Annacrusa – La espina

Nuestra Nota


8.75 / 10

Ficha técnica

Publicado el 3 de marzo de 2023
Discográfica: Autoeditado
 
Componentes:
Anna Dobon – Voz, piano, sintetizadores
Sevi Guilles – Guitarra, coros
Carlos Pauls – Bajo
Leny Orzáez – Batería

Temas

1. La espina (3:11)
2. Ver la belleza caer (4:15)
3. Sin perdón (4:23)
4. Mal de muchos (5:41)
5. Trazo delicado (4:14)
6. Destino (3:41)
7. La dictadura del tiempo (4:59)
8. Desnudos (4:22)
9. En la sombra (4:23)
10. Cartas desde el asilo (3:44)
11. Letanía (4:53)

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«Bienvenido al mundo Annacrusa, una música enérgica y melancólica con tinte oscuro que va directa a tu corazón.»

Así nos presenta su propuesta musical esta banda castellonense, surgida inicialmente en el año 2018 como proyecto acústico entre dos de sus integrantes, Anna Dobon (voz, piano y sintetizadores) y Sevi Guilles (guitarra y voz). Pronto la formación quiso ampliar sus registros con la inclusión de un bajista, Carlos Pauls, y un baterista, Leny Orzáez, dando como resultado un primer álbum nacido al inicio de la pandemia en el año 2020, Duelo. Intentar definir el estilo de esta banda no es tarea fácil pues todo cabe en él; tanto puede parecernos a ratos que estamos escuchando rock alternativo, como pop, folk, grunge, progresivo o incluso punk. No hay fronteras para Annacrusa, cualquier recurso es bienvenido sin complejos si sirve para la obtención del resultado final deseado. Lo que sí es común a todos y cada uno de sus temas es ese aire reivindicativo de sus letras y una necesidad imperiosa por transmitir emociones que transitan entre la tristeza y la rabia. Las temáticas abordadas no son sencillas de digerir, nos invitan a la reflexión y desafían nuestro intelecto, resultando imposible dejarnos indiferentes. La espina es su segundo álbum hasta la fecha y nos propone un crudo viaje sensorial que intentaremos desgranar a continuación.

“La espina”, corte de inicio y homónimo del álbum, se inicia como si de un ritual se tratara, con Anna recitando acompañada de una sugerente percusión para dar paso a una estructura más convencional de aire acústico que nos muestra ya de buenas a primeras esas mezclas estilísticas tan propias. Las melodías son tan agradables como lo podría ser un tema pop cualquiera, pero hay tristeza en ellas (la voz juega mucho en esa dirección), y ese aire folk que asoma en su instrumentación le da un plus de clase y le acerca a la temática tratada, que versa, en definitiva, sobre dejar atrás nuestros miedos ancestrales (quitarnos la espina) en pro de la búsqueda de libertad y la superación. Fue el segundo sencillo en aparecer de este trabajo y una buena elección en mi opinión pues nos muestra muchos de los elementos definitorios de Annacrusa más asequibles para el oyente. “Ver la belleza caer”, tercer sencillo y el más reciente del álbum, se va al extremo estilístico más radical, abrazando el grunge, pero incorporando infinidad de contrastes a su vez. Aquí se hace patente las ganas de mostrar rabia y qué mejor forma de hacerlo que a través de la contundencia rítmica principalmente, en contraposición a la atmósfera mucho más relajada del tema anterior. Juanmi Marín, de la banda Montefuji, colabora a las voces con Anna, contrastando y complementándola en su justa medida. “Sin perdón” continua en la senda similar del anterior tema, alternando unas estrofas más relajadas y melódicas con la energía punkarra de sus estribillos, destilando mala leche bien encauzada.

Un largo inicio instrumental que va in crescendo da la bienvenida a “Mal de muchos”, un tema que rítmicamente resulta interesante por sus síncopas y en el que incluso se produce un guiño al rap con un tramo recitado sobre una base musical no habitual en tal género, con unos sonidos de viento que van tomando las riendas poco a poco hasta adquirir todo el protagonismo final. “Trazo delicado” aboga por traernos la melancolía de la mano de los instrumentos de cuerda y piano en forma de balada. Nos relaja y nos permite centrarnos en la escucha de unas sentidas letras y bellas melodías en las que brilla la oscuridad de la voz tan característica de Anna. El solo final de guitarra de Sevi en este tema en clave de blues/jazz me resulta de lo más exquisito escuchado hasta el momento y me ha tenido en escucha en bucle durante un buen rato.

Tras este bajón emocional, Annacrusa nos vuelve a atacar con un corte enérgico que coquetea de nuevo con el grunge, “Destino”, escogido como primer sencillo de presentación del trabajo que nos ocupa y que posee uno de los estribillos más pegadizos del álbum. Poner en duda si el destino está escrito o no es el leit motiv del tema, muy bien plasmado en el vídeo que lo acompaña y en el que la banda se ha implicado personalmente, pues el aspecto visual y gráfico es algo también muy importante para ellos. “La dictadura del tiempo” juega como en muchos otros temas con las ambientaciones duales, tramos de riffs contundentes que contrastan con las líneas vocales más melódicas, sin descuidar infinidad de detalles que conviene ir descubriendo poco a poco. “Desnudos” nos sumerge en una oscura ambientación chill que vuelve a entrelazarse con sonoridades grunge y que sorprende a la par que encandila por sus tonalidades un tanto incómodas. Si a estas alturas ya me tienen a sus pies, en el siguiente “En la sombra” vuelve a haber otro giro de guion que me descoloca y me atrae de nuevo como un imán. Es esa sombra que evoca el título lo que nos trasmite la oscuridad musical del tema, tan solo rota por pequeños destellos de luz propia de un teclado muy prog que hace aparición aquí y allá y que le aporta carácter. “Cartas desde el asilo” es una pista de regalo que tan solo aparece en formato CD, una versión de un tema de Reincidentes y en donde el mismísimo Fernando Medina canta a dúo con Anna. Si la original es de ritmo trepidante, aquí Annacrusa la ha ralentizado un poco para llevarla a su propio terreno, suavizando ese trasfondo punk original para hacerlo algo más melódico y cómo no podría ser de otra manera, oscuro. Llega el momento de cerrar este introspectivo viaje sonoro de La espina con “Letanía”, una balada acústica con pinceladas folk que aboga de nuevo por combinar pasajes y ambientes diferenciados, como si de varios temas distintos se tratara para dar como resultado una pieza única en la que la verdadera protagonista es la letra y la voz llena de matices de Anna.

Annacrusa es una banda que descubrí el año pasado gracias a un festival. Su directo es de aquellos hipnóticos que no te dejan apartar ni la mirada ni las orejas del escenario. Si su música ya te atrapa en estudio, no dudes en escucharlos en vivo si te cruzas con ellos porque ganan enteros. Su nuevo álbum, La espina, me ha hecho viajar placenteramente por derroteros estilísticos con los cuales no suelo sentirme identificada y que se salen de mi zona de confort. Es esa capacidad de amalgamarlos en su justa medida y respondiendo a un propósito concreto en cada uno de sus temas lo que me ha fascinado de este trabajo. Su amplitud de miras, el no querer ponerse límites, es el verdadero puntal diferencial de Annacrusa. Os animo a darle una oportunidad si os apetece descubrir su propuesta. Música oscura pero terapéutica a la vez si consigues dirigirla hacia tu corazón.

Fotografía: Adrián Morote
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Sobre Susana Masanés 176 Artículos
Aficionada a la música y los viajes, aunque no sabría decidir en qué orden. Cuando los combino, ¡lo más! Amante de aprender cosas de allá donde vaya, soy un poco la suma de los lugares que he visitado y las experiencias vividas. Daría la vuelta al mundo de concierto en concierto si de mi dependiera, pero las limitaciones terrenales me mantienen aquí y ahora, así que, ¡a sacarle el máximo partido!