Ha tenido que pasar mucho tiempo para que llegara el concierto de hoy. Antes de la pandemia, Anvil tenían programada su visita por aquí presentando el disco que acababan de sacar. Durante el parón de dos años, les ha dado tiempo hasta de sacar otro, así que en esta ocasión nos presentaban ambos. Estos canadienses legendarios han recorrido toda Europa en una gira maratoniana, y llegaron a Barcelona acompañados de los italianos Gengis Khan y los franceses Harsh.
En una semana que ya de por sí estaba llena de eventos interesantes (pocos días antes vimos pasar las giras de Alter Bridge y Powerwolf), ese miércoles también tocaban a menos de un kilómetro Opeth y Voivod, lo que afectó bastante a la asistencia a este evento. Entramos a una Bóveda casi vacía, a la que iría entrando gente lentamente hasta llegar a poco menos de un centenar de espectadores para la actuación de Anvil.
Harsh
Ante unas 25 personas, empezaba la primera actuación de la noche. Había escuchado un par de temas de Harsh unos días antes y la verdad es que no me acabó de convencer la cosa, pero su directo superó mis expectativas. Su glam rock energético funcionó para calentar al escaso público, y estoy seguro de que con una sala más llena lo hubieran petado.
Unas guitarras muy bien tocadas y un batería sonriente y que lo pasaba en grande fueron sus puntos fuertes. También hay que admirar la valentía del vocalista Albert Arnold, cuando este se puso a lanzar coros para que el público los respondiera (y no fueron pocos). Hay que tenerlos bien puestos para hacer eso con tan poca gente en la sala, pero al final la jugada le salió bastante bien.
Lo que a lo mejor no hacía falta es el extenso duelo de guitarras a medio show. No creo que sea la mejor idea para un telonero. Entre sus canciones, colocaron también una versión de la festiva «Maniac» y acabaron con su single «Good Lovin'» una más que decente actuación.
Gengis Khan
Con algo más de público en la sala, salían a la carga los italianos Gengis Khan. Pintados y ataviados con armaduras y pieles, descargaron un heavy metal contundente y machacón. No tuvieron buena fortuna con el sonido y se oían algo abarrotados, en una sala que ya de por sí no es conocida por una gran acústica.
Frank Leone tampoco estuvo muy acertado a las voces, con un tono basto y algo desagradable que acabó por hacerse bastante pesado. La parte instrumental era sólida, pero en general su actuación fue un castañazo importante. Mención especial para Neil Grotti, que petó cuerda a media canción y se puso a cambiarla ahí mismo, volviendo a tocar antes de acabarla.
Nos presentaron los temas de su nuevo Possessed by the Moon (2022), acabando con «Possessed by the Wolf», el single del mismo. Ahora sí, estábamos preparados para recibir a Anvil.
Anvil
Era el turno del trío canadiense, y ya con algo más de alegría en la pista se subían a las tablas. Lips bajaba a continuación entre el público para presentarse a través de las pastillas de su guitarra y empezar con la instrumental «March of the Crabs» tocando entre la gente. Un número que sin duda activó a los presentes antes de la veloz «666». Está claro que el icónico Metal on Metal (1982) es su ópera magna y sus cortes son los más exitosos del concierto.
Volvían a ese primer Hard ‘n’ Heavy (1981) con la resultona «School Love» antes de presentar sus dos discos nuevos con la homónima «Legal at Last», un muy buen tema con un estribillo a coros, y la más reciente «Take a Lesson». A lo mejor Anvil no son la banda que mejor suena en directo, y Lips no es el guitarrista más pulcro, pero la actitud que tienen es 100% rock ‘n’ roll. Eso es lo que importa en un concierto como este, y la química entre los músicos es indiscutible.
En «Winged Assassins», Chris Robertson se pegaba un pequeño solo de bajo muy preciso. Durante todo el concierto se movía como un chaval de un lado al otro del escenario, pegando saltos e interactuando con el público. Seguidamente, Lips nos contó varias aventuras de juventud, como cuando rechazó formar parte de Motörhead y más adelante giraron con ellos, y cuando conoció a unos jóvenes Metallica.
En la genial «Mothra», tuvimos otro largo intermedio y solo de guitarra, en la que el frontman usó un vibrador para tocarla. A lo mejor a algunos les sobran momentos así de extendidos, pero si algunas bandas pueden hacerlo, son las que tienen el prestigio de Anvil.
Más adelante sería Robb Reiner el que demostraría su habilidad tras los parches, con ese agarre tradicional jazzero y una potencia y resistencia tremendas. Sin duda, este solo sí que fue inapelable, y Reiner en general es un batería excepcional que consigue añadir complejidad y momentos inesperados a las canciones a base de parones y redobles poco ortodoxos. La canción en la que hace el solo, «Swing Thing», es un auténtico temazo instrumental y me alegro de que se haya convertido en uno de sus mejores momentos en directo. Desde que la escuché en ese ya lejano Juggernaut of Justice (2011) que tenía ganas de oírla en vivo.
Tras la nueva «Ghost Shadow» se dispusieron a acabar por todo lo alto con el gran clásico «Metal on Metal», como no podía ser de otra forma. Lips terminaba otra vez entre el público, y ya de paso se quedaba a saludar y a hacerse fotos. Gran actuación de hora y media para unos Anvil que a pesar de la edad siguen en pie de guerra. Una banda histórica y pieza clave para entender el metal que sigue defendiendo sus canciones como lo hacían cuarenta años atrás.
Aunque la sala no estaba llena, disfrutamos de lo lindo y tuvieron el calor del público apoyando durante el concierto. Conociéndolos, no me extrañaría que dentro de un par de años les volvamos a tener por aquí con aún más material para presentar. Esperemos que con más asistencia, porque de verdad lo merecen.
Setlist Anvil:
March of the Crabs
666
School Love
Legal at Last
Take a Lesson
Badass Rock ‘n’ Roll
Winged Assassins (con solo de bajo)
Free as the Wind
On Fire
This Is Thirteen
Mothra (con solo de guitarra y vibrador)
Bitch in the Box
Swing Thing (con solo de batería)
Ghost Shadow
Metal on Metal
Hey, has llegado al final del artículo, ¡gracias!
Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.
También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.