis debería llenar estadios, aunque difícilmente sucederá. Finlandia y Alemania seguirán siendo sus plazas fuertes, pero creo que la escena actual deberá calificar esta obra como merece. Es un disco espectacular, y si me lo tocasen entero en directo, tampoco me quejaría. Podríamos hablar que el único pero es que tienen una fórmula y que hacen excelentes variaciones de la misma, habiendo algo de hay material que se aleja de lo obvio.

Si me dijeras que es el disco más metal de Amorphis en los últimos 10 años te diría que sí, pero puede que también sea el más comercial. Y es que amigas y amigos, es por esta excelente contradicción por lo que Amorphis son especiales. A eso mismo responde el artwork de la portada: el juego de dualidades. Una gozada de obra y un candidato obvio a disco del año… ¡Y eso que estamos en pleno febrero! Este sexteto finlandés que incluso enamora a gente a la que no le gusta el heavy metal sigue con su ángel de cara. ¡Mis dieses!

Jordi Tàrrega
Sobre Jordi Tàrrega 1372 Artículos
Coleccionista de discos, películas y libros. Abierto de mente hacia la música y todas sus formas, pero con especial predilección por todas las ramas del rock. Disfruto también con el mero hecho de escribir.