Mi aproximación a Amyl and The Sniffers fue gracias a mi amigo Dani, que con la excusa que teloneaban a Pearl Jam en nosequé festival me dijo “escúchalos, te van a molar”. La verdad es que su primer disco homónimo, fue una bocanada de aire fresco pero la producción era algo pedestre.
Evidentemente, me llamó la atención el carisma inmediato que desprendía Amy y como la banda la secundaba de una manera brutal, como si fueran conscientes que la carta ganadora es su frontwoman y la energía desbordante que emana. Amy Taylor es todo energía y entrega. Se desprende de cada una de las interpretaciones en 13 cortes que conforman este Comfort to Me.
Amyl and The Sniffers son naturales de Australia, Melbourne para más detalle. Esto no es un detalle baladí… Desprenden ese áurea canalla propia de los primeros AC/DC o Rose Tattoo muy propio de la isla situada entre el Índico y el Pacífico. La insularidad siempre imprime carácter, y si algo les sobra a Amyl and The Sniffers es actitud. Ganas de bronca, camorra y pelea, como una versión actualizada de las novelas de Bukowski pero que en este caso estarían protagonizadas por una mujer y no por el perdedor Chinaski.
Mientras escucho a Amyl and The Sniffers tengo una sensación familiar… recuerdo de repente lo que sentía al escuchar The Hellacopters, Backyard Babies o Gluecifer, esa ola de hard rock escandinava de finales de los 90. Una especie de excitación inevitable ante algo nada nuevo pero resultón. En este caso, mucho más punkarra, más garajero y en Comfort Me, mucho más amable y agradable de escuchar.
¿Y qué tenemos aquí? Algo más de media de música repartida en 13 canciones vacilonas y bailables, que van del pop al garaje rock todo barnizado de un punk irreverente. La canalla manera de cantar de Amy Taylor derrocha actitud y carisma. La banda, en la que las guitarras y la base rítmica aguantan los temas sin despeinarse e imprimen ritmos anfetamínicos.
«Guided by Angels» tiene un ritmo vacilón seguido de un riff de guitarra que sustentan la voz sexy de Amy. «Freaks to the Front» es un pildorazo punk cercano al hardcore, con un coro absolutamente adictivo. Con «Choices» juegan con los ritmos sincopados y bailable hasta que evoluciona a un trallazo hardcoreta furioso.
«Security» es una pieza mucho más accesible y cercana al rock ‘n’ roll. Una estructura más fácil que hará las delicias del gran público, especialmente en festivales. «Hertz» es puro oro, con reminiscencias a los primeros Arctic Monkeys por ese tratamiento inicial de las guitarras sintetizadas. «No More Tears» es garajera 100% a medio tiempo y totalmente pop. Con «Maggot» reemprenden los ritmos bailongos, con esa agresividad que imprime Amy.
«Capital» tiene un riff de guitarra más pesado mientras la voz realiza fraseos cercanos al rap intercalando con un riff mucho más punkarrilla. «Don’t Fence Me In» es otra muestra de canales canallesca llevada a la música, o sea no destaca sobre el conjunto.
Con ese bajo que inicia «Knifey» encaramos el tramo final del disco, una especie de balada que baja las revoluciones generales del álbum. «Don’t Need a Cunt (Like You to Love Me)» es otro corte furioso que nos speedicos. «Laughing» es otro vacile marca de la casa y para acabar tenemos a una Amy cercana a la L7 a la voz con «Snakes».
En conclusión tenemos un hype justificado, gracias al carisma de Amy y un futuro de lo más prometedor. Si quieres pasar un rato a ritmo de punk rock, Amyl and The Sniffers es tu banda. Efectivamente, no inventan nada, pero tampoco lo pretenden. Y lo más importante: funciona.
Sant Boi-Barcelona-Arenys de Mar. Padre y Metalhead. Desbordado por tanta música que escuchar y poco tiempo para disfrutarla. En el Universo solo hay dos cosas claras: In vino veritas y Metallica es la banda más grande de todos los tiempos (quizás solo una sea cierta, y no tenga que ver con la verdad). Death, black, doom, sludge, hardcore, thrash… a menudo: pop, rock, indie, electrónica, hip hop… en resumen, la música es mi pasión.