Arctic Monkeys – Tranquility Base Hotel & Casino

Arctic Monkeys perfeccionaron el sonido indie con Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not, su debut de 2006, asentaron su sonido y ocuparon rápidamente el trono un año más tarde con Favourite Worst Nightmare. Años más tarde vieron de cerca el final de un estilo moribundo y la obligada reinvención como banda les acercó a cotas más garage revival, psicodélicas y hasta al stoner (recordad que el mismo Josh Homme fue el productor de Humbug, el tercer disco de los de Sheffield).

Y entonces llegó AM en 2013, álbum con el que rompieron las reglas y todos los moldes. Odiado y aclamado, no podemos entender el nuevo álbum sin entender AM y la ampliación de horizontes. Las inquietudes de Alex Turner junto con su famosa crisis creativa dieron comienzo a la experimentación. Primero formando el proyecto paralelo The Last Shadow Puppets sumado a algún trabajo menor en solitario y finalmente abandonando la guitarra para emprender un viaje junto al piano.

De todo ello es preciso hablar para comprender lo que vamos a experimentar con Tranquility Base Hotel & Casino, un trabajo impecable que crece a medida que comprendes que esos joviales Arctic Monkeys no volverán. Aquí encontramos a Alex Turner pletórico en cuanto a la composición. Un disco lleno de matices y sonidos, de contrastes y melodías. Con pocas guitarras y con mucho piano, con poca batería pero con mucho sentimiento. Tranquility Base Hotel & Casino no es más que cuarenta minutos de calidez melancólica, de bellas composiciones mezcladas con susurros rasgados creando hipnóticas canciones.

No se puede entender el álbum sin reproducirlo entero y Alex Turner lo sabe, por eso decidió no sacar ni un single promocional antes del lanzamiento del trabajo. Entre los once temas encontramos auténticas gemas como Star Treatment. El tema que abre el disco y que curiosamente fue el primer tema compuesto y que marcó el tono del resto del trabajo. American Sports, el tema más corto del trabajo que sirve de perfecta apertura al tema homónimo Tranquility Base Hotel & Casino, un tema redondo donde todo cuadra a la perfección. Otro enorme tema es Four out of Five con un Turner desenfrenado tras el piano. She Looks like Fun muestra una cara más sombría mientras que Sciece Fiction nos acerca a unas cotas oscuras totalmente inexploradas en el catálogo de la banda. El cierre, The Ultracheese muestra claramente otra vez esa calidez que domina la áurea del disco.

Las influencias e inspiraciones del artista para la gestación del trabjo abarcan todo lo que le rodea, desde el estado del mundo actual, hasta el cine y la literatura. De hecho la banda sonora de la película de 1967 El silencio de un Hombre, de Jean-Pierre Melville, ha sido una de las claves para el sonido final de Tranquility Base Hotel & Casino. Mientras que de igual importancia fue la lectura del mastodóntico libro de David Foster Wallace titulado La Broma Infinita. Una novela que que puede clasificar simultáneamente en los géneros de sátira, novela posmoderna, novela existencialista, ciencia ficción, tragicomedia, distopía, novela filosófica, novela política y novela psicológica.

Musicalmente, se respira la herencia de admirados artistas como Nick Cave, David Bowie o Leonard Cohen. Mientras que otras influencias menos visibles pero igual de importantes serian Joe Cocker, Leon Russell o Nina Simone, y varios artistas de la chanson francesa como Serge Gainsbourg o Nino Ferrer. Toda esta suma no aletoria de arte ha sido fundamental en el resultado final del disco.

Un disco creado por y para Turner donde los otros componentes de la banda cogen el papel residual de músicos acompañantes en un proyecto que bien podría haber sido en solitario pero que la banda acoge como suyo y en el que logran verter aún mínimamente sus instrumentos.

¿Atrevimiento, insensatez, madurez? Tranquility Base Hotel & Casino no solamente es una ruptura intensa del sonido de una banda consagrada y consolidada como Arctic Monkeys, sino también una ruptura con miles de fans que esperaban que el sucesor del transgresor AM de 2013 nos devolviera un sonido rockero a la par que moderno, pero no, Alex Turner ha tomado el control absoluto de los Arctic Monkeys para crear una visible nueva banda en el formato de Alex Turner & the Arctic Monkeys.

Beto Lagarda

Rock en todas sus extensiones