La música es un viaje en constante evolución, y en el caso de la banda viguesa Aphonnic, este viaje se ha manifestado como un ascenso continuo hacia la excelencia. Desde sus primeros álbumes, que algunos críticos calificaron como algo irregulares, hasta su obra maestra Indomables en 2016, Aphonnic ha demostrado una capacidad innegable para crecer y reinventarse con cada lanzamiento. Ahora, en el año 2024, nos presentan su séptimo álbum de estudio, Crema, un trabajo que sigue la trayectoria ascendente de la banda y muestra su exponencial crecimiento artístico.
Fue en 2009 cuando Aphonnic capturó la atención del público con 6 bajo par, un álbum que marcó un antes y un después en su carrera, catapultándolos a un reconocimiento más amplio. Desde entonces, su ascenso ha sido constante, alcanzando su punto álgido con Héroes en 2013 y consolidando su posición con Indomables, un álbum aclamado tanto por crítica como por público. La reina (2020), una colección de 11 temas no hizo más que reafirmar que seguían siendo unos magos, unos maestros de eso que comúnmente se conoce como «hacer música».
En 2024, Aphonnic continúa su colaboración con el talentoso productor Vasco Ramos, de la banda lusa de metalcore More Than a Thousand, quien ha sido fundamental en sacar lo mejor de cada miembro de la banda y en elevar su música a nuevas alturas. Este álbum, financiado gracias a la generosidad de 586 mecenas que creyeron en el proyecto, es el resultado de un proceso creativo en el que cada nota y cada letra han sido cuidadosamente trabajadas para alcanzar la perfección.
Si bien Crema, lanzado el pasado 9 de febrero, exhibe una calidad indiscutible y una ejecución casi perfecta, desde mi perspectiva, parece situarse medio peldaño por debajo de sus aclamados trabajos anteriores. Aunque este último álbum sigue manteniendo la esencia distintiva y la habilidad para evocar emociones profundas que caracteriza a la banda, no logra alcanzar la misma intensidad y originalidad que hicieron de Héroes, Indomables y La reina, auténticas joyas del panorama musical nacional. Aún así, Aphonnic demuestra una vez más por qué son considerados unos maestros en lo suyo, que no es más que ser los pilotos de un nuevo trabajo que promete llevar a los oyentes en un viaje emocionante y lleno de energía, consolidando aún más el lugar de la banda en la escena musical contemporánea.
Como ya suele ser costumbre en ellos, el trabajo se abre de una manera contundente, y en este caso, la encargada de abrir fuego se llama «Azúcar de algodón», y ya desde el primer segundo podemos percibir ese tufillo que tanto nos atrae de este cuarteto. ¿Hemos o no hemos venido a jugar? Qué gran estribillo. Acto seguido, nos topamos con el primer single. La banda gallega conocida por su compromiso y contundencia en sus letras, traza una narrativa tan punzante como incisiva a través de los versos de su tema «Melodía antifascista». En esta canción, titulada de manera elocuente, el grupo se sumerge en una temática cargada de significado y urgencia. Con la frase «Id a por ellos, que no quede ninguno en pié», Aphonnic no solo invoca una llamada a la acción, sino que también encapsula un mensaje de resistencia y lucha contra la opresión. La elección de palabras es deliberada y poderosa, transmitiendo una sensación de determinación y firmeza ante la injusticia y la intolerancia. En este contexto, la melodía se convierte en un vehículo para expresar la voz de aquellos que se oponen al fascismo y a todas sus manifestaciones. La música, acompañada por la intensidad de la voz del gran Chechu, refuerza el mensaje, creando una atmósfera cargada de emoción y energía.
Un sintetizador, siempre tan presente en los trabajos de la banda, nos presenta «Las riendas», uno de los temas más melódicos contenidos en Crema. Por esos mismos derroteros transcurre «Caracol en cuesta». Las madres siempre están muy presentes en las melodías de Aphonnic, siendo un elemento recurrente que añade profundidad y emoción a su música. A través de sus letras, la banda gallega rinde homenaje a la figura materna, destacando su papel fundamental en la vida de cada individuo y explorando temas como el amor incondicional, la protección y el sacrificio. Esta presencia constante de «las madres» en sus composiciones refleja el profundo respeto y admiración que Aphonnic tiene por esta figura universal, así como su capacidad para conectar con las experiencias y emociones compartidas por muchas personas en todo el mundo:
«Mamá recuerda lo que siempre olvido
Sé la canción, nunca el autor»
«Hijos de Dios» emerge como una verdadera joya emocional dentro del repertorio de Aphonnic, con potentes letras que penetran en lo más profundo del alma. La canción evoca una gama de emociones, desde la melancolía hasta la esperanza, mientras explora temas de redención y búsqueda de sentido en un mundo lleno de adversidades. Esta pieza conmovedora demuestra la habilidad de Aphonnic para conectar con el público en un nivel emocional profundo, dejando una impresión duradera en aquellos que la escuchan. Por otro lado, «Sin cicatrices» irradia una energía completamente diferente, ofreciendo un cambio de ritmo bienvenido dentro del álbum. Esta canción, más dinámica y enérgica, invita al movimiento y la celebración, con ritmos vibrantes y melodías contagiosas que capturan la esencia del rock en su estado más puro. Aphonnic demuestra su versatilidad musical al pasar de la introspección emocional a la vitalidad y la pasión, mostrando así la amplitud de su talento creativo y su capacidad para cautivar a su audiencia con una variedad de estilos y emociones.
El segundo adelanto, «Doña Inés», ocupa el séptimo lugar. Se trata de un nuevo y poderoso homenaje de Aphonnic a la figura de la mujer, destacando tanto su papel como madre como su fuerza como mujer independiente. Esta canción no solo celebra la maternidad, sino que también reconoce la complejidad y la profundidad de la experiencia femenina en general. Ser mujer no es nada fácil y, a través de sus letras, la banda captura la esencia de la feminidad en todas sus facetas, haciendo especial hincapié en la valentía y la determinación. Qué grandes que sois, joder.
«Reproches» se inicia, inusualmente, de manera acústica, para acabar por convertirse en una de las canciones más rápidas y movidas del disco, siendo como es el tema más largo con sus 4:18. Con «El anzuelo» vuelven a levantar el pie del acelerador, para volver a pisarlo a fondo en la incendiaria «Truco o trato»:
«Carrero Blanco, más alto, aprieta el botón»
Una cuenta de cuatro nos introduce la final e hímnica «En propia meta», poniendo el brillante broche final a un trabajo que irradia tanta emoción como rabia.
Crema es un trabajo musical que no solo llega al corazón, sino que también penetra en el alma con su emocionante y punzante sinceridad. Cada nota, cada letra, deja una huella imborrable, recordándonos la profundidad del arte y su capacidad para conmover. Es un álbum que deja un sabor de boca muy bueno, una experiencia auditiva que nos lleva a través de un viaje de emociones intensas y duraderas.
Si bien, como decía, me parece un poco menos brillante que sus predecesores, la banda dispara con bala, volando las cabezas que se han de volar, como siempre lo han hecho, demostrando una vez más su talento innegable y su capacidad para impactar. Este séptimo trabajo es un testimonio de la evolución continua de Aphonnic y su habilidad para mantenerse fieles a su identidad sonora mientras exploran nuevos/viejos territorios emocionales. En definitiva, es un trabajo que merece ser escuchado y apreciado por su honestidad y su poderoso impacto emocional, como no podía ser de otra forma llevando como lleva la firma de estos cuatro genios.
Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.