Nuestros queridos Architects están de vuelta, ¡bien! Y lo hacen con un arriesgado disco en directo. Arriesgado por varios motivos, el primero de ellos es por llevar una orquesta sinfónica de acompañamiento. La segunda, por tener un repertorio íntegro de su último y criticado disco For Those That Wish to Exist (2021).
Parece que fuera ayer que los de Brighton publicaron su último disco, y ha pasado ya más de un año. Durante este tiempo, es verdad que el disco ha crecido en magnitud. Pese a ello, me sigue pareciendo el disco más flojo des de sus inicios. For Those That Wish to Exist es un disco con alguna pieza memorable y otras tantas de relleno, por así decirlo.
Con estas premisas, me reafirmo en comentar que este disco era muy arriesgado en todo su concepto. Pero… Architects son una banda top, y equivocarse dos veces seguidas no va con ellos. Este directo en Abbey Road mejora sustancialmente el disco en todos los aspectos.
La suma de metal y orquesta sinfónica no siempre ha funcionado a lo largo del tiempo. Siempre es complicado para banda y orquesta llegar a un clímax de comunión pura. A veces suena muy descafeinado, otras veces el metal se come el sonido de la orquesta. Si, es evidente que Architects tienen que llevar la batuta, pero la función de la orquesta debe ser la de acentuar las piezas. Y en este disco, vaya si lo hacen.
La musicalidad del disco entero gana en calidad y profundidad. Hay momentos en que la épica melodramática es totalmente abrumadora. Los instrumentos orquestales se hacen necesarios para que el hilo conductor de los ingleses cobre una dimensión mucho más mejorada de lo que nunca hemos visto en ellos. Esto me hace pensar en que, quizás, podrían hacer un disco de la misma manera con los hits de sus trabajos más antiguos… a ver qué pasa.
Tanto Sam Carter como los músicos de la banda se esfuerzan por no quedar atrapados bajo el hipnótico sonido de la orquesta. Así, cada pieza suena de una forma espectacular. Sean canciones duras con guturales como “Discourse Is Dead” o “Impermanence” o bien en canciones más calmadas como “Dead Butterflies” o “Dying Is Absolutely Safe”.
Las canciones más poderosas de For Those That Wish to Exist son las que explotan orgásmicamente en este Live at Abbey Road. Mientras que las menos logradas del disco primigenio sufren una mejora muy considerable en todos los casos. Aquí no flaquea pieza alguna.
Y ya, como conclusión final, For Those That Wish to Exist at Abbey Road no inventa nada que no hayamos escuchado en algún que otro disco de estas características. Pero su poderío principal es que logra mejorar y mucho el disco original. Estamos frente a un disco disfrutable de principio a fin. Con unos arreglos que te dejan atrapado. A fin de cuentas y a modo recordatorio, estamos hablando de Architects, sabemos que no son unos cualquiera…