Los cartageneros Arde Bogotá actuaron anoche en Razzmatazz con la sensación previa de que la mítica sala de Barcelona se les quedaría pequeña. Su meteórico ascenso aún nos permite estos lujos, seremos de los pocos que pudimos ver a la banda en petit comité, pues no solo apuntan a recintos mucho más grandes, sino que ya les hemos visto frente a más de 10.000 personas en su Cartagena natal y por si aún quedan dudas, son uno de los flamantes cabezas de cartel del próximo SanSan 2024 junto a bandas tan consagradas como Two Door Cinema Club, Vetusta Morla y Viva Suecia.
Dentro de la gira de presentación en salas de su segundo y gigantesco disco titulado Cowboys de la A3 (2023), la banda logró colgar el cartel de sold out hace muchos meses. Y una vez vistos en directo, es obligado mencionar que su prestigio hace honor a lo vivido. Arde Bogotá está empezando a romper los moldes del rock nacional y me atrevo a decir que subirán a la cima por encima de bandas actuales y llegando a la altura de leyendas como Héroes del Silencio.
Y no es casualidad que mencione a la banda maña, pues si en disco ya notaba esa conexión de oscuridad rockera, la dureza de las voces y letras inteligentes, en directo, puedo afirmar que llenan el hueco huérfano de tantas décadas sin los de Zaragoza.
Lo vivido en Razzmatazz fue una fiesta del rock. Un azote para estos tiempos en los que este género que tanto amamos queda relegado a un papel secundario por debajo de propuestas más urbanas / pop / indie de radio fórmula. Porqué Arde Bogotá es ROCK puro, del que puedes escribir en mayúsculas.
Una hora y 45 minutos de gozo, de riffs, de saltos y gritos, de orgasmos rockeros. Frente a nosotros una joven banda con carisma y pose de rock, con un frontman que se come enterito todo el escenario. Una banda que agradeció no menos de 10 veces nuestra presencia allí para compartir con ellos ese concepto de familia del rock que a veces tanto echamos de menos. Se notó una conexión directa y sincera entre banda y público, esas cosa que solo puedes explicar si has estado allí.
Me parece más que sorprendente que, con tan solo dos discos de estudio, la banda tenga tantas canciones himno. Sea en formato rock duro o en formato semi acústico, la capacidad de la banda de crear rolas geniales es digno de mención. Canciones como “Los perros”, “Besos y animales”, “Qué vida tan dura”, “Escorpio y Sagitario” o “Todos mis amigos están tristes” son himnos instantáneos, de carácter intenso y duro, mientras que otras como “La salvación” o “Cowboys de la A3” son tan bonitas como entrañables.
Es imposible destacar momentos puntuales del concierto, pero quizás me aventuro con el tramo final de “Virtud y castigo” con toda la sala coreando durante varios minutos, “La salvación” con sus letras profundas y cantada solo con voz una guitarra acústica. Y la fiesta final con una “Cariño” que desbocó en una locura colectiva de banda y público con Antonio García cantando y bailando entre el público.
La movilidad de la banda y la soltura con la que se mueven sobre las tablas es visión de un grupo de amigos disfrutando el viaje que iniciaron hace solamente cuatro años con su primer single “Antiaéreo” incluido posteriormente en su primer EP titulado El tiempo y la actitud. Por cierto, muchos os preguntáis el origen de tal peculiar nombre, Bogotá fue la primera ciudad del mundo en la que sonó “Antiaéreo”.
Arde Bogotá ya nunca más serán un secreto, ya nunca más podremos disfrutar de ellos así, entre amigos. Siempre tendremos ese recuerdo nostálgico de… “yo los pude ver en Razzmatazz hace tantos años”. Tiempo al tiempo, piden a gritos ser la próxima banda estelar de nuestro país.
Setlist: