Hace unos días, mi compañera Susana Masanés me recomendó pegarle un ojo a esta nueva banda noruega que, si bien es cierto que los había visto por ahí (las promociones de Inside Out Music suelen ser bastante buenas), por una razón u otra les había prestado nula atención. En unas calurosas fechas donde las novedades discográficas no se prodigan especialmente y, primero, partiendo de la base que me encanta ese romántico boca a boca y, segundo, que viniendo de la persona que venía esa recomendación ya sabía que calidad no le iba a faltar, me puse a indagar sobre estos AVKRVST.
Creo que bastantes desconocidos aun por estos lares, AVKRVST es una banda compuesta principalmente por sus dos principales compositores, Simon Bergseth y Martin Utby, quienes, en boca de ellos mismos a los siete años de edad, hicieron un pacto para formar una banda cuando fueran mayores, ya que se quedaban fascinados de ver como sus propios padres quedaban los findes de semana para tocar juntos. Veintidós años después los dos músicos debutan con este The Approbation, que fue compuesto y grabado casi en su totalidad en una pequeña cabaña en los profundos y espesos bosques noruegos de Alvdal, un pequeño y aislado municipio perteneciente a la región de Østlandet, situada en los Alpes escandinavos. Bergseth y Utby pasaron encerrados seis fines de semana en pleno otoño en dicha cabaña, propiedad del abuelo del primero, rodeados de una necesaria chimenea de leña, silencio, oscuridad, lluvia, frío, y nieve. Hay que saber que los otoños en esa parte de Noruega suelen ser duros y muy sombríos, y creo que ello es reflejado perfectamente en la sonoridad del disco.
Si hacemos caso a la edad del supuesto pacto, y que han pasado veintidós años de ello, podemos situar a principios del actual siglo la fecha en que nuestros protagonistas comenzaron a interesarse de una manera más seria por la música (por lo visto sus padres eran/son unos locos del prog rock y del jazz), así que a su seguramente influencia musical que han mamado de sus progenitores, podríamos añadir que Bergseth y Utby vivirían en primera persona ciertos acontecimientos musicales en aquellos atractivos años que se reflejan totalmente en sus composiciones. Fantaseando un poco y poniéndome en la piel de los dos amigos, pienso que algunos de esos acontecimientos podrían ser: El cada vez más acercamiento de Green Carnation, Opeth, Katatonia, o Enslaved al prog, la vuelta de Änglagård, o el subidón de Porcupine Tree, Enchant, Paatos, Pain of Salvation… entre, seguramente, muchas otras cosas.
Después de una pequeñísima introducción que lleva el mismo nombre de la región que os he hablado líneas arriba arranca este manto otoñal de la mano de “The Pale Moon”, que posee unos riffs iniciales que parecen sacados de la propia sonoridad de Opeth. Si había alguna duda de por donde podrían ir los tiros, se despejan al instante. Delicadas guitarras y arpegios limpios, rica instrumentación, melódica línea de voz contrapuesta con esos guturales finales… Me juego mi copia en vinilo rojo del In the Court of the Crimson King que estos dos grandes amigos tienen al binomio Åkerfeldt/Wilson en lo más alto del pedestal. Excelente manera de abrir el disco
“Isolation” arranca potente, antojándose más prog metal, vuelven a destacar las armonías como sucederá en todos los temas, y en las partes más instrumentales nos encontramos con momentos más actuales y contemporáneos donde bien nos podrían venir ecos de Haken. La melódica “The Great White River” está marcada por unos interesantes punteos y por una luz que podría haber sido firmada por el mismísimo Steven Wilson, en cambio “Arcane Clouds”, aunque sigue el mismo camino, se antoja algo más oscura y melancólica. Refleja la soledad y como, debido a ella, cualquier ser humano puede perder la cabeza aceptando su muerte en un logrado último minuto del corte, que, si hablamos nuevamente del genio británico de gafas y pies descalzos, me recuerda mucho a la atmósfera conseguida con el final de “The Holy Drinker”.
Los dos últimos temas del disco son los más largos, superando los diez minutos de duración. “Anodyne” comienza de una manera muy ambiental gracias al juego de sintetizadores y órgano, arranca con unas guitarras sacadas del perfecto manual del prog metal, vuelven a mostrar esa simpatía hacia los Opeth del Deliverance/Damnation, y lo cierran con unos pasajes donde se acercan al rock alternativo, al post rock, y muy ligeramente al shoegaze. Mucho también tiene este tema de una gran banda demasiado olvidada hoy en día: Mis queridísimos Green Carnation. Cerrando el disco tenemos un excelente ejercicio de metal progresivo, una suite de instrumentación excelsa donde la banda pone todas sus influencias en el asador, consiguiendo en varias partes muy diferenciadas un elegante corte con unos ramalazos, que me han encantado, muy de aquellas bandas/proyectos que nacieron a principios de los dos miles como OSI, Frost*, Kino… y que llevaban el sello de reconocidos músicos como Kevin Moore, John Mitchell, o Pete Trawavas.
The Approbation es un notable debut de una banda muy a tener muy en cuenta a partir de ya. Sabiendo alejarse de tan marcadas influencias, arriesgando un poco más, y puliendo ciertos aspectos, podríamos estar delante de una banda muy top en los próximos años venideros en el mundo del prog rock. Ojo al dato.
Pota Blava y fanzinero de los 90. La música siempre ha sido una de mis grandes pasiones, y aunque el Metal es mi principal referencia, no he parado de moverme por diferentes estilos sin encerrarme a nada. Con los años el escribir también se convirtió en otra pasión, así que si junto las dos me sale la receta perfecta para mi droga personal. Estoy aquí para aportar humildemente algo de mi locura musical, y si además me lo puedo pasar bien…pues de puta madre.