Barbarian Swords – Fetid

Bajo la luz enfermiza de una luna menguante, un pantano putrefacto se extiende ante ti, con sus miasmas pestilentes invadiendo cada fibra de tu ser. El hedor a descomposición te asfixia, mientras la gelatinosa masa de larvas se retuerce bajo tus pies descalzos. Un coro de carroñeros grazna una disonante sinfonía en la negrura, una oda macabra a la decadencia y la muerte. Es en este abismo de miseria auditiva y sensorial, donde la esperanza perece y la cordura se tambalea, emerge Fetid (2024), el nuevo álbum de los totémicos Barbarian Swords.

Prepárate para sumergirte en las ciénagas del black doom catalán, donde la música apesta a muerte, la belleza se encuentra en lo grotesco y Montilla todavía manda. Fetid es el quinto trabajo de esta veterana banda, una obra maestra de misantropía, devoción por el metal extremo de la vieja escuela y la oscuridad incorruptible. Lejos de venderse al mainstream, Barbarian Swords se rige por sus propias reglas, entregando una experiencia auditiva tan nauseabunda como hipnótica.

Desde el primer acorde de «Cherokee Firestorm», te verás arrastrado por un torbellino de riffs abismales y percusiones apocalípticas. La voz de Von Päx te susurra historias de venganza y desolación, mientras las guitarras de J.Pnzr y Steamroller tejen una densa atmósfera de pesadumbre. La percusión de Uretra (batería de la banda de doom/death de L’Hospitalet de Llobregat Onirophagus), precisa y brutal, marca el ritmo de tu descenso a las profundidades del nihilismo.

Cada canción de Fetid es un viaje a través de un paisaje sonoro desolado, donde la luz se extingue y solo queda la oscuridad, como la esperanza que se desvanece en Catalunya tras estas últimas elecciones. Temas como «Six Feet of Justice», «Tancredus, Smash» y «Genocidal Theogony» te sumergen en un estado de trance mórbido, mientras que «Even Brave Men Fear Death» y la final «Not Even Light» te confrontan con la cruda realidad de la mortalidad.