Cuando Avatar empezaron siendo una banda más de death metal con orientación Gotemburgo no estaban nada mal, pero cuando el payaso hizo su aparición y Black Waltz (2012) se hizo carne el combo sueco mutó hacia otro estadio superior en el que su arrolladora personalidad se hizo carne. Con Hail the Apocalypse (2014) entran en el territorio norteamericano y luego empiezan a demostrar que cada disco es una aventura que va mucho más allá de lo que es un disco.
Con Feathers & Flesh (2016) escriben un libro y hacen la banda sonora, con Avatar Country (2018) hacen una parodia impecable y con Hunter Gatherer (2020) indagan en la furia y la fuerza bruta. ¿Y con Dance Devil Dance? Pues quieren hacernos bailar. El grupo se juntó con el productor Jay Ruston y estuvieron grabando durante seis largas semanas aislados del mundo en los páramos suecos. El resultado, como siempre, vale mucho la pena…
Abren el disco con “Dance Devil Dance”, un tema efectivo y bastante definitorio de lo que intentan hacer en esta obra. Accesible a la vez que oscuro y con un patrón de batería muy original. Johannes combina guturales y agudos, y, sorprendentemente, hay un pasaje doom que parece todo un homenaje a Black Sabbath. Es mucho más cercano a Avatar Country que a Hunter Gatherer. “Chimp Mosh Pit” está dominada por un riff muy marcado y con ese humor tan característico que suelen gastar estos locos suecos.
Curiosamente “On the Beach” me parece uno de los momentos más inspirados del disco, siendo una de esas composiciones que tiene todos los elementos con los que juega el grupo, pero han sido los periodistas en las primeras rondas de entrevistas los que le han hecho ver a Johannes el potencial de este single. Ellos no habían pensado en esta pieza como promoción. Hay momentos muy melódicos que se acercan a los grandes singles del Avatar Country.
Para “Valley of Desease” tiran de un demoledor riff de esos rompecuellos y adornos en las guitarras de Tim Öhrström y «Kungen» Jarlsby. Detalles para un tema que se acerca un poco a sus inicios en los que eran un grupo más de melodeath y sonido Gotemburgo. Eso sí, aquí hay ya todos los elementos que les caracterizan y juegos de programación y sintetizadores.
En “Do You Feel in Control” la afinación del bombo y caja de John Alfredsson pueden llegar a recordarte al St. Anger de Metallica, pero sin llegar a ser tan insoportable, es sólo en algún momento puntual. Es de largo el tema más agresivo-abrasivo dominado por el bajo de Henrik Sandelin y es quizá lo más cercano a su anterior obra. “Gotta Wanna Riot” es de lo más gamberro y festivo a la vez que posee uno de los mejores solos de guitarra del disco y unos coros divertidos que la acercan a ser posible single. El final del tema es de lo más logrado y original del este disco.
Y hablando de singles, el primero en salir a la luz fue “The Dirt I’m Buried in”, un corte con unos contratiempos y un groove que acerca el tema a las pistas de baile sin perder el carácter y poderío del combo sueco. Johannes nos contó que quería hacer que la gente bailara y lo pasara bien, por lo que os aseguro que aquí lo consiguen. Siguen con “Clouds Dipped in Chrome”, oscura y contundente canción que vuelve a suponer un giro de guion importante. Esta tiene ese toque loco tan del payaso infernal, con blast beats y estructuras cambiantes
“Hazmat Suite” es otro buen ejemplo de lo que intentan hacer en este disco, pues a pesar de lo agresivo y duro, es un material tremendamente accesible y ameno. Aquí vuelven a poner los acentos en las guitarras, y a pesar del doble bombo incesante de Alfredsson, es un tema que invita a la diversión y al baile. También es un corte que se vuelve a acercar a Avatar Country.
Y para terminar de descolocarte del todo está “Trains” que empieza siendo casi un homenaje a Leonard Cohen. Tenemos a Johannes en versión crooner con clase y con los arreglos que solía usar el canadiense. Obviamente la caña no tarda en aparecer para devolver el corte a los raíles que mejor transitan estos suecos. Un corte muy original.
Originalidad, accesibilidad e incluso toques festivos y de baile es lo que ofrecen estos Avatar que nunca dejan de sorprender. Puedes esperar de ellos lo inesperable y Dance Devil Dance vuelve a ser otro volantazo como lo fue Hunter Gatherer después de Avatar Country. Su deseo es no repetirse jamás, y la verdad es que lo están consiguiendo a base de ideas y conceptos muy trabajados.
En la edición de lujo hay un tema extra con la gran Lzzy Hale a las voces y el tener otra vez a Jay Ruston en tareas de producción se nota que el grupo está cómodo y que las ideas fluyen y los temas sorprenden. Son una de las agrupaciones más especiales y diferentes a todas y seguro que estarán ideando diferentes trucos para el concepto que ofrecerán en directo. Y a pesar de ser todo accesible y adictivo el disco necesita de varias escuchar para terminar de abarcar todo lo que propone.