Perdonad el retraso, un fin de semana de festival por la Rioja Alavesa tiene sus “problemas” añadidos, como no tener neuronas para acabar de contaros nuestras vivencias de la última jornada del Azkena Rock Festival 2024. ¡Vamos a ello!
El tercer día se antojaba, a simple vista, como el más flojo del fin de semana. Un cartel a priori más tranquilo, sin una banda gigantesca a la altura de Jane’s Addiction o Queens of the Stone Age. Pero, ya os anticipo, que al final resultó ser, y de calle, el día más genial del fin de semana. Una jornada marcada por la calidad.
Nuestra primera piedra del camino fue con The Detroit Cobras, que aplastaron sin contemplaciones a la multitud congregada delante del escenario Love – La Salve. Por cierto, aprovecho para comentar que La Salve es una muy buena cerveza, pero ojo, 5€ la pequeña es un atraco. Perdonad, lo tenía que comentar. Regresando a lo de The Detroit Cobras, show sin fisuras demostrando que si no son más grandes es seguramente porque no les interesa. Eléctricos y agresivos, la banda garage de Detroit no necesita mucha presentación; lo suyo es verles en directo y presenciar su poderío.
Warren Haynes Band nos citaba en el escenario grande. El veterano músico norteamericano empezaba, sin saberlo y muchos no vieron, un repaso a la escena norteamericana que seguiría esa noche con Mavis Staples, St. Paul & the Broken Bones, Sheryl Crow y Band of Horses. Incluso el previo garage rock de The Detroit Cobras, si queremos rizar el rizo. Warren Haynes, conocido sobre todo tras su paso por bandas como Allman Brothers y Gov’t Mule, ha reunido a unos músicos increíbles en su proyecto en solitario. Quizás su propuesta no es la más atractiva para degustar en un festival, pero sobra decir que lo que vimos durante su hora de actuación fueron unos músicos enormes destripando blues rock de muchos quilates. Imposible no quedarse embobado viendo los dedos acariciar trastes de guitarra o la demostración de pulmones del saxofonista. Primer gran concierto del día, grandioso descubrimiento el de este veterano artista.
La legendaria Mavis Staples se solapaba con los míticos punks euskal-madrileños The Pleasure Fuckers. Lo intentamos primero con los Fuckers, pero su punk primigenio no me dijo nada. Así que nos adentramos en el terreno del rhythm and blues y soul de la carismática Mavis Staples. Y fue un gran acierto. Aún me sigo preguntando cómo es posible que una persona, a sus casi 85 años y tras más de 60 años de actividad, logre transmitir tanto como lo hace esta señora. Su concierto rozó lo épico, pasional y mágico.
Aún viendo cómo la cantante necesitaba sentarse cada pocos minutos, lo suyo es más que envidiable. Aún conserva la voz y la vitalidad, a pesar de que el cuerpo no logra aguantarle el ritmo. Además, los músicos que la acompañan son inmensos, llenando esos pocos vacíos que Staples ya no logra rellenar. Del blues rock de Warren al rhythm and blues y soul de Staples. ¡Qué envidia de panorama musical tienen en los Estados Unidos! Un intenso placer poder presenciar, casi sin quererlo, esta mágica actuación de una artista que ha marcado la evolución de la música mundial. ¡Gracias, Azkena!
Tras una diosa, tocaba acercarse a ver una de las divas del rock de los 90, la gran Sheryl Crow. Me daba bastante miedo su actuación en plena hora punta, pero tengo que callarme la boca: fue magistral de principio a fin. La ya veterana cantante y guitarrista, icono del country pop y rock, llegaba al Azkena como controvertida cabeza de cartel y, sin desmelenarse, logró callar todas las bocas. Más allá de canturrear esos tres hitazos atemporales que tiene: “All I Wanna Do”, “Picture” y “If It Makes You Happy”, Sheryl logró conquistar a casi todo el recinto con un carisma innato y un buen hacer envidiable.
Sheryl, junto a su banda de apoyo, no necesitó florituras para ganarse al público. Sin esperarlo, Sheryl se marcó un concierto de esos que recuerdas muchos, muchos años. La artista se mostró cercana y agradecida por la oportunidad de tocar en un festival que le hacía sentir como en casa. Un 10 para Crow.
Frente al dilema de ir a ver a ∏ o a St. Paul & the Broken Bones, la apuesta siempre dice que lo ideal es hacer un 50-50. Los primeros tocaban en el Love – La Salve y lo hicieron arrasando sin piedad delante de mucha más gente de lo esperado. La banda australiana de rock psicodélico, de estilo parecido al de sus compatriotas King Gizzard and the Lizard Wizard, se mostró suelta y con ganas de comerse el escenario. Llevados en volandas por el público más joven reunido en las primeras filas del recinto, conquistaron Azkena 2024 convertidos en una de las revelaciones del festival.
Por otro lado, la amplia formación norteamericana establecida en Birmingham, con un estilo que mezcla soul y algo de funk, puso su solemnidad a relucir con un concierto intenso, pero con poca unión con el público. A nivel musical y de voces, enormes, pero me resultó algo frío el concierto.
Para un servidor, el concierto de Band of Horses era el principal reclamo del día. Soy fiel seguidor de la banda desde que los descubrí con “Is There a Ghost” hace varios lustros. Los pude ver en Apolo en 2011 y, desde entonces, nunca más he tenido la oportunidad de verlos. También tengo que admitir que me daba cierto miedo; actuaban a las 00:20, un horario para un show bajo de revoluciones. Ya en la primera canción vi que Ben Bridwell no tenía la voz en condiciones y, si bien mejoró en el último tercio del concierto, no es admisible que una banda que basa gran parte de su propuesta en el trabajo vocal llegue a actuar así.
Con un repertorio inmejorable basado en un 60% en sus dos discos más maravillosos: Everything All the Time (2006) y Cease to Begin (2007), el show fue avanzando con esa sensación de que “podría haber sido mejor”. Tampoco podemos esperar un concierto muy espectacular a la vista; la banda es bastante estática. Pero personalmente acabé satisfecho con momentazos como “Cigarettes, Wedding Bands”, “Is There a Ghost”, “The Great Salt Lake”, “The General Specific” y el colofón final épico con “Ode to LRC” y la mágica “The Funeral”. Band of Horses cumplieron, sin ser lo que tenían que ser, pero su concierto fue especial, bonito. Además, era la única actuación de la banda en Europa en 2024, lo cual siempre es especial.
Y ya a las 2 de la madrugada quedaba tiempo para dejarse caer por un par de escenarios más. Por un lado, teníamos a los magníficos All Them Witches en el segundo escenario; por otro, el punk más macarra de los navarros Lendakaris Muertos en el escenario Love. Como he tenido el placer de ver varias veces a All Them Witches, me dejé caer entre los pogos de las primeras filas en Lendakaris Muertos. La banda de Iruña arrasó sin piedad, mostrando el motivo por el que son una de las mejores formaciones de punk nacional del momento. Con letras inteligentes y punzantes en las que no dejan títere con cabeza, y despachando canciones a velocidad punta, el fin de fiesta estaba asegurado con ellos. Gran concierto, alto de revoluciones, para cerrar el mejor día de festival.
Y tristemente todo lo bueno acaba. Mi primera vez en Azkena queda finalizada con esa sensación de querer más. Esa sensación de haber vivido tres días especiales en un festival especial. La mística que transmite este festival es difícil de explicar con palabras. Lo único que me queda claro es que volveré.