La reseña de hoy llega para los amantes del gore y el death metal más técnico y brutal. Desde el norte de Holanda nos llega el nuevo disco de Arsebreed. La banda formada por miembros de Disavowed y Pyaemia llevaba mucho tiempo sin sacar material nuevo. Ya hace 15 años de la salida de su debut Munching the Rotten (2005), su único trabajo hasta la fecha. Hace unos días nos hicieron llegar la promo de este Butoh, un trabajo que a pesar de durar solo media hora nos puede entretener durante bastante tiempo si intentamos explorar todos sus rincones.
En los diez cortes del disco encontramos una mezcla de diferentes vertientes del death metal, predominando sobre todo el técnico, con una serie de riffs veloces y complejos que no dejan de azotarnos durante todo el viaje. Algunos recuerdan a la velocidad de Spawn of Possession, mientras que otros van por un lado más slam, a lo Dying Fetus. Las voces intensamente graves y cerradas de Robbe K y Joel Sta se comportan más como elemento rítmico, que hace de base para que las guitarras y el bajo aporten la melodía.
Precisamente la parte melódica, aunque no se manifieste en la forma más habitual del término, es el punto más fuerte de Butoh. No es fácil de seguir a la primera entre el caos controlado que impera en todo momento, pero tras unas escuchas uno se fija más y más en el gran trabajo guitarrero que hay detrás. Los fraseos frenéticos, muchas veces armonizados, protagonizan este viaje en montaña rusa a la vez que encajan cada nota con un golpe de batería. Los solos van aún más emperrados, recorriendo limpiamente escalas y arpegios a toda pastilla. No les vendría mal un punto más de volumen para que acabasen de brillar.
De primeras, la batería parece programada, pero nuestros oídos nos engañan. La precisión y velocidad absurda de Romain Goulon se confunde fácilmente con lo que se consigue si uno usa samplers, pero sabemos de sobra de lo que es capaz este máquina. Lo hemos visto tras la batería de bandas de referencia como Necrophagist, Disavowed o Benighted, además de sus numerosas apariciones como músico de sesión o en directo. En esta ocasión tenemos un bombo agudo que sobresale de la mezcla y queda aplastante en los pasajes de doble bombo o en los frecuentes blast beats.
No voy a destacar ningún tema en concreto, ya que todos me parecen estar a un nivel similar. Si queréis un aperitivo, han sacado videos con letras de «Manifest» y «Recomposed», pero realmente cualquiera podría ser un single. Casi todas suenan bastante parecido como es habitual en este estilo, pero vale la pena escuchar el disco entero. Al menos yo no tengo suficiente con solo un par de estas canciones.
El concepto que hay detrás también es bastante interesante. En la portada vemos un hombre completamente blanco saliendo de lo que parece un árbol. Pues se ve que el Butoh es un tipo de danza japonés que se originó durante la posguerra y la estética de los bailarines (muchas veces pintados de blanco) está en parte inspirada por las imágenes del desastre nuclear. Así, el árbol de la portada podría representar un hongo nuclear. La verdad es que este estilo de baile, con el uso de movimientos erráticos puede encajar bastante bien con esta banda sonora. Probad a ver esta performance sin volumen mientras escucháis alguna canción del álbum… ¿Está guapo eh?
Bueno, pues hasta aquí lo nuevo de Arsebreed. Café para los muy cafeteros. ¡Esperemos que no nos hagan esperar 15 años más para sacar el tercero!
Hey, has llegado al final del artículo, ¡gracias!
Me metí en esto del metal a los 14 años, y de concierto en concierto he ido descubriendo las bandas nacionales e internacionales que forman parte de este mundillo. Ahora aporto mi grano de arena a Science of Noise contando lo que pasa en los eventos de la zona y algunas novedades discográficas.
También toco la guitarra y el bajo en algunos grupos de la escena local. Tengo los huevos pelaos de tocar en el Ceferino.