No es fácil destripar un álbum de una banda novel, sobre todo si es el propio grupo/discográfica quien te lo hace llegar. ¿Y si no suena bien? ¿Y si no te gusta el estilo? Afrontar este tipo de reviews es siempre complejo. Sin embargo, Argos lo ha puesto bastante fácil.
La formación madrileña nos presenta este Rompiendo El Silencio (2017) que, más por lo que es en sí, nos muestra lo que pueden hacer en un futuro, con más rodaje y mejores medios. A ver, el disco no está mal. Tampoco es la panacea, no nos engañemos, pero indudablemente muestra unas maneras que en unos años, o unos discos, pueden dejar en muy buen lugar al ahora quinteto (cuarteto cuando se grabó el disco). Heavy metal melódico, hard rock algo más duro… el estilo no es del todo fácil de encasillar, pero si te gusta la melodía, el disco entra muy de primeras.
Empieza el trabajo con “Letargo”, con voces melódicas y otras más agresivas. Una base instrumental, con cambios de ritmos que queda la mar de maja, y un estribillo pegadizo hacen del tema un buen inicio. “Mucho Mejor” le sigue de forma más agresiva y pegadiza a partes iguales. Y con “Hogar” acaba el primer triplete, con una estructura parecida a los dos anteriores: estrofas algo más rápidas y estribillo más suave y marcado.
A “Basta Ya”, quizá, le falta algo de fuerza. Creo que el tema, con un poco más de mala leche, destacaría entre los once cortes. Y, como buen aficionado a la batería que soy, destaco “Por Ti”, donde parece que Marcos Minaya reclame su sitio. Opuesta al que acabamos de explicar, “Mi Mundo” es un tema mucho más alegre, divertido y pegadizo. Te será fácil de recordar.
“No Volverás” es, quizá, el mejor tema del disco. Muy pegadizo, con una letra trabajada, tiene un no sé qué que la hace sobresalir entre el resto. “Dile Que” baja un poco el pistón y la alegría. Por alguna razón me suena a melancólico, aunque no deja de ser tremendamente pegadizo.
Y rematamos este “Rompiendo El Silencio” con otro trío, el compuesto por “El Pacto”, quizá el tema más hard del disco, “Nadie”, otro de los temas más rápidos y agresivos, y “Estarás Ahí”, muy en la honda del disco en cuanto a rapidez y melodía.
Como decía antes, no es ni será el disco de mi vida, pero indudablemente es un buen disco para unos currantes que llevan en esto desde el año 2004 y que, sobre todo, muestra que, en un futuro cercano, pueden hacer cosas tremendamente interesantes.
Llevo en esto del heavy más de media vida. Helloween y Rhapsody dieron paso a Whitesnake y Eclipse, pero Kiske sigue siendo Dios.
Como no sólo de música vive el hombre, la literatura, Juego de Tronos y los tatuajes cierran el círculo.
Algunas personas dicen que soy el puto amo, pero habrá que preguntarles por qué.