Arsis – Visitant

Ni los rusos con su Sputnik, ni Phileas Fogg con su globo aerostático; el viaje más brutal y cargado de emociones es el que nos proporcionan los estadounidenses Arsis con su Visitant.

Me llega a las manos un delicioso trabajo que me hace estar como un chiquillo con su piruleta. Antes de nada, veamos de donde vienen; apuesto a que muchos –y me incluyo-, nos encantará su trabajo, pero no tenemos ni papa de quiénes son. El grupo nace en el 2000 de la mano de James Malone (guitarra y voz) y Michael VanDyne (batería), este último dejará la banda con el objetivo de graduarse en medicina. Entre 2004 y 2006 lanzan dos LP y un EP y en ese periodo empiezan a girar junto a bandas como Napalm Death, Necrophagist o The Faceless. A finales de 2006 firman con Nuclear Blast Records y solo hacen que crecer, no obstante, sufren un suceso interminable de bajas y reincorporaciones. Finalmente, en 2010 sacan el predecesor de Visitant, Starve for the Devil.

Ahora sí, si has aguantado el tostón (necesario), ahora viene lo bueno, ¡empezamos!

“Tricking the Gods” abre de una forma extraña. Sonidos extraños para el género que tenemos entre manos. Yo pienso, entre suposiciones y películas mías, que nos introduce en el título, no de la canción sino del álbum. Visitant; nos hace sentir raros, “incómodos”, quizás es su forma de transmitir-nos esa idea de visitante…. ¡Ah, qué alivio! Empieza su tralla característica. Una batería que abusa del doble bombo y los rápidos redobles, una voz desgarrada y una línea de bajo que, dentro de la tonalidad, hace lo que quiere. Lo que realmente interesa de este tema es su riff principal de guitarra: la mezcla de notas rápidas y en tonalidades más agudas que se ven interrumpidas por un palm mute duro y pesado.

El siguiente tema toma un rumbo más oscuro, digamos. También con algún rasgo más thrasher dentro de su death. Y es que en la actualidad es imposible no estar influenciado por otros géneros, de hecho, cuando todos estos nacieron también tenían otros rasgos en sus temas, me juego mi chaleco de parches. En fin, “Hell Sworn” nos ofrece, juegos de voces que rompen el típico grave agudo. También solos muy melódicos, de estos que tocas con tu air guitar en pleno metro y todxs te miran como un loco; delicioso.

Las dos canciones anteriores disponen de videoclip y lyric video respectivamente, “Easy Prey” no. Obviamente no nos llamará tanto la atención, pero estemos atentxs: el principio del riff -“tun tun tara rara” (si me captáis obviamos lo cutre que es esto)-, más adelante se repite en la tercera frase, aunque el resto del riff cambie y sea más pesado. Me ha parece esplendido y me deprime a la vez; si no fuera un boniato y supiese un poco de análisis….

– “Oye James, ¿le metemos un toquecito de black a nuestro nuevo trabajo?” Esta pregunta me imagino en su local de ensayo y la respuesta, como no, “ok”. “Fathoms” tiene eso justamente, algún cacho de lo que parece black, o al menos las guitarras; abusando de pocas notas con un alternate picking del averno. Pocos segundos nos dejan gozar de ello, pero sin duda un toque maestro.

“As Deep As Your Flesh” es un tema dentro de la tónica del que quiero destacar el solo. Me ha sabido a una mezcla entre Angelus Apatrida y Arch Enemy…, ¿coincidimos? Por otro lado, lo magnífico de este grupo es que, a diferencia de otros titanes del death en los que el solo es, como diría un buen amigo, “guarrísmo full-speed”. En cambio, Arsis nos muestra solos inteligibles y fáciles de digerir. Le sigue “A Pulse Keeping Time with the Dark”, un tema singular por una razón algo difusa. Me transmite una sensación de “etéreo”, un tema sin tanto cuerpo como los demás, y no lo digo como crítica, de hecho, es un ejemplo de cómo saturación no es lo mismo que dureza. Lo explicado toma sentido si le echamos un vistazo a la letra que nos plasma una especie de apocalipsis en la que el protagonista va muriendo y su “pulso que mantiene el tiempo con la oscuridad”; música y lirica se juntan y no puede quedar mejor.

“Funereal Might” nos devuelve al inicio del álbum con sus temas más estándar, de más violencia y más velocidad. Toma el protagonismo, notablemente, Brandon Ellis con su lead guitar. Algo parecido pasa con “Death Vow”, no obstante, este último, en términos de calidad, es mucho mejor. El trabajo melódico está mucho más trabajado y las variaciones en ritmo son muy diversas.

Este álbum es un ir y venir. A medida que avanzas te vas encontrando elementos ya usados en otros temas, pero elaborados de una forma distinta. “Dead is Better” recupera el toque blackned de “Fathoms” y se entremezcla con partes dominadas por el “trupa trupa”.

Y nos acercamos a la recta final. Antes de adentrarnos en el peligroso mundo del tema que cierra el disco encontramos a “Unto the Knife” que nos cierra el paso. Ponte los cascos, cierra los ojos, y combate a la bestia de violentos riffs que se muestran atemporales frente a las veloces baterías y que culminan con las líneas melódicas que los caracterizan.

Si has superado al penúltimo jefe y todavía sigues vivx tómate un descansito; fúmate un cigarrito o cómete una mandarina, pero tómate un descansito. “His Eyes”, ya su nombre llama la atención. Es el primer tema que no incluye un tópico en su título. El tema en sí es una mezcla de todos los elementos destacados anteriormente e incluye pequeños oasis entremedio que nos dan un respiro del gratificante taladro que supone Shawn Priest aporreando la batería.

Enhorabuena, has superado al jefe final, los juglares escribirán sobre ti. Bueno, realmente no, pero tú sí que escribirás Arsis en tu Spotify o YouTube y te escucharás su discografía. Simple y llanamente porqué lo merecen. Vulgarmente se los encasilla en death metal melódico, pero reinventan. Tienen todo lo que para mí es esencial en una canción. Cierto es que depende de tus gustos o el momento en que te pille se te puede hacer repetitivo y de echo no es que innoven creando una brecha en el “continuo espacio-metal”, pero recuperan el clásico y añaden lo nuevo.

¡Un placer!

Roi Iturregi

Mi nombre es Roi. Joven e inexperto, pero curioso de cojones. Salté del punk a la nueva escuela y actualmente recupero esas asignaturas pendientes con los grandes de la historia del metal extremo. Estudiante de periodismo por el día y cantante de death por la noche. Como Batman, pero con menos dinero.