Siempre resulta reconfortante sumergirse en el universo Lucassen, ya sea en Ayreon o en este proyecto Star One en el que el musicazo neerlandés se marca otra ópera rock con multitud de estrellas rutilantes invitadas con las que teje un disco sólido, directo y pegadizo. Quizá en su anterior entrega (Ayreon) se basó más en lo vocal y esta vez el peso instrumental es mucho mayor. Lo que sí está claro es que vuelve a salir airoso una vez más, pues hay un desfile de grandes vocalistas y músicos, pero lo más importante de todo: Las canciones son muy buenas.
La gracia del disco es que se ha añadido otro álbum extra más con diferentes vocalistas, por lo que el disfrute es doble. Y menudos invitados tiene el sr. Lucassen… La inspiración espacial-sideral que siempre está presente en su universo se mantiene, y la obra suena realmente bien. Hacía exactamente 12 años que el proyecto Star One no despegaba.
Hay varios temas que realmente se llevan la palma, pero ya desde la inicial “Fate of Man” ves que la obra colmará las expectativas. Tema directo, metálico en el que Brittney Slayes sube hasta el infinito y más allá. Hay un doble bombo sin ser una canción extremadamente veloz y con el extra de que participa todo un Michael Romeo en el solo. Gran canción ideada para abrir por todo lo alto sus próximos conciertos.
La otra que vale su peso en oro es “Back from the Past” con un riff de teclado de inspiración Purple y que se acerca al de “Perfect Strangers”. Excepcional estribillo con un Jeff Scott Soto que últimamente está que se sale en todo lo que toca. No te sacarás la canción de la cabeza durante días, con ese profundo bajo de Lucassen y con toda la clase del mismo a la guitarra rítmica. Esta también va para clásica y Bumblefoot le da la estocada de gracia a las seis cuerdas.
Russell Allen tiene tratamiento de Sir en los créditos y se luce en “28 Days (Till the End of Time)”. Típico medio tiempo pesado, muy en la onda de Symphony X, pero sin el peso de los juegos instrumentales virgueros y con gran presencia de las teclas del maestro. Momentos casi teatrales y coros celestiales femeninos. Más reposada pero igualmente inspirada es “Prescient”, con claras inclinaciones siderales y con el duelo de Michael Mills y Ross Jennings de Haken. Una virguería vocal tremenda con inspiración prog a lo Yes por lo de lo agudo de las voces. Hay un pasaje majestuoso que le vuelve a dar otra vuelta de tuerca al tema.
De lo más accesible y “comercial” es el tema título, que alcanza momentos muy logrados a manos de Brandon Yeagley a la voz y el gran Adrian Vendenberg a las seis cuerdas. En “The Year of ‘41” hay unos coros muy a lo Royal Hunt capitaneados por la dorada voz de Joe Lynn Turner. Hay la presencia de Joel Hoekstra a la guitarra y de Jens Johansson (Stratovarius) jugando con los teclados. Tema que era evidente que iba para Joe, quedando entre los Rainbow más comercialillos y las producciones pulcras de la discográfica Frontiers.
Damian Wilson (Threshold) aparece por sorpresa en “Bridge of Life” y como siempre… lo borda. Que feeling y que clase atesora en una composición hímnica y profunda cargada de coros femeninos y con la pegada de Ed Warby. Hay incluso una caja de música que va apareciendo combinada con riffs metálicos. Todo un single en potencia. Lo más sorprendente de todo es “Today Is Yesterday” con todo un Dan Swäno en las voces distorsionadas. Es una especie de artefacto de pop noventero, con arreglos de musical y una base de metal moderna con afinaciones graves. A pesar de que parece un imposible el tema funciona y no queda extraño en el disco. De lo más arriesgado que ha perpetrado don Lucassen.
Ha quedado muy Nightwish “Beyond the Edge of It All”, pero claro, es que participa Floor Jansen aquí… La verdad es que se ha encontrado al mejor vocalista para cada tema y aquí la diva brilla en el mar de teclados de Joost Van Der Broek. Atención al agudo final. En “Beyond the Edge of It All” hay esa ambientación oriental con John Jaycee Cuijpers. Arjen se marca el solo, que ya tocaba, pero cuando haces lucir un disco como este y de esta forma, tanto da si te sumas al solo o no. El trabajo ya tiene el aplauso. Hay aquí mucho regusto a los Rainbow de la etapa Dio.
Pero al señor Lucassen le gusta rizar el rizo y guarda la sorpresa final en los casi 10 minutos de “Lost Children of the Universe”. Participa un coro vocal, Roy Khan (Kamelot y Conception) la lleva, y atención, que Steve Vai mete el gran solo. ¿Se puede pedir más? ¡Pues sí! Es que en la versión alternativa la canta Tony Martin de Black Sabbath. El solo de Vai es para enmarcar y se le deja cancha para que flote y encandile. Termina sonando como si Transatlantic se metieran en el metal sinfónico de lleno.
El disco extra con cantantes alternativos posee nombres como los de Will Shaw, Alessandro Del Vecchio, Marcela Bovio, Irene Jansen o Mike Andersson. Lucassen se atreve a cantar como solista “Today Is Yesterday”, que es la más singular de todas. No hay grandes cambios más allá del protagonismo vocal de otros cantantes, pero funciona igual de bien que el disco original.
Lo primero que me viene a la cabeza son los discos de Avantasia y que Lucassen con este álbum le pasa la mano por la cara a Tobias Sammet. Obviamente ambos proyectos son diferentes y excelentes, pero el nivel de este Star One de Arjen se sale por los cuatro lados. Si te gusta el metal melódico con toques progresivos y sinfónicos (aunque estemos en febrero), este es tu disco. Y si es capaz de llevarlo al directo con semejante elenco de músicos pues tocará viajar a los Países Bajos a verle. Alguien debería meter a este señor en un festival veraniego y darle horarios de honor.