Uno de los mayores desafíos de los festivales de verano con una oferta amplia es la programación de los horarios, tanto para las bandas como para el público. El Rock Fest no es una excepción. Ni siquiera mencionamos otros gigantescos festivales europeos, como el reciente Hellfest, donde hay conciertos desde las 10 de la mañana.
Así pues, nos enfrentamos a la larga y temprana jornada del sábado 6 de julio, bajo un sol abrasador (¡vaya coincidencia, como la canción de Ktulu!), para disfrutar de las primeras actuaciones de dos de las bandas que más ganas tenía de ver por distintos motivos.
Terminal Violence nos despiertan y hacen “suar la cansalada”
Que te toque abrir cualquiera de las jornadas del festival es una auténtica putada. Si ya fue complicado para los locales Motosierras el día anterior, que era laborable, en esta larga jornada con Pantera como el gran atractivo y con muchas personas trasnochando más de lo habitual, era previsible que la mayoría no considerara a Terminal Violence como una propuesta suficientemente atractiva para presentarse a la hora de la comida. Sin embargo, no fueron conscientes de lo que se perdieron.
No había tenido la oportunidad de verlos en directo anteriormente, a pesar de sus varias presentaciones desde el lanzamiento de su brutal debut Warhole (2023). Un EP de rabioso thrash que nos transporta a la época dorada del estilo de la Bay Area. Terminal Violence no son novatos en esto, ya que sus miembros provienen de bandas como The Eyes, Hyde Abbey, Bellako, Nuckin’ Futs o Seek ‘Em All, la mejor banda tributo a Metallica de por aquí.
Los pocos que nos congregamos a las 14:00 horas pronto fuimos arrollados por su energía y actitud en el escenario, que se contagiaron rápidamente bajo el sol. Interpretaron todo su EP y presentaron “Slaves of Greed”, un nuevo tema que anticipa su próximo disco. Además, tocaron una versión de «Into the Pit» de Testament, que hicieron para un disco solidario de RockpelsXuklis, una asociación benéfica que apoya casos de cáncer infantil y que estaba presente junto a otras organizaciones en varios stands cercanos.
Evidentemente, hubo un cada vez más numeroso y divertido wall of death bajo un sol abrasador, así como circle pits, en uno de los cuales Edgar bajó a tocar en el centro y fue llevado en volandas como si de una procesión thrasher se tratara. Un momentazo.
Tras una hora que pasó volando, sudados y con una amplia sonrisa tanto en el escenario como entre el público, concluyó uno de los mejores conciertos de la jornada.
Sin apenas tiempo para más que reponer líquidos con un refrescante zumo de cebada fermentada, nos plantamos frente al escenario contiguo, donde el clásico logo de Ktulu ya se proyectaba en la pantalla.
Ktulu hace justicia a su legado
Ya hacía demasiado que no había visto a Ktulu en directo, siendo la última vez en 2019 junto a Hamlet en la Razz 2. Aquella noche, pese al bolazo que siempre suelen hacer, el sonido no les acompañó y tenía ganas de volver a disfrutarlos. Ktulu fue una de las bandas que más me marcaron en su época y ahí se han mantenido siempre.
Mientras el “Jinete nocturno” sonaba en los altavoces, la renovada formación (desde que yo pude verles hasta hoy) tomaba posiciones en el escenario para abofetearnos con “Biocontaminación” del Confrontación (1997) que les llevaría a lo más alto y que tan bien sigue funcionando todavía. El sonido, algo saturado al principio se corrigió rápidamente.
Cayeron canciones de todas las etapas, pero es cierto que el peso de los primeros trabajos de la banda son los que han calado más en un público veterano. Pero hay que reconocer que temas como “Kontra adicción” de su último Makinal (2012), mucho ha llovido ya, funcionan y se fusionan perfectamente con los clásicos, pues el disco tiene canciones muy rescatables y merecen mayor reconocimiento. Aún así, enfrascados en una larga gira de celebración, ya hace demasiado que no tenemos material nuevo.
La banda, pese a los cambios sufridos, está perfectamente engrasada dirigida por un Willy que mantiene la fuerza y la energía necesaria. Continuamente se encargaba de animar a un público estático que le costó moverse pero que al final estuvo a la altura de lo ofrecido desde el escenario.
Si a las tres del mediodía el calor era sofocante (la tímida lluvia que cayó apenas fue perceptible), pues Willy no paraba de hidratarse, no me quiero imaginar como lo estaría sufriendo el encargado de las programaciones con la máscara antigás y la capucha. Todo un valiente.
Lo dicho, así da gusto pasar calor. Empezamos la larga jornada del sábado con dos conciertos que ponían el listón muy alto a todos los que vinieran por detrás.
Viendo que la jornada iba a ser bastante dura, decidimos desplazarnos a la zona de restauración para reponer fuerzas y escuchar con calma a Eclipse. Much@s me matarán por ello, incluso mi compañero Xavi Prat, fan del estilo, pero es imposible estar al pie del cañón toda la jornada.
Los suecos, con 25 años de trayectoria a sus espaldas, congregaron a un numeroso público frente a su escenario mientras un medley de clásicos del rock y heavy metal hacía de introducción para lo que se venía encima.
Bajo un excelente sonido, el animado setlist de los suecos hizo cantar y saltar a l@s congregad@s. De nuevo, otro gran concierto.
Mientras, conocimos a través de las redes sociales del festival el cambio horario, por motivos logísticos, de los conciertos de Celtica y Dark Funeral en la Rock Tent. Por lo que el inicial solape de los blackers con los australianos Wolfmother se vio alterado en contra de los gaiteros.
Pero antes de todo esto tocaba tirar de nostalgia y el veterano guitarrista Ross the Boss es un especialista en ello. Asiduo al festival, ya sabemos lo que nos va a ofrecer, pero me cago en mi vida, como sonaron los clásicos de Manowar en esta calurosa jornada.
En Santa Coloma debe haber una urbanización en la que vivan muchos de los músicos que han ido repitiendo en las diferentes ediciones del festival barcelonés, pero muchos se han ganado a pulso el recibir la llave de la ciudad por los grandes momentos que nos han hecho vivir. Y Ross the Boss no es una excepción.
Con Ross the Boss, ¿alguien se acuerda de los actuales Manowar?
Respecto a la última edición, el veterano guitarrista se presentaba con la incorporación de Rhino Edwards a la batería junto a los ya habituales Dirk Schlächter al bajo, que haría doblete al día siguiente con Gamma Ray, y un excelso Marc Lopes a la voz.
Con un muy buen sonido, los clásicos de Manowar nos aplastaron, nos emocionaron y nos pusieron la piel de gallina. Imposible caer en la tentación de comparar estas descargas con la parodia actual que es la banda madre.
Marc Lopes a la voz clava y eleva los temas clásicos a otro nivel, mientras que la complicidad con el público es instantánea desde la primera nota. Podemos estar hartos de escuchar las clásicas composiciones, pero verlas en directo tocan la fibra de tal manera que es imposible hacer una regresión a aquellos años de amor por el true metal.
Evidentemente, fueron muchos los brazos en alto haciendo el sign of the hammer mientras sonaba dicha canción, así como la piel de gallina y alguna lagrimilla cantando el “Battle Hymn”.
Marc, móvil en mano, bajó para acercarse a las primeras filas y grabar mientras cantaba y se abrazaba. Gran conexión entre banda y público, el cual agradeció con una gran ovación la excelente hora de concierto. Por mi parte, que repitan cuando les apetezca.
Setlist Ross the Boss:
Blood of the kings
The Oath
Sign of the Hammer
Thor (The Powerhead)
Black Wind, Fire and Steel
Kings of Metal
Heart of Steel
Battle Hymn
Kill With Power
Fighting the World
Hail and Kill
Tenía ganas de ver a Wolfmother por primera vez. Desde aquí ya os hemos explicado en alguna otra ocasión los increíbles conciertos del power trío australiano. Y esta vez no iba a ser una excepción ante un público no demasiado receptivo.
Wolfmother se marcó un bolazo ante corrillos de tertulian@s
Con un excelente sonido, los australianos liderados por un Andrew Stockdale que desde la distancia parece que no pasen los años por él y ya está cerca de la cincuentena.
A priori, su propuesta de hard rock / retro rock no era de lo más atractivo según las respuestas de las personas a las que iba preguntando, y ese fue el recibimiento general que pareció recibir la banda a pesar de los seguidores que se agolpaban frente al escenario. Donde pareció que había más feeling fue durante la interpretación de “Woman” que cayó muy temprana, o algunos de los poderosos solos, pero aún así no consiguió congregar a más público más pendiente de hacer corrillos y conversar con la música de fondo. Una lástima.
Como ocurrió con la descarga de My Own Ghost el día anterior, me llevé una excelente impresión. Parece ser que para la mayoría pasaron bastante desapercibidos. Me reafirmo, una lástima. Ell@s se lo pierdieron.
Setlist Wolfmother
Dimension
Rock Out
Woman
White Unicorn
Apple Tree
Feeling Love
California Quee
Vagabond
Victorious
Colossal
Joker & The Thief
Durante la descarga de las últimas canciones de Wolfmother, me acerqué a la Rock Tent para ver que se cocía tras el cambio de actuaciones. Allí me encontré una carpa que presentaba una buena asistencia viendo a Celtica, banda compuesta por dos gaiteros, guitarra y batería que siguiendo la moda Powerwolf, llevaban las pista de bajo pregrabadas.
Al contrario que con Sodom la jornada anterior, el sonido era bastante bueno, pero la propuesta no me atrajo demasiado al contrario de much@s de los que habían danzando al son de su folk metal. Buena actitud encima del escenario, pero no acabaron de engancharme por lo que volví al escenario principal para ver la última canción de Wolfmother.
Los seguidores más clásicos ya empezaban a situarse frente al escenario en la que la formación del veterano guitarrista Michael Schenker iba a celebrar sus cincuenta años de carrera. Ahí es nada.
Aprovechamos para verlos cómodamente desde la distancia, descansando para lo que se nos venía encima. Gracias de nuevo a Susana por su ayuda en estos momentos.
Michael Schenker sigue en estado de gracia tras sumar más de cincuenta años de carrera (Susana Masanés)
Pocos imaginábamos que tres años más tarde de que Michael Schenker anunciara una gira celebrando sus cincuenta años de carrera, ésta siguiera todavía en marcha durante este 2024. Pero es que la ocasión bien lo merece, y ya que son tantos los temazos acumulados por parte del artista, cualquier excusa es buena para volver a visitarnos y deleitarnos con un nuevo surtido de su variada y longeva carrera. Contar con Michael Schenker en un festival es de acierto seguro, la organización de Rock Fest lo sabe y ya van tres veces con la presente en la que hemos podido disfrutar de su visita y su enorme carisma a las seis cuerdas.
Esta vez le tocó horario de media tarde, y aunque al principio de su actuación no vimos demasiada gente pendiente del concierto, poco a poco fueron sumándose más personal dejando la explanada de delante del Stage Rock con un aspecto bastante decente. El sonido no acompañó a Michael Schenker himself en ese primer pelotazo instrumental que es “Into the Arena”, ya es mala suerte que fuera precisamente su guitarra la damnificada, aunque por suerte, duró poco tal descuido y antes de finalizar el tema ya pudimos apreciar un mejor equilibrio. En los últimos años han sido varios los cantantes que han acompañado a Michael, pero parece que Robin McAuley ha quedado como titular fijo en esta última etapa de celebración cumpleañera. Se estrenó en la siguiente “Cry for the Nations” emulando con solvencia a Gary Barden aun tratándose de un tema con gran exigencia vocal. Como ya ha demostrado en diversas ocasiones, Robin McAuley sabe ponerse en la piel de las distintas voces que han acompañado al artista, por lo que no podemos estar más contentos que fuera precisamente él el encargado de las tareas vocales en esta ocasión.
“Looking for Love” fue la siguiente en aparecer en escena, un clásico de 1981 lleno de dulces melodías potenciadas por el enorme trabajo de Steve Mann al teclado, el polivalente guitarrista acompañante de Michael que tanto complementa con un instrumento como con el otro. Viajamos dos años más tarde para encontrar “Red Sky”, otro tema que viene incorporando recientemente y que empieza a sonar ya a clásico. Efectivo en directo, luce de lujo interpretado por Robin, que le va que ni pintado para mostrar la belleza que su melódica voz es capaz de desplegar. “Emergency” a continuación, fue el único tema del último disco de estudio de la banda, Universal (2022), originalmente cantado por Ronnie Romero, que volvió a bordar Robin.
A partir de aquí, Michael hizo lo mejor que puede hacerse en un festival cuando tan solo dispones de una hora sobre el escenario, tirar de grandes clásicos infalibles conocidos y reconocidos por cualquier fan de la banda que se precie. La secuencia se inició con “On and On” y sus atmosféricos teclados que le dan ese punto tan especial, seguido de “Armed and Ready”, siendo este último uno de las más coreados por parte del público gracias a su efectivo estribillo. Mi queridísimo álbum Assault Attack (1982) tuvo también su representación con “Rock You to the Ground”, un tema sensual y desenfadado que acaba derivando en un complejo tramo instrumental de alto voltaje que nos mostró las virtudes de ambos guitarristas, y el mucho más enrevesado “Desert Song” en el que Robin sufrió lo suyo para alcanzar las tesituras originales de un joven Graham Bonnet que seguramente, en la actualidad, tampoco podría con ellas.
Entre ambos, intercalaron el enésimo clásico de la noche “Let Sleeping Dogs Lie”, donde pudimos recrearnos también en apreciar las virtudes de la sección rítmica habitual de la formación, Barend Courbois al bajo y Bodo Schopf a la batería. El recital tocó a su fin con “The Attack of the Mad Axeman”, tema de alguna manera autobiográfico con el que Michael aprovechó para sacarle humo a su guitarra una última vez antes de despedirse. Show impecable de principio a fin que nos dejó encantados y nos mostró, una vez más, que a Michael Schenker le queda aún mucha cuerda.
Setlist Michael Schenker
Into the Arena
Cry for the Nations
Looking for Love
Red Sky
Emergency
On and On
Armed and Ready
Rock You to the Ground
Let Sleeping Dogs Lie
Desert Song
Attack of the Mad Axeman
Angelus Apatrida atacan con riffs más afilados que las navajas de su tierra
Nada más acabar la descarga del maestro Schenker, “Break Stuff” de Limp Bizkit empezó a sonar haciendo rechinar los dientes al más true del festival. Y es que los de albacete se estaban preparando para salir al escenario y no dejar indiferente a nadie.
Al igua que con Crisix el día anterior, mucho se está hablando de la continua presencia de Angelus en todos y cada uno de los festivales que pueblan la geografía nacional, pero oigan, que tampoco nadie les ha regalado nada y son buenos de la ostia.
Sin saludar, a traición, nos atacaron bajo un sonido excelente con los temas de su potentísimo y buenísimo Aftermath (2024) que (y parecía complicado) ha superado con creces las expectativas puestas tras su anterior y homónimo trabajo.
Los albaceteños se sienten como en casa y así nos lo demuestran, con una complicidad especial con el público asistente. Guillermo no paraba de interactuar con el público, con bromas entre el resto de miembros cada vez que se enrollaba viendo el limitado tiempo del que disponían. Uno de estos parlamentos sirvió para presentar en directo «Rats», la cual era la segunda ocasión que lo hacían, funcionando de manera soberbia.
Cada trallazo, cuidadosamente escogido y equilibrado, es una fiesta de circle pits y pogos. Es por eso que, viendo que cada vez había más público, Guillermo alentó a que se hicieran más circle pit. Hasta tres, y bien tochos, se pudieron ver entre la gran cantidad de público congregado frente al escenario. Así como el wall of death. La jornada que empezó a ritmo de thrash, se consolidaba con unos Angelus Apatrida a un nivel insultante que supieron a poco. Cada vez se encuentran más arriba en los carteles de los grandes festivales, no es para menos. Para mí, los triunfadores de la jornada. Mano a mano con los que vendrían a continuación.
Setlist Angelus Apatrida:
Scavenger
Cold
We Stand Alone
Indoctrinate
Rats
Give ’Em War
Sharpen the Guillotine
You’re Next
Mientras la oscuridad reinaba en la Rock Tent de la mano de unos Dark Funeral que por motivos logísticos cambiaron su horario, nos encaminamos hacia la luz del rock de los suecos cual Dorothy por el camino de baldosas amarillas. En esta ocasión no iba a perderme la actuación de Europe. En otra edición se solaparon con unos brutales Cannibal Corpse, optando por estos últimos.
Según me comentaron más tarde, los blackers se marcaron un bolazo acompañados de un excelente sonido que hizo justicia a su brutalidad sónica, a la vez que se deshicieron de la espina clavada durante su última visita tocando a las tres del mediodía bajo un abrasador sol. En esta ocasión la oscuridad de la carpa acompañó a crear el ambiente idóneo. Otra vez será.
Europe se sale y Joey enamora
Lo de Europe es digno de estudio. 40 años los avalan. Han sabido evolucionar y mantenerse durante todo este tiempo. El parón durante el cambio de siglo les vino de maravilla, reivindicando su legado, sacando excelentes trabajos y superando el eterno “ninonino” del “The Final Countdown” que tan bien funciona en los directos pero que tanto me irrita, por cansancio, fuera de éstos.
Pero es que estos musicazos se merecen todos los elogios habidos y por haber. John Norum a la guitarra es pura delicia, ya bien sea clavando las notas originales o marcándose unos alargados solos con clase y buen gusto. Es bochornoso el derroche de calidad de toda la banda, destacando notablemente el desparpajo, complicidad y buenrollismo que Joey y Mic Baeli (teclista), el cual es un gran soporte a los coros y aliado del bueno de Joey en miradas y bromas.
Joey, sabiendo de su poder de convocatoria y atención, se hacía queresr interactuando constantemente, ya con las cámaras que servían de apoyo a las pantallas laterales o con los que tenía en el punto de mira de las agolpadas primeras filas que generosamente llenaban la explanada frente a los escenarios principales.
Pero no nos engañemos, la mayoría de los que asisten / asistimos a los conciertos de Europe, sin ser fans habituales de los suecos, lo hacemos por el recuerdo que tenemos de su etapa hasta principios de los ‘90. Problema por el cual había más movimiento en los temas clásicos para hartazgo de los acérrimos fans que los han seguido durante estas cuatro décadas.
Además, si les sumamos los putos selfies y postureo con la banda de fondo (como nos tocó sufrir con algunas parejas cerca nuestro) hace que empaticemos aún más con sus sufridos fans. Que decir que en el momento cebolleteo de “Carrie”, la aparición de móviles fue más que evidente al igual que al final del concierto.
Pero ahí estaban dándolo todo, con un espléndido sonido y un buen setlist que hizo las delicias de tod@s. Una pega, los interludios y fundidos en negro entre canciones que, afortunadamente breves, hacían una incómoda espera entre canciones.
Un bonito detalle fue la perfecta fusión que hicieron del “Here I Go Again” de Whitesnake durante la interpretación de “Superstitious” antes de encarar el frenético y esperadísimo final con “Cherokee” (una de mis favoritas de la banda junto a “Scream of Anger” que cayó de inicio) y “The Final Countdown” para un perfectísimo final de fiesta.
No me equivocaría en pensar que para much@s hubiera sido un broche perfecto si hubiera acabado aquí la jornada del festival.
Setlist Europe:
On Broken Wings
Rock the Night
Walk the Earth
Scream of Anger
Sign of the Times
Hold Your Heard Up
Carrie
War of Kings
Stormwind
More than Meets the Eye
Last Look at Eden
Ready or Not
Superstitious
Cherokee
The Final Countdown
De clásico a clásico y tiro porque me toca… Pasamos de Europe a uno de los padres de nuestro género, Deep Purple. Para un servidor, la última visita al festival de los británicos se me hizo bastante cuesta arriba. Por edad y setlist, más encarado a lo musical que a lo vocal, acabé bastante de bajón. Esta vez no fue diferente, e incluso más evidente que la avanzada edad de la mayoría de sus músicos, siendo el más joven el guitarrista Simon Mc Bride, cada vez es más duro enfrentarse a una hora y pico o dos horas de concierto.
Aún así, no les puedo reprochar nada, sino agradecerles todo el buen legado que nos han dejado convirtiéndonos en lo que somos. Pero sinceramente, creo que ya toca una retirada que honre a ese glorioso pasado.
Os dejo con las impresiones de mi amiga Susana Masanés sobre el concierto de los míticos Deep Purple.
Deep Purple pasea su veteranía por Can Zam por Susana Masanés
Reseñar un concierto de Deep Purple hoy en día puede convertirse en un caramelo envenenado pues varios sentimientos contrapuestos luchan por tomar protagonismo en la crónica. Por un lado está la leyenda, ese savoir faire de una veterana banda que poco tiene que demostrar a estas alturas, mientras que por otro, está la realidad que dista de ser perfecta. Para entender un poco de lo que estamos hablando, vale la pena ponerse en situación para hacernos una composición de lugar lo más objetivamente posible. Todos los miembros de Deep Purple a excepción del joven —45 años— guitarrista Simon McBride, se acercan peligrosamente a la ochentena de años. ¿En qué se traduce a la práctica este dato? Pues que por mucha voluntad que le pongan, deben medir sus fuerzas. ¿Cómo hacen para tirar adelante un espectáculo con solvencia a pesar de sus avanzadas edades? A base de inteligencia. Inteligencia al elegir un setlist que no sea demasiado demandante (sobre todo a nivel vocal, que es donde andan más justos), inteligencia a la hora de intercalar diversos solos instrumentales que permitan al resto de los miembros descansar, e inteligencia, una vez más, al limitar el tiempo sobre el escenario. Tres premisas básicas que hacen que el engranaje siga funcionando y que nuestra ilusión por escuchar su emblemática música en directo permanezca intacta.
¿Lastran estas limitaciones al resultado final? Pues depende un poco de si juegan bien sus cartas. Elementos de calidad no les faltan. Aunque comentábamos el tema de la edad, a excepción de Ian Guillan al que vimos sufrir en más de una ocasión, el resto de la cuadrilla se mantiene en un gran estado de forma en cuanto a la ejecución de sus respectivos instrumentos se refiere.
Tampoco el setlist donde escoger debería ser un problema porque con semejante prolífica carrera… tienen a patadas. Y lo de los solos ya va un poco a gusto de cada uno, lo que es evidente que tanto Don Airey con sus teclados, como Simon McBride con su guitarra, hacen verdadera magia con sus instrumentos, por lo que en absoluto resulta aburrido dejarnos llevar por ellos.
Pasemos a relatar ahora lo acontecido el pasado 6 de julio sobre el Stage Fest durante la hora y cuarto que duró la actuación de los míticos Deep Purple, que, para sorpresa de los asistentes, salieron a matar con su clásico por excelencia “Highway Star”. Apuesta atrevida teniendo en cuenta lo complicado de sus partes vocales, sonó como los ángeles si no fuera por esa voz justita que de todas maneras intentó con todas sus fuerzas alcanzar las notas más agudas. En breve estará viendo la luz un nuevo disco de estudio, =1, del cual quisieron ofrecernos en primicia “A Bit on the Side”, tema más lineal ya adaptado a las condiciones actuales de la banda, que empalmaron rápidamente con una setentera intro de teclado dando la bienvenida a “Hard Lovin’ Man”. Tanto Don Airey como Simon McBride nos ofrecieron solos de nivel durante la ejecución de esta larga composición que da para mucha improvisación en él. Seguimos instalados en los 70s, en el mismo álbum In Rock del tema anterior, para abordar “Into the Fire”, último derroche energético antes del primer parón de la noche para dejar que Simon McBride nos deleitara con sus improvisaciones sobre el mástil de su guitarra. Cinco minutos largos de virguerías varias dejaron claro que no es casualidad que haya acabado siendo el guitarrista de confianza de la banda en esta última etapa de la misma, no solo hay técnica en los dedos de este instrumentista, el feeling también está ahí, más que necesario para aportar algo especial al combo. Preciosos fueron esos instantes finales en los que se acompañó de unos sugerentes teclados de fondo que acabaron derivando en el siguiente tema de la noche, “Uncommon Man”, editado en el 2013 tras el fallecido Jon Lord, dedicándoselo en su memoria.
Don Airey tomó protagonismo en ese momento con otro de sus solos estelares que abrieron el clásico “Lazy”. ¡Qué gustazo da escuchar este tema en directo!, por un lado su alargado inicio instrumental mano a mano Airey / McBride te da un subidón que no te le quita ni Dios, y es que además, aquí sí podemos afirmar que Guillan lo defendió con nota dándole su toque de distinción especial con la armónica. Sin duda de lo mejorcito de la noche justo en el ecuador. “Portable Door” a continuación, otra de las primicias del nuevo trabajo con bastante más garra que “A Bit on the Side” y al que sí damos el visto bueno para incluir en su repertorio de aquí en adelante.
Para gancho en directo el de los riffs de “Anya”, un tema que funciona como el que más. Don Airey se hizo con el poder de nuestra atención los siguientes minutos, intercalando el himno del Barça entre virguería y virguería de su teclado para dar paso a un tercer adelanto del próximo disco, “Bleeding Obvious”, el cual prometemos escuchar con atención en el futuro para acabar de captar toda su esencia. Dos trallazos seguidos de Machine Head (1972) fueron lo siguiente en sonar, el siempre efectivo “Space Truckin’” y el manido “Smoke on the Water” que, por lógica, no podía faltar como clásico incontestable que es. Y cuando nos pensábamos que todo había acabado ya al abandonar la banda el escenario en el momento más querido de su actuación … tema de regalo que nos cayó para irnos contentos a donde sea que fuéramos a continuación. “Black Night” hizo las delicias de los allí congregados, que no dudamos en interactuar con la banda como si ya estuviéramos en tiempo de descuento. Y el partido acabó en empate. Tanto ganaron los visitantes como los locales. Como decíamos al inicio, al final se trata de saber jugar las cartas con los recursos existentes y en eso, Deep Purple, están haciendo un master con el paso de los años.
Setlist Deep Purple
Highway Star
A Bit on the Side
Hard Lovin’ Man
Into the Fire
Uncommon Man
Lazy
Portable Door
Anya
Bleeding Obvious
Space Truckin’
Smoke on the Water
Black Night
La nostalgia de Pantera no acaba de llenar Can Zam
Llegamos al momento más esperado de la larga jornada de hoy. La asistencia así lo anunciaba. L@s asistentes nos íbamos agolpando frente al Stage Rock mientras Deep Purple encaraba la mitad de su show para que prácticamente al final del mismo una numerosa asistencia daba una visión bastante atractiva para las cámaras y drones. Aún así, ha sido de las ediciones menos multitudinarias de los últimos años, pudiendo ver perfectamente el concierto dede otras partes del recinto sin pesados, agobios ni empujones, pero de eso ya iremos hablando.
Debido a un cambio de horarios por la reestructuración del cartel del sábado, la descarga de Pantera pasaría a ser de una hora y media, aún así, pasado un cuarto de hora de la hora prevista (debía comenzar a las 00:15h)el concierto aún no había comenzado a causa de un problema de iluminación según dijeron por megafonía en medio de la desesperación de l@s presentes.
Sin llegar a solventar el problema técnico que para nada deslució el resultado final, el telón con el enorme nombre de la banda cae después de la proyección de un emotivo y divertido vídeo con las hazañas de unos jovencísimos Pantera centrándose en la figura de los añorados Vinnie Paul y Dimebag Darrell. “A New Level” atronaba con la descalza figura de un Phil Anselmo en un estado vocal muchísimo mejor que en anteriores ocasiones. Aún así, también teniendo en cuenta que ya no tienen veinte años, la interpretación fue mucho más estática que en su época gloriosa.
Un soberbio Charlie Benante clavaba los temas tras la batería con el rostro de los hermanos en dos de los cuatro bombos, perfectamente sincronizado con un Rex Brown que se mantenía en su posición. Mientras, en el otro extremo del escenario, un musculado Zakk Wylde, al que apenas le vimos el rostro, se mostraba más dinámico sin salirse del encorsetado margen que da el ceñirse fielmente al legado de su amigo Dimebag.
Aprovecho para comentar que más de la mitad del concierto lo vivimos apartado de unos pesados que teníamos al lado. Pero no tuvimos problema para verlos cómodamente desde distintos lugares debido a los espacios de alrededor. El hecho de ir acompañado de mi hija menor y debido al poco tacto de algunos adultos que se hacían llamar padres responsables pero que cuando salen se comportan como si no hubiera mañana sin importar a quien tengan alrededor, provocó que nos hiciéramos a un lado por no mandar a paseo de forma poco amigable a semejantes personajes.
El recortado y equilibrado setlist se me vino un poco de bajada durante la interpretación de “This Love” y “Floods”, donde la proyección de las imágenes de los hermanos hizo que me sobreviniera un fuerte sensación de melancolía ante lo que estábamos presenciando.
Por mucho que disfrutara la canciones en directo que tanto habían significado en su día, y aún perduran, lo que tenía enfrente no hacía justicia al recuerdo de aquella época. Por mucha fidelidad y cariño que se les quisiera poner este acto de nostalgia no hace más que evidenciar que esto es eso, un tributo oficial por el que poner en boca de nuevo un legado musical que nunca se había olvidado. Para los que los vieron en su día, es revivir una época gloriosa que en comparación queda muy por encima de lo que estábamos viendo. Para los que no pudimos disfrutarlos en directo en su día, queda insuficiente. Para las nuevas generaciones, disfrutar de temas míticos en boca de su cantante original, con una interpretación decente, pero a la sombra de su leyenda.
Aún así, la recta final fue por todo lo alto con “Domination”, “Cowboys from Hell” y un “Fucking Hostile” que desde el final del recinto sonó falto de la fuerza original. Setlist corto que supo a poco con un abrupto final que pedía más.
Sólo agradecer a Zakk y Charlie el respeto poniéndose en los zapatos de los añorados hermanos Abbot, haciendo más grande su leyenda. La ardua tarea de interpretar sus canciones con el respeto que lo han realizado no han hecho más que aumentar mi respeto y admiración. Hablo de manera individual y poco objetiva, pero doy por hecho que dentro de la escena este sentimiento es compartido. Gracias, gracias, gracias.
Setlist Pantera
A New Level
Mouth for War
Strength Beyond Strength
Becoming
I’m Broken
5 Minutes Alone
This Love
Floods
Walk
Domination / Hollow
Cowboys from Hell
Fucking Hostile
Amante del metal en su variedad de estilos. Vivo con la esperanza de poder llegar a viejo acudiendo a salas de conciertos y festivales. Si los rockeros van al infierno, que me guarden sitio y una cervecita.
Salud y Heavy Metal.