Austrian Death Machine – Quad Brutal

Después de una década de espera, Austrian Death Machine, los incontestables líderes del metal más brutal, regresan con su cuarto álbum, Quad Brutal (2024), listos para sacudir los cimientos de cualquier gimnasio. Dirigido por el inimitable Tim Lambesis de As I Lay Dying, este proyecto, que comenzó como un esfuerzo unipersonal hace 15 años, regresa con una fuerza renovada y una energía que literalmente os dejará sin aliento.

Pero no os equivoquéis, este no es solo un regreso, ¡es un retorno triunfal! Después de tantos años de ausencia, Lambesis y su equipo están listos para machacar tus tímpanos con riffs despiadados, ritmos frenéticos y una ferocidad aprobada por el mismísimo Arnold Schwarzenegger en persona. Quad Brutal es un huracán conformado por diez pistas de pura intensidad thrash que te dejará exhausto, suplicando más y más. Porque en el universo de Austrian Death Machine, no hay término medio: siempre se va al fallo. Cada canción, cada riff, se supone un esfuerzo máximo, sin reservas, con la determinación de alcanzar la perfección sin importar los riesgos.

Y eso no es todo, porque en este viaje al mundo de la brutalidad y la testosterona, Austrian Death Machine no están solos. A lo largo del álbum, se unen a la fiesta una serie de invitados de primera categoría, incluyendo al polémico culturista Craig Golias; el vocalista de Ov Sulfur (y ex Suffokate) Ricky Hoover; la pintora, cantante, culturista y modelo Dany Lambesis, que por el apellido habréis adivinado que está casada con Tim; el vocalista y culturista Rob Bailey; el virtuoso de la guitarra Angel Vivaldi; Brandon Richter, guitarrista de Bleeding Through; Clayton King, guitarrista de So It Begins; Joey Alarcon, productor y guitarrista de las bandas Wolves at the Gate y Born Through Fire y muchos más. ¡Y por supuesto, no podemos olvidar al mismísimo Ahhnold!

El álbum se abre con «No Pain, No Gain», una composición, tan motivadora como pegadiza, que además cuenta con un divertido videoclip repleto de clichés. Los riffs y los rugidos, la mitad cortesía del controvertido culturista Craig Golias, de quien la verdad desconocía sus guturales, se mezclan habilidosamente para crear una pista perfecta para el tu día de piernas en el gym, mientras que los solos introducen la parte final que se une a «Conquer», donde las pistas vocales se diversifican una vez más mientras los músicos nos ofrecen unos primeros destellos de metalcore. Esta es también la primera pieza en la que colabora la Sra. Lambesis. Unas harmonías intensas que contrastan con una base furiosa, nos acarician durante «Hey Bro Can You Spot Me?» (¿os suena la expresión?), que cuenta con unos pasajes genuinamente adulterados para el noble arte del mosh.

El sentido del humor vuelve a ser el principal hilo conductor de este trabajo, y un claro ejemplo de ello es el primer single, «Don’t Be Lazy», que resulta ser la canción menos brutal en Quad Brutal. Según el propio Lambesis, Ahhnold quería que creara un himno que incluso los gym bros. más idiotas del lugar pudieran recordar para que no se olviden de volver a colocar las pesas en su sitio una vez finalizada su rutina.

Quad Brutal es una montaña rusa de emociones, desde la motivación inspiradora de «No Pain, No Gain» hasta la ferocidad desatada de la final y masiva «I Never Quit». Con cada pista, Austrian Death Machine demuestra por qué son los verdaderos titanes del metal, combinando la brutalidad con la diversión en un paquete que se me antoja tan entretenido como brutal.

Así que ya sabéis, si necesitáis algo más de motivación en el gimnasio o simplemente queréis desatar vuestra furia interior, Austrian Death Machine tiene la solución con Quad Brutal.

Rubén de Haro

Tipo peculiar y entrañable criado a medio camino entre Seattle, Sunset Boulevard y las zonas más húmedas de Louisiana. Si coges un mapa, y si cuentas con ciertos conocimientos matemáticos, verás que el resultado es una zona indeterminada entre los estados de Wyoming, South Dakota y Nebraska. Una zona que, por cierto, no he visitado jamás en la vida. No soy nada de fiar y, aunque me gusta “casi todo lo rock/metal”, prefiero las Vans antes que las J’hayber.