Hoy cumple 25 años un disco que define perfectamente el fin de una etapa. Los primeros años dorados del death metal dieron paso a una especie de decadencia con un nuevo resurgimiento en las décadas posteriores. Y es que un año después de la salida de este esplendido Slaughter of the Soul cesaron su actividad del todo aunque siguieron todos ellos involucrados en muchos otros proyectos.
¿Cómo es posible que tras sacar un disco exitoso decidas dejarlo? Pues no tengo la respuesta a esta pregunta pero pueden ser muchos los factores que te lleven a dejar una fructífera carrera estando muy activos durante sus primeros años. Desde su primera demo hasta este «último» disco demostraron un gran nivel musical creando un estilo propio. Y bien, tras 19 años de silencio y tras algunas apariciones anteriores en festivales volvieron con un más que digna continuación y también tuvimos la oportunidad de verles en directo (buff, los conciertos… como se echan de menos). Sigamos.
Se dice que este disco fue el precursor del metalcore pero no le encuentro muchas similitudes (se nota que grupos posteriores adaptaron ideas, eso sí), además, ese estilo ya se podía escuchar en otros grupos unos años antes de 1995. Lo veo más un death metal melódico muy bien parido, sencillo pero efectivo, canciones cortas y directas con estructuras elaboradas y sugerentes. Cuando lo grabaron todos ellos dieron lo mejor en sus respectivos instrumentos dejando huella a toda una generación de adolescentes que seguro tuvieron ganas de coger una guitarra por primera vez para poder tocar esos geniales riffs a toda velocidad.
El disco arranca con una introducción rollo muy industrial bastante común durante los años 90 y de pronto arranca LA CANCIÓN por antonomasia. Seguro que la han versionado miles de grupos por todo el planeta. «Blinded by Fear» es perfecta para dar comienzo a este festival de tupa tupas, guitarras increíbles, voces desgarradoras y una batería sencillamente perfecta. En poco más de tres minutos se sacan de la manga un trallazo como la copa de un pino.
Cuando no te has ni repuesto de la primera descarga arrasan con todo con la que da título al disco y menuda maravilla, una total carnicería. Tocar estas canciones da un gusto especial (para mí son una gran influencia) y a ellos se les nota en esta grabación. Todo está lleno de detalles muy cuidados que enriquecen de una manera apabullante todo el conjunto donde las melodías tanto alegres como oscuras se conjuntan a la perfección ofreciendo un gran abanico de sensaciones.
«Cold» se presenta como su título indica, fría y calculada con mucho mimo. Los doblajes de guitarra son exquisitos y qué decir de los intrincados riffs mezclando partes limpias, delicadas y naturales con otras extremas. La producción es perfecta con un sonido muy cuidado y a la vez orgánico y humano. Buah, no le habré dado vueltas desde que lo compré.
La primera canción que escuché de este disco fue «Under a Serpent Sun» gracias a un recopilatorio de Earache Records y me tenía fascinado. Con los años la he podido tocar y es una gozada tanto por su estructura como por sus hermosos riffs de guitarra. Velocidad y mala leche sin parangón derrochando buen gusto por todos sus poros con un control de la púa digno de admirar. Obra maestra.
Para descansar un poco de la primera descarga nos ofrecen un remanso de paz en forma de «Into the Dead Sky», una pieza acústica preciosa que cuando mejor se pone termina y nos deja con la miel en los labios. Pero bueno, cuando la siguiente canción empieza con el sonido de una arma cargando nada puede salir mal. «Suicide Nation» trata una situación que hoy en día está en aumento y miedo da. En conjunto todo lo que reflejan las letras de este disco están más de actualidad que nunca. Ya nos lo avisaron muchos otros grupos en los 90. Esta canción es endiablada a más no poder con un desarrollo algo distinto y altamente corrosivo.
Algo más tribales aunque iguales de veloces y mezclando con pinceladas de thrash metal nos arrancan medio cerebro con «World of Lies». Saben meter tensión con sus imposibles guitarrazos y también saben ser la mar de rockeros cuando quieren. Influencias de aquí y de allí y te queda una canción redonda, técnica y melódica a partes iguales.
«Unto Others» entra a cuchillo sin ninguna intención de dejar títere con cabeza. Mucha mala uva comprimida en tan solo tres minutos de pura locura que sigue con «Nausea», otra canción directa y contundente que sigue taladrando las pocas neuronas que nos van quedando.
Y se podría pensar que se calmarían un poco pero para nada. «Need» es otra gran canción que mezcla thrash y death metal con maestría metiendo la justa melodía para enriquecer más si cabe.
Y como buenos suecos que son terminan con una pieza atmosférica y llena de sentimiento. Puro homenaje al horror y terror de los años 80, una gran influencia para toda una generación.
No hace falta añadir mucho más sobre esta obra maestra que en tan solo 35 minutos demuestra que muchas veces menos es más. Lo único que debes hacer ahora mismo si no lo has hecho ya, es ponerte el disco y volver a cabecear como hace 25 años atrás. Larga vida a ATG.