Avenged Sevenfold están de vuelta tras una larga espera de siete años que ha mantenido a los fans ansiosos de nuevas melodías. La camaleónica carrera de A7X vive ahora su punto de máxima inflexión con Life Is But a Dream… (2023), un disco rompedor y ecléctico como pocos.
La banda liderada por M Shadows es una de las bandas de metal más grandes de la actualidad, todo sea dicho. Recibe amor y odio en partes más o menos iguales. Comparaciones haters con Metallica, falta de originalidad, un metalcore venido a menos, falta de calidad de los músicos, canciones semi robadas, logo semi robado… Todo parecía indicar que los más puristas del metal encontraron en A7X una banda sobre la que descargar todo tipo de iras.
Pero, sin ir más lejos, los últimos cuatro discos Avenged Sevenfold (2007), Nightmare (2010), Hail to the King (2013) y The Stage (2016) confirmaron que esta banda tenía mucho más para ofrecer que cualquier otra vulgar banda estática. No en vano, A7X hacen giras de estadios y encabezan cualquier festival metalero / rockero del mundo.
Y ahora, tras siete años de silencio discográfico, regresan con el disco más arriesgado de su carrera. Un trabajo de procesado lento. Sin himnos. Un disco en el que dan rienda suelta a su locura y su imaginación, y funden con fluidez varios géneros muy afines al legado que ya han escrito con letras de oro. Tras dos adelantos totalmente inimaginables, la necesidad de catar el disco entero era algo que me daba cierto pánico, pero a la vez mucha curiosidad. ¿Qué coño habrán hecho?
Aunque no es oro todo lo que reluce. Comentaba la banda que éste es un disco que funciona como un ente entero. Esto siempre es un arma de doble filo. Funciona bien entero, pero no funciona bien a nivel de canciones sueltas. Le falta el punch de tener canciones-himno. No hay ni rastro de ellas. Lo cual me hace pensar en los futuros directos, ¿cómo va a a funcionar este disco frente a miles de fans? ¿Cómo van a enlazar canciones como “Afterlife” con “Nobody”? Compleja tarea veo por aquí.
Jazz, electrónica, heavy metal, rock, música clásica. Todo ello e incluso más es lo que A7X ha imaginado para este disco. Incluso se han permitido la licencia de rematar el disco con una pista instrumental a piano, la homónima “Life Is But a Dream…” es lo más alejado a Avenged Sevenfold que uno haya podido escuchar nunca.
Y hablando de las canciones que más impacto causan, estas las encontramos en su ecuador. “Cosmic” con sus 7:31 y “Beautiful Morning” con 6:32 bien pueden ser las dos mejores canciones del disco. Dos piezas afiladas pero delicadas, cuidadas, con unas mezclas que te parten en dos. Con marcadas influencias al grunge metal de Alice in Chains o al funk metal alternativo de Faith No More. Incluso, en algún momento, podemos escuchar la influencia de Mastodon. Largas pero impolutas.
Y si lo que buscas es la sorpresa más instantánea, alójate entre “Easier” y “(D)eath”, pues las piezas 7, 8, 9, 10 son lo más alocado que han fabricado nunca estos genios. Un poco de música clásica e incluso un poco de solemnidad al más puro estilo Frank Sinatra. Y si buscas un poco más, en capas más profundas, podemos ver unos momentos de trabajo blacker del ya miembro oficial de A7X Brooks Wackerman en la batería.
Y hasta aquí mis más sinceras valoraciones sobre Life Is But a Dream…. Un disco que, intuyo, provocará dolor y orgullo a partes iguales. Un álbum que merece más tiempo de procesado. Una reseña que, de bien seguro, cambiaré entera de aquí a un par de meses, cuando haya procesado todo lo que el disco ofrece y esconde. Cuando haya conectado al 100% con todo él. De momento, vamos por el buen camino.
Pasen y disfruten.